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Ébola debería ser un alerta sobre la paz en la RDC

Sella Oneko
27 de junio de 2019

Más de 2.230 personas se han infectado con el ébola y al menos 1.510 han muerto en el último año. “Sabemos cómo enfrentar la crisis, pero el conflicto nos lo impide”, dice la NGO alemana Difäm. La tensiones crecen.

Gisela Schneider, directora de la ONG alemana Difäm en la RDC
Gisela Schneider, directora de la ONG alemana Difäm en la RDCImagen: Difäm

Los brotes previos de ébola en la República Democrática del Congo (RDC) duraban, por lo general, solo unas pocas semanas o meses. Pero la actual epidemia en las provincias nororientales de Kivu e Ituri se ha prolongado un año. Esto se debe principalmente a la presencia de milicias y frecuentes enfrentamientos en la región.

La región del ébola

"Ituri y Kivu del Norte sufren ya 20 años de conflicto con violencia contra las mujeres y desplazamiento”, dice a DW Gisela Schneider, directora de Difäm, una ONG alemana que trabaja con organizaciones eclesiásticas. "Esta es una sociedad altamente traumatizada, donde la gente simplemente no confía en las instituciones estatales", agrega. Schneider visitó la RDC para ayudar en el desarrollo de medidas de higiene y buscar ayuda para los programas de prevención, con el fin de crearconciencia acerca de la crisis de salud.

La falta de confianza, tanto en el Estado como en la ayuda externa, ha dificultado mucho el trabajo de los trabajadores de salud. Ha habido varios informes de ataques contra trabajadores de la salud, tanto por parte de milicias como por comunidades locales. Esta semana, la Organización Mundial de la Salud (OMS) detuvo sus operaciones en la ciudad de Beni hasta que la situación se calme, luego de que uno de sus conductores fuera atacado por una multitud enojada. Un médico camerunés que trabajaba con la OMS fue asesinado en abril de 2019 en Butembo.

"Tenemos que hacerle entender a la población que nuestra ayuda no es parte de ningún plan conspirativo", apunta Schneider. Las organizaciones con las que trabaja esta experta alemana le enseñan a los aldeanos cómo protegerse del virus, lavándose regularmente las manos, por ejemplo, o buscando ayuda médica y enterrando a los muertos de forma segura.

El ébola no conoce fronteras

La región afectada está ubicada cerca de la frontera con Uganda, Ruanda y Sudán del Sur. Los países vecinos de la RDC han estado en alerta durante el último año. A mediados de junio, un niño de 5 años, junto con su hermano y su abuela, cruzaron a Uganda desde la República Democrática del Congo llevando consigo el virus. Fueron ingresados en la unidad de tratamiento del ébola y murieron unos días después.

Al igual que la República Democrática del Congo, Uganda ha sufrido y gestionado varios brotes pequeños de ébola. Las autoridades de Uganda estaban preparadas para la situación, ya habían vacunado a más de 4.700 trabajadores de la salud con una nueva vacuna. El 25 de junio, el gobierno alemán anunció que había enviado un equipo de prevención de epidemias a Uganda. A pedido del gobierno de Uganda, el equipo, entre otras cosas, ayudaría con el transporte de muestras sospechosas de ébola de los centros de salud locales al laboratorio nacional.

La principal preocupación de las autoridades de Uganda es el gran número de refugiados que huyen de los combates en el este de la RDC en los últimos meses. Desde principios de junio, unos 7.500 refugiados han llegado a Uganda. Los enfrentamientos entre los grupos étnicos, Hema y Lema, son la principal causa del problema. Muchos reportan el incendio de sus aldeas, dice la ONU. Dentro de la RDC, los campamentos que albergan a los desplazados internos han recibido un gran número de recién llegados.

"Esta epidemia debería ser una llamada de alerta”, advierte Gisela Schneider y concluye: "Tenemos el equipo médico, tenemos las vacunas, sabemos cómo sensibilizar a la población afectada, pero la violencia no nos permite entrar a la zona de conflicto”.

(jov/cp)

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