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La Constitución Europea no está muerta

José Ospina Valencia30 de mayo de 2005

Las consecuencias del rechazo francés a la Constitución Europea, aunque imprevisibles no son catastróficas. Los franceses apuntaron contra su Gobierno y le dieron a la Unión Europea. El golpe es fuerte pero no letal.

La estrella francesa pierde brillo.Imagen: AP


La negativa francesa "dificultará, ineludiblemente, la defensa de los intereses franceses, pero Francia conservará su sitio en la Unión Europea", fue la primera reacción de Chirac cuya oficina anunció un cambio de gabinete. Según el ministerio parisino de Interiores, 54,9% de los franceses votaron por el no y 45,1 por su adopción. Parece evidente que lo que mayoría de los franceses realmente quiere, es que sea el mismo Chirac el que empaque maletas.

Lo que debía ser pues un voto de confianza en Europa fue desviado para pasar la factura por el descontento sobre un Gobierno nacional. La manipulación ha sido siempre uno de los riesgos de practicar democracia directa a través de referendos y plebiscitos.

Europa en plena uso de sus funciones

A pesar de todo, "Europa y sus instituciones seguirán funcionando", declararon el actual presidente del Consejo de la UE, Jean-Claude Juncker, el presidente de la Comisión, José Manuel Barroso y el presidente del parlamento europeo, Josep Borrell.

Las decisiones populares en Francia y, probablemente en Holanda (que vota este miércoles), se convierten así en tema primordial de la próxima cumbre de la Unión Europea en junio. La ratificación de la Constitución Europea, según Juncker, "no se detendrá". De los 25 países que deben emitir su fallo, ya lo han hecho 10, 9 a favor y uno en contra. Un voto, sin embargo, que tiene carácter de veto. Un veto que puede ser levantado con una futura decisión en favor.

Europa no ha llegado a su fin

En Alemania, el canciller Gerhard Schröder y el ministro federal de Exteriores, Joschka Fischer, expresaron en conjunto su respeto por la decisión francesa recalcando además que "el proceso de cohesión de Europa no ha llegado a su fin. "La Constitución entrará en vigor, aunque más tarde, porque queremos una Europa más democrática, más social y más fuerte".

El rechazo francés es, sin duda, un gran desafío que, como es de esperarse, Alemania y Francia, dos de las naciones fundadoras de la Comunidad Europea, enfrentarán unidas. "El no francés no significa el fin de la sociedad franco-alemana por Europa", aseguró en este sentido Schröder.

El presidente alemán, Horst Köhler, por su parte, criticó "la falta de claridad del texto de la Carta Magna en cuestión que "dificulta la identidad con Europa".

¿Cuál es el camino a seguir?

La Unión Europea seguirá trabajando con base en el Contrato de Niza. Es más, a pesar del no francés, es presumible que el texto en debate de la Constitución Europea no será transformado, por lo menos, no sustancialmente. "El proceso de ratificación continuará y al final haremos un balance", indicó el vicepresidente de la Comisión Europea, Günter Verheugen a la cadena alemana de televisión ARD. Ese "balance" tendría entonces lugar a fines de 2006.

Como una de las salidas al atolladero se vislumbran la repetición de sendos referendos con resultado negativo bajo otro clima político nacional. Lo deseable es que ese ambiente sea entonces más favorable.

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