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El coronavirus vuelve a cerrar las fronteras europeas

12 de febrero de 2021

Los políticos de la UE gustan de elogiar las libertades del mercado común europeo, sin embargo, la libre circulación de personas entre los países del bloque es problemática en esta crisis del coronavirus.

Control de ingreso a Austria.
Control de ingreso a Austria.Imagen: Barbara Gindl/APA/picture alliance

El expresidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker no tuvo que pensarlo demasiado cuando se le preguntó cuál fue su experiencia más amarga en la primera ola de coronavirus: "Alemania cerró la frontera sin pensar en los ciudadanos, que se convirtieron en las víctimas de tal arbitrariedad por parte de Berlín”, respondió Juncker en ese momento a DW, haciendo referencia a la frontera alemana con Luxemburgo.

Ahora, en febrero de 2021, Juncker podría estar tranquilo en ese sentido. La circulación libre de personas fluye nuevamente entre ambos países. Quien viaja desde Alemania hacia Luxemburgo no debe temer controles fronterizos ni restricciones por la cuarentena. La frontera sigue siendo invisible. Al mismo tiempo, el Ministerio alemán de Exteriores desaconseja viajar al país vecino debido al alto número de infecciones con el SARS-CoV-2, de 170 casos semanales por cada 100.000 habitantes.

Jean-Claude Juncker, expresidente de la Comisión Europea, es luxemburgués.Imagen: DW/L. Schulten

Restricciones en lugar de barreras

La frontera entre el país de Juncker y Alemania, sin embargo, es una de las pocas que todavía siguen completamente abiertas en Europa, en la actual situación que plantea la pandemia. La mayoría de los países de la Unión Europea cerraron, al menos de manera virtual, sus barreras.  Espantan a los viajeros con normas estrictas de cuarentena y de viaje, o prohíben el paso por completo para los casos que no sean urgentemente necesarios.

También muchos políticos europeos que habían prometido que el cierre de fronteras no volvería a separar a las personas, tuvieron que dar marcha atrás. Los responsables de la política regional solo pueden ahora, según ellos, limitar los daños. Christoph Arend, por ejemplo, forma parte de la asamblea nacional francesa en la pequeña ciudad de Forbach, en la región francesa de Lorena, ubicada justo en la frontera con Saarbrücken, capital del estado del Sarre. Arend hizo hincapié cada vez que pudo en que las fronteras no tienen importancia en su ciudad, y que si se cerraran, partirían por la mitad a muchas familias y pueblos. Pero eso no ayudó demasiado.

En enero de 2021, el gobierno de París decidió permitir el ingreso a Francia desde los países de la Unión Europea solo con un test negativo de coronavirus. Arend logró exceptuar de esa norma a las personas que viajan cada día a trabajar y no permanecen más de 24 horas del otro lado de la frontera.

Frontrera cerrada entre España y Portugal en Ponte Internacional Valença-Tui.Imagen: Marta Vázquez Rodríguez/EUROPA PRESS/dpa/picture alliance

Casi no hay protestas contra los controles fronterizos

Pero en la zona de la frontera francogermana no hay grandes protestas contra las nuevas normativas. Mucho más tensa es la situación en el sur de Alemania. Austria hace tiempo que dificulta los viajes turísticos al país con la imposición de una cuarentena de 10 días para viajeros. Quien no se deje amedrentar por eso, puede, desde el 10.02.2021, presentar adicionalmente un test PCR o de antígeno negativo que no tenga más de 72 horas. Todos los viajeros deben registrarse de manera electrónica antes del viaje a Austria y llevar consigo un certificado de que han sido registrados en el sistema. Esas reglas rigen incluso para los viajes cortos hacia el otro lado de la frontera, como, por ejemplo, para cargar gasolina.

Pero también el lado alemán aumentó los controles de forma masiva. "Queremos tratar, en lo posible, de hacer muchos controles”, explicó el portavoz de la Jefatura Superior de Policía de Alta Baviera Sur, Stefan Sonntag. Alemania justifica los controles, sobre todo, con la propagación de las mutaciones del coronavirus, mucho más contagiosas, en el estado austríaco occidental de Tirol, y con el levantamiento de algunas restricciones en ese país.

El cierre de fronteras dejó de ser tabú

Para el lado bávaro, también el cierre completo de las fronteras ha dejado de ser tabú, y es definido como "medida de última instancia” por el secretario general del partido Unión Social Cristiana, que gobierna en Baviera. También el jefe de gobierno de ese estado, Markus Söder, criticó duramente a Austria: "Me parece discutible que Austria permita amplias reaperturas en medio de esta situación incierta, a pesar de que la incidencia de contagios es mucho más alta que en Baviera”, dijo.

Durante la pandemia nunca se dejaron de vigilar del todo los rangos de incidencia de casos en uno y otro país, pero esa vigilancia aumentó en especial esta semana, también porque Alemania -que prolongó su cierre de la vida pública hasta el 7 de marzo- aspira a reducir esa cifra a menos de 50 casos por cada 100.000 habitantes, con lo cual toma una medida más estricta que sus vecinos.

Los socios europeos aún no logran ponerse de acuerdo sobre una estrategia común contra el coronavirus.Imagen: Olivier Matthys/AP Photo/picture alliance

No hay excepciones para las casas de vacaciones

Sin embargo, no solo Alemania intenta mantener los logros en la batalla contra el coronavirus a través de controles fronterizos estrictos. Dinamarca, que entretanto llega a una incidencia semanal de solo unos 50 contagios por 100.000 habitantes, declaró zona de alto riesgo al mundo entero. Los viajes de turismo a ese país están prohibidos por completo, y tampoco pueden tocar tierra los barcos alemanes ni los dueños de viviendas vacacionales. Solo hay excepciones limitadas para viajeros por trabajo que, de todos modos, deben presentar un test de coronavirus negativo.

Aunque los jefes de Estado y de Gobierno de la UE se esfuerzan por hallar consenso en cumbres por videoconferencia, las normas de ingreso siguen siendo diferentes en prácticamente cada país del bloque. Si bien el gobierno francés se esforzó por unificar los "controles de salud” en la frontera, no logró que se favoreciera esa iniciativa.

Poca sintonía a nivel de la UE

Justamente desde el punto de vista de la estrategia contra el COVID-19 #Nocovid, que se debate en Alemania, una sintonía a nivel europeo sería necesaria, porque, de lo contrario, al plan le faltaría una base importante. #Nocovid es el nombre de una iniciativa que planea reducir al máximo la incidencia semanal en Alemania por medio de un largo cierre, antes de pensar en relajar algunas medidas. Hasta el momento, empero, los socios europeos ni siquiera pudieron ponerse de acuerdo sobre una estrategia común en cuanto a los testeos. Y sobre la cuestión de la reapertura de escuelas, cada país miembro responde de manera distinta.

Ya sea Alemania, Francia, Austria o Dinamarca, en Europa todos los gobiernos apuestan ahora por reducir la movilidad de la población a fin de ralentizar la propagación del coronavirus. Y los controles fronterizos responden justamente a esa lógica. Pero en 2020 la discusión era sobre otros conceptos. Los expertos esperan que la aplicación Corona Warn contribuya a frenar la pandemia, también más allá de las fronteras.

La aplicación de alerta sobre el coronavirus Corona Warn funciona más allá de las fronteras europeas.Imagen: Zacharie Scheurer/dpa/picture alliance

Aplicación de alerta funciona más allá de las fronteras

De hecho, los países miembros de la UE pudieron, entretanto capitalizar éxitos, al menos a nivel tecnológico. Cerca de una docena de aplicaciones de alerta sobre el coronavirus (Corona Warn) son compatibles a nivel europeo, y hace pocos días se unió a ellas la aplicación austríaca. Un ciudadano austríaco que haya tenido un contacto potencialmente peligroso con un usuario de la aplicación alemana, ahora sería alertado por su aplicación. Este intercambio de datos también es posible entre los países limítrofes Bélgica, Dinamarca y Polonia.

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Con las fronteras cerradas, la efectividad de esas aplicaciones, sin embargo, es limitada. Sobre todo porque, hasta ahora, incluso en Alemania, donde la aplicación es muy popular, no parece que su uso influya en la evolución de la pandemia.

A eso se suma, a nivel de la UE, que Francia, una potencia europea, trabaja con una aplicación incompatible con todas las demás, y que, además, es considerada un fracaso en ese país. Y Luxemburgo, el país del expresidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker, se desvinculó totalmente del proyecto. El país, un importante emplazamiento laboral para muchos europeos, no desarrolló ninguna aplicación de alerta para el coronavirus y tampoco parece pensar hacerlo en el futuro.

(cp/ers)

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