El posbrexit: ¿fin del diálogo entre la UE y Gran Bretaña?
Barbara Wesel
7 de septiembre de 2020
Boris Johnson le pone a la UE un plazo de cinco semanas para concluir un acuerdo comercial e insiste en no cumplir lo pactado. Si Londres suspendiera el Protocolo de Irlanda del Norte, las conversaciones no seguirían.
Publicidad
El tono del gobierno británico es cada vez más áspero. El fin de semana, el negociador del Reino Unido, David Frost, dijo que no tenía miedo de cancelar las conversaciones comerciales con la UE, y agregó que ahora el primer ministro británico, Boris Johnson, quiere un resultado para mediados de octubre. De lo contrario, estaría preparando al país para un futuro sin acuerdos. Esto podría ser considerado una jugada en el póker de las negociaiones,de no existir planes de suspender partes del protocolo de Irlanda del Norte, como informa el Financial Times. El incumplimiento de este acuerdo de retirada es la última línea roja para la UE.
Boris Johnson afirma que incluso un "no acuerdo sería un buen resultado” para Gran Bretaña. Y su país podría "prosperar poderosamente” si se separara de la UE a partir del 1 de enero de 2021 sin un pacto. Si eso sucediera, haría negocios con la UE como lo hace actualmente con Australia. Esto significa, de hecho, que se introducirán aranceles y normas, tal como se aplican en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Después de todo, Gran Bretaña no tiene un acuerdo con Australia, aunque Johnson siempre trata de sugerir que sí lo tiene. Según las normas de la OMC, los automóviles, por ejemplo, están sujetos a un impuesto aduanero del 10%, que para la importación de productos lácteos australianos a la UE es incluso del 35%.
"Nuestro gobierno se está preparando para una salida sin acuerdo, en nuestras fronteras y en nuestros puertos. Y tendremos pleno control sobre nuestras leyes, nuestras reglas y la pesca en nuestras aguas”, asegura el primer ministro. La referencia al "control total” aduce a los principales puntos de controversia en las negociaciones: la UE quiere que Gran Bretaña acepte las normas sobre ayudas estatales a empresas, una medida que Londres rechaza.
"No seremos un Estado cliente de la UE”, replicó el negociador británico David Frost. El objetivo político parece ser redimir el lema del 'brexit' de "recuperar el control”. Sin embargo, todo acuerdo comercial implica ciertas restricciones y el reconocimiento de normas por ambas partes. Si la parte británica insiste constantemente en su soberanía, la UE, por su parte, hace lo mismo e insiste en las condiciones de acceso al mercado único europeo.
Más importantes que los posibles aranceles son las llamadas barreras comerciales no arancelarias. Se trata de normas de origen, seguridad de productos, normas de higiene y reglamentos similares. Por lo tanto, la UE puede introducir controles extensos en las fronteras con Gran Bretaña a partir del 1 de enero de 2021. Sin embargo, estos son aún más graves para el sector de los servicios, que representa el 80% de la economía británica. El director de la OMC, Robert Azevedo, dijo en entrevista con la BBC que "los ajustes podrían ser dolorosos” si el comercio de bienes entre la UE y el Reino Unido volviera a las reglas de la Organización Mundial del Comercio.
Publicidad
¿Chantaje con Irlanda del Norte?
Las negociaciones entre ambas partes continuarán este martes 8 de septiembre en Londres. Pero el anuncio de que el miércoles se presentará en la Cámara de los Comunes una "Ley del Mercado Único”, que desafiaría los controles fronterizos para el movimiento de mercancías entre el territorio continental británico e Irlanda del Norte. Un paso que debe ser visto como una declaración hostil a la UE que ha subrayado repetidamente que sólo habrá un acuerdo comercial si Londres cumple con sus obligaciones en virtud del tratado de salida.
Manfred Weber, jefe del Partido Popular Europeo (PPE) en el Parlamento Europeo, advierte al Primer Ministro británico: "En lugar de tomar de nuevo como rehén a Irlanda del Norte, sería mejor que cumpliera su palabra y aplicara el tratado de retirada”. Y le pregunta: "¿Podemos confiar en que usted (Boris Johnson) cumplirá su palabra?”.
El protocolo de Irlanda del Norte forma parte del tratado de salida que el gobierno británico firmó el pasado otoño tras duras negociaciones y que fue aprobado por el parlamento. Se prevén ciertos controles en la frontera con Irlanda del Norte una vez finalizado el período de transición, de modo que Irlanda en su conjunto pueda seguir siendo tratada como una sola zona económica.
Objetivo de la UE: preservar el Acuerdo de Viernes Santo
La UE y el gobierno británico debatieron este punto durante mucho tiempo. El objetivo era preservar el Acuerdo de Viernes Santo y la paz en la isla, y no introducir nuevas fronteras entre la República de Irlanda, que sigue siendo un Estado miembro de la UE, y la región de Irlanda del Norte.
El ministro irlandés de Relaciones Exteriores, Simon Coveney, advirtió en Twitter que si el gobierno británico rompía el acuerdo "sería muy imprudente”.
Y Michelle O'Neil, viceprimera ministra de Irlanda del Norte, escribió que sería "una traición que perjudicaría a la economía irlandesa en su conjunto y al Acuerdo del Viernes Santo”.
Diplomáticos en Bruselas hablan de una "estrategia de autodestrucción” porque la anunciada Ley de Mercado Interior podría, en efecto, poner fin a las conversaciones comerciales. Con este anuncio, se puede interpretar que Boris Johnson está sacando su última carta de la manga y busca chantajear a la UE con el tema irlandés de tal modo que, si no logra un acuerdo comercial como el que recibió Canadá, no cunpliría con el acuerdo de salida.
(jov/cp)
Cronología del "brexit": el turbulento camino para dejar la UE
Los británicos impactaron al mundo cuando decidieron abandonar la Unión Europea, el 23 de junio de 2016. Acá revisamos los hitos más relevantes que han marcado este proceso.
Imagen: picture-alliance/empics/Y. Mok
Junio de 2016: "La voluntad del pueblo"
Tras una estridente campaña, cerca del 52 por ciento de los británicos aprobó la opción de abandonar la Unión Europea en el referéndum por el "brexit". Las encuestas habían adelantado que la lucha sería estrecha, pero daban una ligera ventaja a quienes apoyaban la permanencia. El premier conservador David Cameron, que rechazaba el "brexit", reconoció la "voluntad del pueblo" y renunció.
Imagen: picture-alliance/dpa/A. Rain
Julio de 2016: "'Brexit' significa 'brexit'"
Theresa May, exsecretaria de Interior, reemplazó a David Cameron como premier el 11 de julio y prometió al país que "'brexit' significa 'brexit'". May había apoyado en las sombras la campaña para permanecer en la UE, y al comienzo no dijo cuándo su gobierno activaría el Artículo 50 del Tratado de la UE para dar inicio a las conversaciones que llevarían a la salida formal.
Imagen: Reuters/D. Lipinski
Marzo de 2017: "Ya los extrañamos"
El 29 de marzo de 2017, May finalmente firmó una carta diplomática para activar el Artículo 50. Horas después, el embajador británico ante la UE, Tim Barrow, le entregó la nota al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. El "brexit" quedó oficialmente establecido para el 29 de marzo de 2019. Tusk terminó su breve declaración diciendo "ya los extrañamos; gracias y adiós".
Imagen: picture alliance / Photoshot
Junio de 2017: "¡Y se van!"
El secretario británico para el Brexit, David Davis, y el negociador jefe de la UE, Michel Barnier, iniciaron las conversaciones el 19 de junio. La primera ronda terminó con Reino Unido aceptando, a regañadientes, el cronograma para las negociaciones. En éste las conversaciones se dividían en dos fases: la primera resolvería los términos de la salida y, la segunda, la relación entre ambas partes.
Imagen: picture alliance/ZUMAPRESS.com/W. Daboski
Diciembre de 2017: Fase 2
Los líderes de los 27 países que siguen en la UE decidieron que ya había "progresos suficientes" en las negociaciones y que era momento de pasar a la fase 2: el período de transición posbrexit y el futuro de las relaciones comerciales. Theresa May se declaró satisfecha con la decisión, pero Donald Tusk advirtió que las negociaciones serían "dramáticamente difíciles".
Imagen: picture-alliance/AP Photo/dpa/O. Matthys
Julio de 2018: renuncian Johnson y Davis
Los ministros británicos respaldan el plan del "brexit" de Theresa May presentado en Chequers el 6 de julio. La propuesta mantenía a Reino Unido en un territorio aduanero con la UE y sellaba un libro de normas en común para todos los bienes. Pero eso fue demasiado para el ministro de Exteriores, Boris Johnson, y el secretario para el Brexit, David Davis, que renunciaron.
Imagen: picture-alliance/empics/G. Fuller
Noviembre de 2018: avances en Bruselas
Los líderes de la UE aprobaron un borrador del acuerdo de divorcio de 585 páginas a fines de noviembre. El documento había sido criticado apenas semanas antes por parlamentarios británicos de todos los sectores. El secretario para el Brexit, Dominic Raab, renunció junto a otros ministros y docenas de miembros del Partido Conservador, intentando desencadenar un voto de rechazo a Theresa May.
Imagen: Getty Images/AFP/E. Dunand
Diciembre de 2018: May sobrevive a la rebelión
Frente a una oposición implacable, May pospuso la votación parlamentaria del acuerdo. Al día siguiente, se reunió con la canciller Angela Merkel para buscar garantías que convencieran a los legisladores rebeldes para que respaldaran el acuerdo. Pero en su ausencia, los conservadores más duros dieron pie a un voto de rechazo. May salió airosa 24 horas más tarde.
Imagen: Getty Images/S. Gallup
Enero de 2019: Acuerdo rechazado
El 16 de enero, el Parlamento británico se pronunció, por 432 contra 202 votos, por rechazar el acuerdo alcanzado por May con la UE. Como respuesta a ello, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, sugirió que la única solución era que Reino Unido permaneciera en la UE. Mientras, el Partido Laborista pidió un voto de confianza, el segundo desafío al liderazgo de May en pocas semanas.
Imagen: Reuters
Marzo de 2019: May sufre una segunda derrota
May obtuvo mejoras, en especial en el "backstop", la idea de no imponer una frontera "dura" entre ambas Irlandas. De hecho, logró garantías de que Londres podría suspender esta salvaguarda bajo ciertas condiciones. Pero el 12 de marzo, el Parlamento nuevamente votó en contra. La UE advirtió: crecía el riesgo de un "brexit" sin acuerdo. Dos días después, el Parlamento volvió a retrasar la salida.
Imagen: picture alliance/AP Photo/T. Ireland
Marzo de 2019: tercer rechazo
El 29 de marzo, día en que Reino Unido supuestamente abandonaría la UE, los parlamentarios volvieron a rechazar el acuerdo de Theresa May, esta vez por 344 a 286. En un intento por superar el bloqueo, May negoció con el líder opositor Jeremy Corbyn, lo que enfureció a los conservadores más duros.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/House of Commons/M. Duffy
Abril de 2019: "Brexit" retrasado hasta Halloween
Con la fecha límite del 12 de abril acercándose tras la tercera derrota de May, los líderes de la UE se reunieron nuevamente en Bruselas para discutir una segunda prórroga. La única duda era cuán larga debía ser. Al final, Londres y la UE acordaron una extensión "flexible" hasta el 31 de octubre. Reino Unido tuvo que participar en las elecciones de la UE en mayo por no haber salido a tiempo.
Imagen: Reuters/E. Plevier
Mayo de 2019: May renuncia
Semanas de conversaciones entre la premier y el Partido Laborista no condujeron a un acuerdo y terminaron erosionando el capital político de May. Ésta, de hecho, generó un terremoto en su propio partido al intentar poner sobre la mesa la opción de un nuevo referéndum. Esta serie de errores derivó en la renuncia de la primera ministra, que se hizo efectiva el 7 de junio.
Imagen: Reuters/H. McKay
Julio de 2019: Boris Johnson es primer ministro
A fines de julio de 2019, Boris Johnson fue oficialmente nombrado primer ministro, como sucesor de la renunciada Theresa May. "Vamos a dinamizar el país, vamos a concretar el 'brexit' el 31 de octubre", dijo tras ser elegido líder del Partido Conservador.
Imagen: Imago Images/Zuma/G. C. Wright
Septiembre de 2019: la amenaza electoral de Johnson
La oposición y algunos conservadores rebeldes apoyaron postergar el "brexit", temerosos de que se produjera una salida sin acuerdo. Como respuesta, Johnson pidió elecciones generales, diciendo que no podía gobernar tras expulsar de su partido a 21 parlamentarios. El Partido Laborista dijo que no apoyaría nuevas elecciones hasta que no entrara en vigor una ley que impidiera un "brexit" sin acuerdo.
Johnson logró un acuerdo con los negociadores europeos para permitir que Reino Unido abandonara la UE de manera ordenada. El pacto recibió el respaldo unánime de los líderes de los otros 27 estados miembro. Pero el premier fracasó al intentar obtener el apoyo del Parlamento. En cambio, los legisladores presionaron para extender la fecha de salida hasta fines de enero de 2020.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/F. Augstein
Diciembre de 2019: los legisladores apoyan a Johnson
El 22 de diciembre, tras unas elecciones legislativas que ganó con comodidad, Johnson finalmente consiguió que el Parlamento aprobara el proyecto para salir de la UE, que deja la fecha del 31 de enero de 2020 consagrada por ley. Ahora, por fin, terminó la teleserie del "brexit". Aunque empieza otra: la del período de transición.
Imagen: picture-alliance/empics/House of Commons
Fiesta de despedida
Partidarios del "brexit" celebran en Londres, en la noche del 31 de enero de 2020. El Reino Unido dejó la Unión Europea 188 semanas después del referéndum en que se impuso la opción euroescéptica, celebrado en junio de 2016.