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La "Cumbre de los Pueblos"

Nádia Pontes/ VC15 de junio de 2012

A pocos días de la conferencia de desarrollo sustentable de las Naciones Unidas ha comenzado la cumbre alternativa "de los Pueblos" en Río de Janeiro con participantes de 50 Estados que critican la cumbre Río +20.

La ciudad brasileña Río de Janeiro
La ciudad brasileña Río de JaneiroImagen: picture alliance/Arco Images GmbH

Así de rica en contrastes como la ciudad al pie del Pan de Azúcar, así de diferentes son también las dos cumbres de desarrollo sustentable que se llevarán a cabo este mes en Río de Janeiro: se estima que del 15 al 23 de junio alrededor de 30.000 participantes acudirán a la "Cumbre de los Pueblos". Se trata de representantes de asociaciones de pueblos indígenas, grupos de abogados y psicólogos, representantes de los habitantes de barrios pobres así como de organizaciones contra la energía nuclear.

"Es una coalición muy amplia compuesta por asociaciones grandes de sindicatos, campesinos, movimientos ciudadanos y organizaciones no gubernamentales", indica Dawid Bartelt, de la fundación alemana Heinrich-Böll en Río de Janeiro. Pero a diferencia de los políticos, diplomáticos y representantes de la economía de la cumbre Río +20, ellos no serán hospedados en los hoteles de lujo de la metrópoli brasileña. Dormirán en escuelas, en vestidores del "Sambódromo" y en carpas en el campus de la universidad.

Las organizaciones civiles han llegado a Río desde 50 países para expresarle su escepticismo a la ONU. Su argumento es que para salir de la crisis del medio ambiente es necesaria la "justicia socio-ambiental", o sea, el respeto a los derechos de los pueblos originarios.

Reproche de servidumbre a la economía

Ellos le reprochan a las Naciones Unidas que su política de medio ambiente se rija por los mercados. Así, la economía dicta pautas, convirtiendo a la naturaleza en una oficina de bienes económicos a comerciar. Esto es lo que la ONU favorece cuando desliga a los países desarrollados de su deber de cambiar el modelo su comportamiento basado en el consumo y el desperdicio. Así resume Pedro Ivo Batista, uno de los organizadores de la Cumbre de los Pueblos, la crítica de los participantes de la cumbre alternativa.

La Cumbre de los Pueblos pide el respeto a los derechos de los pueblos originarios.Imagen: picture-alliance/dpa

El mismo país anfitrión, Brasil, es un mal ejemplo: las grandes centrales hidráulicas en la Amazonía, la rápida concesión de permisos para la explotación minera en territorio indígena, una política nuclear dudosa y un aflojamiento de la legislación del medio ambiente dañan la imagen del anfitrión, dicen los organizadores de la "Cumbre de los Pueblos".

Más dudosa aún es la credibilidad de los países ricos. "Siendo -por lo menos desde la perspectiva histórica- los mayores contaminantes del medio ambiente, deberían ser los primeros en proponer cambios", critica Pedro Ivo Batista. En cambio, se paralizan de miedo frente a la crisis económica.

"Actualmente, las grandes empresas están usando la crisis para imponer exclusivamente soluciones económicas. Pero en realidad la complejidad de la temática va mucho más allá de la ecopnomía", dice Batista.

Señales de la economía

La Cámara Internacional de Comercio reaccionó frente a las acusaciones: en el marco de la cumbre Río +20 organiza un foro de conferencia y discusión con la meta de presentar diez principios que sirvan a las empresas como guía para cambiar hacia un modelo "verde".

El emblema de la Cumbre de los Pueblos.

"Estamos convencidos de que la economía verde solo es posible por medio de la cooperación entre los gobiernos y la sociedad civil", explica Carlos Busquets, vicedirector del departamento de política de la Cámara de Comercio en plática con Deutsche Welle. Entre los ponentes y participantes de discusión se encuentran mánager de primera y encargados de asuntos climáticos de empresas internacionales como Volkswagen, Bosch, el gigante estadounidense de producción de aluminio Alcoa y el constructor de aviones brasileño Embraer.

Alternativas al capitalismo

Mientras, los organizadores de la "Cumbre de los Pueblos" se presentan como anticapitalistas. Temen que el enfoque de la ONU de buscar una solución orientada hacia el mercado solo sirva para seguir aumentando la producción y comercializar los recursos naturales.

Una explotación sustentable del bosque.Imagen: DW

La lista de soluciones de la "Cumbre de los Pueblos" incluye una práctica económica solidaria en la que la prestación de servicios y los bienes sean aprontados en cooperativas. Se espera que proyectos técnicos sociales como la construcción de cisternas y el trabajo sustentable de los bosques, así como los movimientos sociales tengan más cabida dentro de ello.

La esperanza nunca muere

Después de todo, la cumbre de la ONU es una oportunidad para elaborar una regulación más severa en fomento de un desarrollo sustentable, cree Batista. Pero sus expectativas no son muy altas: "Gran parte del problema se debe a que los países no cumplen sus promesas. La ONU ni siquiera dispone de medios para castigar a los gobiernos que no cumplan con lo acordado."

A pesar de ello, los organizadores de la Cumbre de los Pueblos quieren elaborar una lista de recomendaciones para entregársela a los participantes de la cumbre de las Naciones Unidas Río +20.

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