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¡La corrupción al banquillo!

3 de julio de 2003

Un estudio realizado por la OCDE investiga las medidas políticas contra la corrupción en Alemania. Otra encuesta global identifica a los políticos como los más corruptos. ¿Un círculo vicioso?

En 1997, 29 miembros y cinco países no miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) desafiaron a los escépticos con la adopción de la Convención para Combatir el Soborno de Funcionarios Públicos Extranjeros. Los signatarios acordaron dar carácter de delito al soborno de funcionarios públicos extranjeros y restringir significativamente las fuentes del soborno.

Los países se comprometieron a sentar las bases para la creación de sistemas efectivos contra la corrupción que incluyan el soborno en las adquisiciones gubernamentales, los aspectos ambientales, los pagos impositivos y otros aspectos reglamentarios, así como en los procedimientos jurídicos.

Estudio favorable

En Berlín, la OCDE publicó ahora su informe sobre las medidas tomadas en Alemania, repartiendo elogios pero también modestas críticas. "Alemania es un país ejemplar en la lucha contra la corrupción y en el seguimiento de la Convención", dijo Rainer Geiger, uno de los directores del departamento de asuntos financieros de la OCDE.

Sin embargo, quedan deberes por hacer. La OCDE recomienda que se mejoren las precauciones en pequeñas y medianas empresas. Además propone un registro nacional en el que se incluyan las empresas que hayan usado el soborno para conseguir ventajas. Sobre todo se deberían aumentar las multas, ya que muchas empresas no consideran que los riesgos de ser enjuiciados sean particularmente significativos.

Lo que piensa la gente

La organización Transparency International, una coalición internacional sin fines de lucro dedicada a combatir la corrupción en las transacciones comerciales internacionales, opina que el veredicto de la OCDE es demasiado suave y las medidas tomadas en Alemania siguen siendo insuficientes.

Como para subrayar su juicio, Transparenca International publicó en el mismo día una encuesta realizada en 47 países de todos los continentes por Gallup. A las 30.487 personas se les formuló la siguiente pregunta: Si tuviera una varita mágica y pudiera eliminar con ella la corrupción de una de las siguientes instituciones, ¿cuál elegiría primero?

Los argentinos no se fían

En tres de cuatro países, especialmente en Argentina (58.2%) y Japón (51.9%), los ciudadanos identifican a los partidos políticos como la primera institución en la cual eliminarían la corrupción. Le siguen en la lista de instituciones que se deben reformar el Sistema Judicial - como en el caso de Perú e Indonesia - y la Policía, además de los servicios de salud y la educación

La cifra para Alemania, con un 39.2%, no es tan sensacional. Sin embargo pone de relieve que también en este país la gente se preocupa más por la corrupción en la clase política que en la empresarial.

"Los ciudadanos del mundo están enviando un claro mensaje a los líderes políticos", comenta Peter Eigen, presidente de Transparancy International. A su juicio se necesita "con urgencia reconstruir la confianza ciudadana". Lamentablemente los políticos no son precisamente famosos por escuchar atentamente. Están demasiado ocupados con elaborar leyes contra la corrupción.