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¿La Comunidad Sudamericana un gesto sin futuro?

Claudia Herrera Pahl12 de diciembre de 2004

En Alemania se ve con cierto escepticismo el esfuerzo por integrar a largo plazo a las 12 naciones sudamericanas bajo la Comunidad Sudamericana de Naciones.

En Cuzco, Perú, se llevó a cabo el mayor gesto político sudamericano en 200 años.Imagen: dpa

El la ciudad peruana de Cuzco se presentó oficialmente el documento con el que se creó la Comunidad Sudamericana de Naciones, en el que se propone nada menos que integrar a largo plazo la economía, el comercio, la diplomacia el sistema financiero y la infraestructura en Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Bolivia, Argentina, Uruguay, Paraguay, Brasil, Surinam y Guayana.

Un proyecto magno que es visto con cierto escepticismo en Alemania. El Profesor Detlef Nolte, subdirector del Instituto de Estudios Iberoamericanos Hamburgo (IIK), explica que habrá que esperar a ver si el anuncio es más que un gesto y observar si a los grandes planes le siguen hechos en los próximos años.

En el pasado ha habido muchos intentos por unir a los países sudamericanos, pero muchos de ellos fracasaron, fueron abandonados y olvidados después de un tiempo.

Débil base económica

Tal vez una de las mayores debilidades de esta comunidad radica, afirma Detlef Nolte, en la falta de bases económicas estables. En comparación con otras comunidades como por ejemplo la Unión Europea o el Tratado de Libre Comercio, u otras iniciativas asiáticas, el intercambio económico entre los países sudamericanos es reducido.

Comunidades ya existentes, como el MERCOSUR o la Comunidad Andina enfrentan grandes problemas para cumplir con sus metas. Surge entonces la pregunta de si no tendría mayor sentido hacer funcionar primero los esfuerzos ya existentes.

Muchos contenciosos por resolver

Aún cuando las condiciones en el ámbito político para presentarse unidos en foros internacionales son mejores a las que existen en el sector económico, también en el área política hay grandes divergencias entre los países latinoamericanos.

Una entre muchos el contencioso entre Bolivia y Chile sobre el acceso al Océano Pacífico para Bolivia. Ambos países no cuentan siquiera con relaciones diplomáticas oficiales ni intercambio de embajadores. Esto hace surgir dudas sobre la viabilidad de cooperación en el marco de la Comunidad Sudamericana de Naciones, según da a pensar el subdirector del Instituto de Estudios Iberoamericanos.

El hecho de que durante la ceremonia oficial de lo que algunos políticos sudamericanos han catalogado como “el mayor gesto político de los doce países sudamericanos en 200 años” no estuvieran presentes los presidentes de Argentina, Uruguay y Paraguay, podría sugerir que no le prestan tanta importancia.

¿Apoyarán a Brasil para que afiance su liderazgo?

Otra incógnita es si las doce naciones iberoamericanas están dispuestas a apoyar a Brasil como motor de esta nueva comunidad. ¿Se dejarán jalar por Brasil o surgirán movimientos contrarios?

Brasil ve en esta comunidad un proyecto estratégico para afianzar sus sueños de liderazgo internacional, pero habrá que ver si el resto de los países integrantes de la Comunidad Sudamericana están dispuestos a otorgar a Brasil el papel de líder.

Para países como Uruguay y Argentina, explica Nolte, un gigante a la puerta de su casa les podría resultar mucho más incómodo que un gigante que se encuentra más alejado como Estados Unidos.

“Las relaciones son ambivalentes y primero habría que solucionar una serie de disputas y tensiones antes de que esta comunidad tenga vía libre para desarrollarse”, afirma Detelf Nolte.

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