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La economía de Nicaragua: café, celulares y remesas

José Ospina-Valencia
23 de junio de 2021

A pesar de sus potenciales, la economía de Nicaragua no ha logrado dar el salto hacia la producción y el acabado de productos que generen valor agregado. Las remesas de emigrantes y exiliados son la tabla de salvación.

Café certificado de Nicaragua.
Café certificado de Nicaragua, uno de sus más importantes productos de exportación.Imagen: O. Ristau

Después de varios años de relativo buen desempeño, desde mucho antes de la pandemia, la economía de Nicaragua venía en picada. Según cifras del Banco Central de Nicaragua, el Producto Interno Bruto (PIB), que venía creciendo a buen ritmo desde la crisis de 2009, bajó en 2018 un 3,4%, en 2019 un 3,7% y en 2020 un 2%.

La fortaleza de una economía también se mide por sus índices de desempleo. Y en Nicaragua, que no ha vuelto a realizar encuestas de empleo conocidas, solo es posible calcularlo por el porcentaje de personas que dejaron de estar afiliadas a los sistemas de seguridad. Así, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en febrero de 2019, en Nicaragua el número total de afiliados se redujo en 16,6%. Eso quiere decir que en ese país centroamericano el desempleo se disparó ya antes de la pandemia, según la misma organización latinoamericana, "producto de la situación sociopolítica que enfrenta Nicaragua desde el mes de abril de 2018”.

La inversión más baja de América Latina

En términos por habitante, Nicaragua ha tenido desde 1994 hasta la actualidad, la menor inversión de América Latina. En 2018, la inversión en Nicaragua cayó al -3,8%, y en 2019 se desplomó al -5,3%, de acuerdo a cifras de la CEPAL que aún no ha recibido datos de 2020.

Trabajo informal en Nicaragua, aquí en un mercado de Managua.Imagen: picture-alliance/dpa/A. Zuniga

Los últimos datos del perfil de Nicaragua en el Banco Mundial son de 2018. Según dicha institución, ese país tenía 6,47 millones de habitantes, con una tasa de crecimiento de la natalidad del 1,3 por ciento. En el mismo año, el 24,9 por ciento de los nicaragüenses vivían en la pobreza. Un índice menor habría en 2021, según los cálculos de proyección de Funides, la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social.

Importa más de lo que exporta

La ubicación geográfica de Nicaragua no podía ser más privilegiada para convertirse en una economía destacada en la región. Limita al norte con Honduras, al sur con Costa Rica. Tiene al occidente costas en el océano Pacífico y al este con el mar Caribe.

La economía de Nicaragua importa más de lo que exporta, lo que no es una excepción en las economías de América Central. Así, los datos del Banco Mundial indican que Nicaragua importa el 51% de los productos y servicios que consume, mientras exporta un 42% de bienes. Entre los indicadores más importantes el uso de telefonía móvil: el 115,1% de los nicaragüenses poseen un contrato de telefonía celular, aunque solo un  27,9% utiliza individualmente internet.

Nicaragua está en una zona volcánica, una ubicación que se convierte en ventajosa gracias al enriquecimiento de sus suelos con materiales volcánicos, lo que los hace extremadamente fértiles. La variedad de cultivos es grande, pero han sido el café y los metales preciosos los que han concentrado casi el 80% de todas las exportaciones.

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Fallidos planes de semi-industrialización

Durante décadas, los mayores socios comerciales de Nicaragua fueron prácticamente solo cuatro: Estados Unidos, Francia, Alemania y Reino Unido, a los que exportaba casi el 100 % de sus productos agrícolas y minerales. En los últimos, sus exportaciones se han concentrado prácticamente solo en Estados Unidos. En síntesis, si antes los dos únicos productos que exportaba Nicaragua iban a solo cuatro países, hoy, la dependencia en ese sentido ha aumentado, con solo Estados Unidos como socio mayor.

En vista de ese desfase, el Gobierno de Nicaragua prometió impulsar una política de industrialización sustituyendo la importación de productos terminados para importar productos intermedios y acabarlos en el país, con el fin de generar valor agregado y empleo. Pero según el Banco Mundial, lo que ha ocurrido es lo contrario: "En los primeros 10 años las importaciones de productos intermedios disminuyó, mientras aumentaron las importaciones de productos de consumo y de capital, pero, en la segunda década analizada, la entrada de productos intermedios aumentó, junto con los bienes de consumo, mientras disminuyeron los bienes de capital”.

Remesas, fruto del trabajo de emigrantes y exiliados

Por último, las remesas como factor económico son relevantes en Nicaragua. Hasta marzo de 2021, los nicaragüenses recibieron 75,9 millones de dólares más que en los tres primeros meses de 2020, cuando sumaron 424,5 millones de dólares en remesas, como dice un informe mensual del banco emisor del Estado nicaragüense

Nicaragua captó así 1.851,4 millones de dólares en remesas en 2020. Las remesas representan un 14,6 % del Producto Interno Bruto del país, que en 2020 se cifró en 12.621,5 millones de dólares. Las remesas, que en ese año crecieron un 10% más que en 2019, llegan en su mayor parte provenientes de emigrantes y exiliados en Estados Unidos, España y Costa Rica.

(cp)

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