En Hong Kong se vivió de nuevo un fin de semana muy violento. Ahora la Policía incluso amenaza con usar munición real. Philipp Bilsky opina que el aumento de la presión no resolverá la situación.
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Las imágenes que nos llegaron este fin de semana desde Hong Kong las conocemos de sobra: cañones de agua, barricadas en llamas, bombas incendiarias. La situación en la antigua colonia de la Corona británica se ha agravado en los últimos días.
La Policía de Hong Kong está actuando, de facto, sin ningún control, y todo parece señalar que no va a cambiar nada. Incluso los gravísimos delitos cometidos por la Policía podrían quedar impunes. El gobierno de Hong Kong ha dejado muy claro que no está preparado para responder a las demandas de los manifestantes. Ni siquiera a la más importante: una investigación independiente sobre la violencia policial.
Del lado de los manifestantes, la disposición a usar la violencia ha aumentado significativamente. Esto se pudo comprobar, entre otras cosas, en el uso reciente de arqueros o catapultas autoconstruidos para disparar bombas incendiarias. Además, esta violencia ya no va solo dirigida contra representantes del Estado. Los manifestantes también atacan, en parte, a sus conciudadanos, porque tienen una opinión diferente y ven el movimiento de protesta de manera crítica. Desde hace unos días, en la redes sociales circulan imágenes de tales incidentes, que son extremadamente inquietantes.
¿Usará la Policía pronto munición real?
Así las cosas, ahora la Policía de Hong Kong está anunciando aumentar, una vez más, la presión sobre los manifestantes y amenaza con usar munición real. De hecho, esto ya es previsible: la creciente presión de la Policía solo conducirá a más violencia por parte de los manifestantes. Quien quiera entender por qué surgió la situación actual, debe mirar hacia atrás, a lo sucedido durante los últimos años: una y otra vez, amplios sectores de la población hongkongesa han protestado pacíficamente contra la creciente influencia de Beijing y a favor de una mayor participación democrática. Pero apenas se ha logrado algo al respecto, y muchos manifestantes han llegado a la conclusión de que no se pueden producir cambios a través de protestas pacíficas.
En el fondo, Hong Kong se enfrenta a un problema político. Si el Gobierno quiere salir del estancamiento actual, eso solo podrá funcionar a través de una solución política. Sin embargo, esto parece bastante improbable. Actualmente no hay iniciativas políticas significativas por parte de las autoridades del país.
(rmr/cp)
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Hong Kong: vivir en siete metros cuadrados y con miedo al futuro
En Hong Kong, la gente no solo está preocupada por la pérdida de sus derechos, sino también por los precios cada vez más altos de las viviendas. La frustración entre los jóvenes aumenta debido al alto costo de la vida.
Imagen: Reuters/T. Peter
En las entrañas de Hong Kong
7,5 millones de personas en 11 kilómetros cuadrados: Hong Kong es una de las ciudades más densamente pobladas del mundo y una de las más caras. La frustración y la ira están creciendo entre los jóvenes de Hong Kong. Thomas Peter, fotógrafo de la agencia Reuters, los visitó en sus diminutos cuartos, y no solo hablaron de la situación política en la Región Administrativa Especial de China.
Imagen: Reuters/T. Peter
“Todavía estamos aquí, luchando”
Zaleena Ho, de 22 años, estudia cine y vive en un cuarto de siete metros cuadrados, en el departamento de su familia. “La situación política está empeorando”, dice la estudiante. “La mayoría de nosotros arriesgamos todo para preservar aquello por lo que hemos luchado. También tengo el pasaporte estadounidense. Si las cosas empeoran, me iré. Pero todavía estamos aquí, luchando”.
Imagen: Reuters/T. Peter
La frustración llega hasta el techo
Fung Cheng ya perdió la esperanza de tener su propia casa. El joven de 25 años vive en un cuarto de solo cinco metros cuadrados, en un departamento con sus padres y su hermano. El diseñador gráfico también se siente frustrado por la "elección" de la gobernadora Carrie Lam, por un organismo aprobado por Pekín. "No necesitan preguntarle a la gente quién debería gobernar. Aquí no tenemos democracia".
Imagen: Reuters/T. Peter
Un cómic sin superhéroe
Sonic Lee, de 29 años, vive con su madre. Su habitación tiene seis metros cuadrados. Su lucha contra el creciente poder de China le recuerda a un cómic de Marvel. “Solo que aquí no hay superhéroes. Muchas personas se tienen que unir para hacer grandes cosas”, dice el músico. "Sí, tengo miedo de que un día no me permitan leer ciertos libros ni cantar ciertas canciones".
Imagen: Reuters/T. Peter
No solo el control de Pekín causa preocupación
A los residentes de Hong Kong les preocupa el creciente control por parte de las autoridades de Pekín, dice Eunice Wai, de 30 años de edad. La maestra de escuela primaria vive en una habitación de ocho metros cuadrados, en un departamento que comparte con sus padres y su hermano. También se queja de una injusta política de vivienda.
Imagen: Reuters/T. Peter
Sin espacio
“Los ricos son cada vez más ricos”, dice Eunice Wai, en referencia al mercado inmobiliario de su ciudad natal, Hong Kong. La vivienda en un grave problema: “Hay poco espacio en Hong Kong y la mayoría de la gente no puede comprarse un departamento. Las compañías inmobiliarias controlan el mercado”.
Imagen: Reuters/T. Peter
La identidad de Hong Kong
Vivir con sus padres y que su cuarto tenga cinco metros cuadrados, le molesta al joven Peter Chang, de 23 años. Pero le indigna aún más el programa de inmigración, en el marco del cual Pekín está integrando a 150 chinos continentales en Hong Kong cada día. “Están tratando de diluir nuestra identidad”, cree Chang. China ya ha aplicado esta política en el Tíbet y en Sinkiang.
Imagen: Reuters/T. Peter
Una mirada al futuro
“Es muy aterrador”, dice la estudiante de abogacía Ruby Leung, pensando en lo que pasará después de 2048. China prometió autonomía a la ex colonia británica durante los primeros 50 años luego de su devolución. “Pero ¿qué pasará después?”, se pregunta la joven de 22 años. “¿Nos van a integran como una parte de China?"