La diáspora cubana, ante una trascendente disyuntiva
13 de agosto de 2018
El gobierno cubano anuncia que los cubanos exiliados podrán participar en el debate en torno a la nueva Constitución. Esto, como en muchas otras ocasiones, divide a la diáspora cubana en bandos irreconciliables.
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Más de dos millones de cubanos habitan hoy fuera de la isla. Y, según la última decisión del presidente Miguel Díaz Canel, también ellos podrán dar sus opiniones sobre las propuestas de cambio que la Asamblea Nacional del Poder Popular hizo a la todavía vigente Constitución de 1976, instaurada bajo el mandato de Fidel Castro. Aunque otros cambios en las últimas dos décadas de Raulismo puedan cuestionarse, esta decisión es, sin dudas, histórica.
Desde 1959, Fidel Castro consideró traidores a todos aquellos cubanos que por cualquier causa decidieran salir definitivamente del país. Esa etiqueta ideológica se materializó, primero, en las confiscaciones de las casas, fábricas y negocios de los representantes del derrocado gobierno del dictador Fulgencio Batista y, de acuerdo a estadísticas de la época, de casi el 92 porciento de la alta y mediana burguesía que abandonó la isla entre 1960 y 1975. En esos años, se miró a un lado cuando la población pobre ocupó apartamentos y casas confiscadas, mientras el gobierno confería a sus altos cargos la propiedad de las mejores mansiones de la burguesía.
Luego, con el lógico surgimiento de la oposición y, posteriormente, con las "traiciones” masivas de los éxodos de 1980 y 1994, sobre ese amplio sector inconforme de la población cayó también la espada de la confiscación de bienes. Esto se llevaba a cabo mediante un proceso humillante: una vez conocida la decisión de irse a otro país, las autoridades se presentaban, contabilizaban las propiedades del "traidor”, desde las plantas del jardín y las joyas, hasta el papel sanitario o los utensilios de cocina. Luego, se presillaba la casa y se aprehendía al traidor, y su familia tenía que buscar alojamiento en casa de algún pariente, irse a un hotel o dormir en la calle, hasta el día de su salida.
Fidel Castro incluso consideraba traidores a quienes mantenían comunicación desde la isla con sus familiares exiliados. Creó así un muro infranqueable entre la isla y el exilio.
Cambios paulatinos a conveniencia
La Revolución en esto siempre ha tenido doble agenda: en las primeras décadas, permitió la entrada de la entonces llamada "Comunidad Cubana en el Exterior” porque necesitaba ese ingreso líquido de divisas para adquirir productos imprescindibles que no llegaban a Cuba a través de la subvención de Moscú. Y en la década de gobierno de Raúl, las aperturas fueron lógicas: en medio de la crisis venezolana, los cuatro mil millones de dólares que anualmente llegan a la isla mediante las remesas fue obligando al gobierno a pensar en establecer nuevos mecanismos para dinamitar la negativa de cientos de miles de cubanos adinerados o en buena posición social de enviar dinero o invertir sus recursos en la isla.
Por primera vez en seis décadas, se eliminaría definitivamente la etiqueta fidelista de "gusanos” pues, además de permitirles la repatriación y concederles el derecho a la doble nacionalidad, se les invita a "valorar el documento aprobado en la Asamblea y proponer los cambios que consideren necesarios”, según palabras de altos funcionarios del gobierno de Díaz Canel.
Exiliados cubanos, aún más divididos
El exilio cubano, usualmente posicionado en dos bandos irreconciliables, ahora está más dividido. Unos, los más radicales, cuestionan a quienes ya han decidido dar su opinión, pues opinan que esta es una estrategia del régimen para eliminar otra de las acusaciones que se le hacen internacionalmente: la de no considerar cubanos a los exiliados.
Un sector no tan amplio, pero importante, ya que se trata básicamente de intelectuales, académicos y profesionales de la cultura, opina que es vital participar con opiniones críticas y proponer cambios radicales al sistema, "incluso aunque no nos escuchen”, considera el académico Pablo Venegas, residente en Canadá.
Otro sector mayoritario se queja de que esto podría convertirse en un nuevo mecanismo de control del gobierno: "Quien no participe o de una opinión crítica puede recibir represalias en su status migratorio”, opina el escritor Ángel Santiesteban, desde la isla. Y un cuarto grupo, exiliados que viajan frecuentemente a Cuba y que dicen ser ajenos a la política, que asume que nada cambiarán con sus opiniones, y por eso dirán sí, sin condicionamientos, a la propuesta gubernamental.
En cualquier caso, según se ve en las redes sociales, buena parte de quienes participarán en esta consulta gubernamental cubana cuestionará la existencia de un partido único y la inmutabilidad del sistema.
El gobierno cubano, entonces, se encuentra también ante una disyuntiva: demostrar al mundo que escucha y aplica a la nueva Constitución las propuestas de cambio que le llegarán desde la diáspora cubana.
Autor: Amir Valle (CP)
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El fin de la era Castro en Cuba
Casi nadie en Cuba puede recordar una vida sin los Castro. Desde el 19 de abril de 2018, ya no habrá un Castro al frente del Estado. Durante casi 60 años, los hermanos Fidel y Raúl gobernaron el país con mano de hierro.
Imagen: Reuters
1959 - La revolución triunfa
Los rebeldes liderados por Fidel Castro llegan al poder tras huir el dictador Fulgencio Batista en enero. EE.UU. reconoce al nuevo gobierno. Pronto "leyes revolucionarias" (como la reforma agraria) afectan a empresas estadounidenses. En diciembre, el presidente republicano Dwight D. Eisenhower aprueba un plan de la CIA para derrocar a Castro en un año y sustituirlo por "una junta amiga de EE. UU."
Imagen: AP
1960 − Nacionalizaciones y acercamiento a la Unión Soviética
Eisenhower prohíbe la exportación a Cuba (salvo alimentos y medicinas) y suspende la importación de azúcar. Cuba responde nacionalizando bienes y empresas estadounidenses, y estableciendo relaciones diplomáticas y comerciales con la Unión Soviética. En el funeral de las víctimas de la explosión del vapor "La Coubre" (foto), que Cuba achacó a la CIA, Castro lanza su consigna "¡Patria o Muerte!"
Imagen: AP
1961 − Ruptura e invasión
EE. UU. rompe relaciones diplomáticas con Cuba y cierra su embajada el 3 de enero. Tras una serie de bombardeos a aeropuertos e incendios en tiendas de los que Cuba acusa a EE. UU., Fidel Castro proclama el carácter socialista de la revolución el 16 de abril. Del 17 al 19, cubanos entrenados por EE. UU. intentan infructuosamente invadir la Isla por Playa Girón y Playa Larga, en Bahía de Cochinos.
Imagen: AP
1962 - La crisis de los misiles
En 1960, Kruschev dijo: “No sé si Fidel es comunista, pero yo soy fidelista”. Moscú reanudó las relaciones diplomáticas con La Habana e incrementó el apoyo. La Unión Soviética instaló bases de misiles nucleares en Cuba. Eso desencadenó la “crisis de los misiles”. Moscú cedió a la presión de Kennedy a cambio de que EE.UU. no invadiría a Cuba y desmantelaría sus bases nucleares en Turquía.
Imagen: imago/UIG
1971 – Fidel Castro en Chile
El episodio de Bahía Cochinos aceleró la proclamación del carácter socialista, marxista-leninista, de la revolución. Cuba terminó siendo expulsada de la Organización de Estados Americanos. Castro quedó aislado en el continente, pero no indefinidamente. Castro fue recibido en Chile por el presidente Salvador Allende (foto), que fue derrocado por Augusto Pinochet en 1973.
Imagen: AFP/Getty Images
1989 – La hora de la Perestroika
La llegada al poder de Mijail Gorbachov en Moscú marcó el inicio de la era del Glasnost y Perestroika. La Cortina de Hierro comenzó a caer en pedazos y el imperio soviético terminó derrumbándose. Cuba perdió a su principal base de sustento exterior, sumiéndose en una aguda crisis. Miles de cubanos intentaron huir a Miami en precarias embarcaciones. Muchos vaticinaban el fin del régimen castrista.
Imagen: picture-alliance/dpa
1998 – Primera visita papal
Un decreto de Pío XII prohibía a los católicos el apoyo a los regímenes comunistas. En virtud del mismo, el Vaticano había excomulgado a Fidel Castro en enero de 1962. Pero las décadas pasaron y, luego del término de la Guerra Fría, llegó el momento del acercamiento: en 1996, Castro visitó al Papa Juan Pablo II y éste retribuyó la visita dos años más tarde, en un gesto considerado histórico.
Imagen: picture-alliance/AP/Michel Gangne
2002 - Fidel Castro y Jimmy Carter juegan béisbol
Desde que Estados Unidos impuso su embargo comercial, económico y financiero en 1962, hubo pocos momentos de distensión entre Washington y La Habana. Uno de los pocos signos en esa dirección fue el viaje del expresidente estadounidense Jimmy Carter en 2002, motivado por la intención de encontrar puntos de acercamiento. Tampoco sus buenos oficios provocaron cambios sustanciales en Cuba.
Imagen: Adalberto Roque/AFP/Getty Images
2006 - Fidel y Hugo
Desde los años 90, Cuba dejó de ser vista como un peligroso exportador de revoluciones. Con el estrepitoso derrumbe del bloque del Este, las ideologías de izquierda naufragaban. Pero en Venezuela llegó al poder un nuevo dirigente dispuesto a propagar la “Revolución Bolivariana”. Hugo Chávez, declarado admirador de Fidel Castro, le dio a La Habana un efectivo respaldo, también en lo económico.
Imagen: picture-alliance/dpa/dpaweb
2006 - La entrega del poder
La enfermedad forzó a Fidel Castro a abandonar el poder. En 2006, lo dejó en manos de su hermano Raúl, garante de que no habría vuelco radical en un sistema que, pese a los avances en educación y salud, cobró un alto precio: falta de libertad y represión. Mientras afloraban los primeros cambios, Castro se fue despidiendo de a poco, defendiendo hasta el final su visión desde las páginas del Granma
En diciembre de 2014, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el de Cuba, Raúl Castro, anunciaron que retomarían las relaciones diplomáticas. Obama visitó Cuba en marzo de 2016. Habían pasado 88 años desde la última vez que un presidente estadounidense viajara a la isla. EE. UU. retiró a Cuba de la lista de terrorismo y el deshielo comenzó a afianzarse.
Tantas veces anunciada y denegada, pocos creyeron la noticia de su fallecimiento en un primer momento. No obstante, el 25 de noviembre de 2016, los bares empezaron a cerrar y las reuniones callejeras se dispersaron cuando corrió el rumor de su deceso. Durante años, Castro desmintió a quienes lo daban por muerto publicando fotografías o artículos de opinión de innegable actualidad.
Imagen: Getty Images
2018 – La sucesión
Después de 10 años, Raúl Castro se retira del poder. El 19 de abril, el Parlamento cubano elige a un sucesor que por primera vez en casi 60 años no lleva el nombre de Castro. Sin embargo, los analistas sostienen que es poco probable que el curso político en Cuba cambie tan pronto.