La conservación de los corales: proteger localmente, actuar globalmente
12 de octubre de 2010Los arrecifes de coral son uno de los ecosistemas más diversos y valiosos del planeta. Pese a que se extienden a lo largo de apenas un 0,2% de la superficie oceánica, albergan alrededor de una cuarta parte de todas las especies marinas. Además, protegen el litoral y suponen una fuente básica de alimentación e ingresos para unos 500 millones de personas en todo el mundo.
Pero los arrecifes se encuentran cada vez más fuertemente amenazados. Según un estudio elaborado en 2008 por la Red Global de Vigilancia de los Arrecifes de Coral (GCRMN, por las siglas en inglés), una quinta parte de todos los arrecifes de coral del mundo ya han muerto o desaparecido.
Pese a todo, aún hay esperanza. En Papúa Nueva Guinea, el hogar de alrededor de tres cuartas partes de todas las especies de coral conocidas, la mayoría de arrecifes aún se encuentran intactos. El país está situado en el denominado "Triángulo de coral". Las aguas tropicales de esta región son una zona vital a nivel global para la diversidad de especies. Junto a Papúa Nueva Guinea, comparten también esta región Indonesia, Malasia, Filipinas, Timor Oriental y las Islas Salomón.
"Los arrecifes de coral de Papúa Nueva Guinea mantienen todavía su estado original. Aún no es demasiado tarde para salvarlos", explica el biólogo marino Noel Wangunu, quien trabaja en la zona para la organización ecologista Conservation International. Wangunu añade: "sin embargo, es importante protegerlos ahora para hacerlos resistentes a las influencias externas".
Las temperaturas extremas destiñen los corales
El mayor riesgo lo constituye el aumento de las temperaturas. Un ascenso con graves consecuencias para el suministro de alimentos y la subsistencia de la vulnerable población costera. Los arrecifes de coral no son solamente la base sobre la que se asienta la pesca a nivel local, sino también la propia industria turística.
Las consecuencias del cambio climático son más graves en el océano que en tierra firme, pese a que sus efectos sean menos visibles. Sólo las elevadas temperaturas registradas este año, por encima de la media, ya suponen una fuerte carga para los arrecifes de coral de todo el mundo.
"El cambio climático conduce a una mayor acidez del agua de los océanos y a un aumento de las temperaturas en la superficie del mar. Ambos fenómenos provocan que los corales se destiñan", explica Wangunu. La economía local representa un problema aún mayor. El desarrollo de las zonas costeras, la deforestación y el turismo incontrolado van acompañados de la destrucción de los arrecifes de coral.
"La sobrepesca supone una gran amenaza para el sistema de arrecifes del Pacífico", afirma la directora de la Red Internacional de Acción para los Arrecifes de Coral (ICRAN, por las siglas en inglés), Nicola Barnard: "la contaminación de las cuencas hidrográficas afecta igualmente la región, por lo general como consecuencia de la tala, la erosión del suelo o las explotaciones mineras. Los sedimentos generados y la contaminación desembocan en el mar, donde los arrecifes de coral próximos a la costa, por decirlo de alguna manera, se asfixian. Además, se talan bosques de manglares en el marco de la urbanización del litoral. También se genera basura y aguas residuales".
Generar conciencia
Los expertos coinciden en que sensibilizar a la población autóctona sobre la problemática es esencial para la protección de los arrecifes de coral. "La mayoría de la población de Papúa Nueva Guinea aún no es consciente de la amenaza que afrontan los océanos y de las consecuencias para la biodiversidad", explica Noel Wangunu, quien añade: "las personas que viven en el litoral utilizan el mar como una especie de supermercado del que extraen lo necesario para su subsistencia diaria. Aunque son conscientes de que la diversidad de especies disminuye, especialmente en lo que respecta a la explotación comercial, no están en disposición de desarrollar estrategias para combatir el fenómeno".
La supervivencia de los arrecifes de coral depende de la capacidad de la población local para adecuar sus demandas económicas a las exigencias del propio medio ambiente. Los expertos creen que es necesario hacer una mejor pedagogía al respecto. Poniendo el énfasis, especialmente, en cómo pueden aprovechar mejor los recursos amenazados. Igualmente importante es implicar a la población autóctona en las actividades para la conservación de los ecosistemas marinos.
Los conocimientos tradicionales para la protección del medio ambiente en la región no son suficientes, explica Simon Foale, del Centro de Investigación de Arrecifes de Coral, con sede en Australia: "en el contexto moderno de rápido crecimiento de la población y los mercados es importante comunicar los nexos científicos existentes entre la sobrepesca y el daño provocado a los arrecifes", destaca Foale: "todo ello, junto a los conocimientos tradicionales de los habitantes del lugar puede ayudar a desarrollar estrategias propias".
Necesidad de soluciones globales
Países ricos en coral como Papúa Nueva Guinea persiguen soluciones locales para proteger su riqueza natural. Sin embargo, los expertos apuntan que sólo a través de un enfoque global será posible ganar la batalla por la conservación de los corales.
La protección de los arrecifes de coral y su diversidad de especies se ha convertido materia de las negociaciones internacionales para la protección del medio ambiente. "Lo más importante que podemos hacer para la conservación de los arrecifes de coral es reducir nuestras emisiones de CO2", afirma Stephanie Wear. Ella coordina las actividades para la protección de los corales en la organización ecologista Nature Conservancy, que apoya al gobierno de Papúa Nueva Guinea en su tarea de protección de la biodiversidad. "La comunidad internacional debe actuar", dice Wear, quien añade: "tan sólo un ejemplo: la decisión sobre qué pescado consumimos repercute en los arrecifes de coral. Eliminar a los peces de los arrecifes de coral de nuestro menú es algo que todos podemos llevar a cabo, independientemente del lugar del mundo en el que vivamos".
Autor: Jane Paulick
Redacción: Emili Vinagre