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La crisis de Honduras, un desafío para Obama

2 de julio de 2009

La crisis hondureña, tras el derrocamiento del presidente Manuel Zelaya, es uno de los temas tratados en los editoriales europeos, que también siguen ocupándose de la situación en Irak.

Manuel Zelaya.Imagen: AP

La Repubblica, de Roma, con respecto a Honduras: “Todavía no se puede predecir el desenlace de esta crisis en la antesala de Estados Unidos. Pero, de todas formas, el presidente Barack Obama tiene dos problemas. Por un lado, debe trabajar por el restablecimiento de la “legitimidad democrática” en Honduras y decir de una vez por todas a los generales hondureños formados en academias militares estadounidenses que la época de las repúblicas bananeras ha quedado atrás. Por otra parte, debe evitar que la crisis tras el golpe de Estado fortalezca al presidente venezolano, Hugo Chávez, en Latinoamérica. El depuesto Manuel Zelaya debe regresar a su puesto, pero sin plebiscitos, y debe dejar el poder según lo previsto en noviembre, cuando Honduras tendrá que elegir un nuevo presidente. La prueba de fuerza se producirá el sábado, si el derrocado presidente regresa, con o sin el consentimiento de los golpistas”.

Torpeza militar

El Mundo, de Madrid: “La torpeza de los militares hondureños al expulsar a Manuel Zelaya ha abocado al país a un callejón sin salida. Desde el momento en el que abortaron la posibilidad de deponer al presidente por los cauces democráticos por su ilegal intento de reformar la Constitución han convertido a Zelaya en un mártir, cuando había hecho méritos suficientes para pasar por ser un villano. El error del golpe militar ha provocado que países que están en las antípodas, como EEUU o Venezuela, se pongan de acuerdo en apoyar a Zelaya. Éste ha anunciado que el próximo fin de semana volverá a Honduras, lo que pone en una situación muy complicada al nuevo Gobierno. (...) La única solución es que se cumpla la ley: que se permita el regreso de Zelaya a la Presidencia y se inicie el proceso para su destitución".

Retirada de las tropas de EE.UU de las ciudades de Irak

Hufvudstadsbladet, de Helsinki: “Resulta comprensible la alegría en Irak por el hecho de asumir en sus propias manos la responsabilidad por la seguridad en sus ciudades. (...) Sin embargo, los devastadores atentados del último tiempo demuestran también que esa no será tarea fácil. Además, 130.000 soldados estadounidenses permanecerán en Irak por lo menos hasta las elecciones de enero. (...) Desde el comienzo de la invasión encabezada por Estados Unidos en marzo de 2003, las diferencias entre diversos grupos han aumentado. Ahora dependerá de los gobernantes iraquíes tender puentes políticos para superar la brecha”.

Petróleo, gas y violencia

Nepszabadsag, de Budapest: “Los kurdos, que habitan en las inmediaciones de los campos de petróleo y de gas de Kirkuk y Mosul, esperaban hasta ahora que la prometida nueva repartición de poder y recursos en el Irak post-Saddam les ayudara a tener su anhelado “propio país”. Ahora se alegran del término de la ocupación estadounidense bastante menos que sus hermanos chiítas y sunitas árabes. Posiblemente hayan sido los que más sufrieron bajo la férula de Saddam y, como cualquier minoría, desean contar con una potencia protectora. Pero el dinero rige el mundo. La cúpula de Bagdad insiste en que ni una gota de petróleo, ni un centímetro cúbico de gas abandonen el país sin su autorización. En consecuencia, hay fricciones entre árabes y kurdos. En las regiones kurdas explota una auto-bomba tras otra, centenares de personas mueren. ¡Vaya coincidencia!”

Autor: ERS/dpa

Editora: Cristina Papaleo

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