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La espuma negra del petróleo

Emilia Rojas21 de agosto de 2004

Expertos alemanes advierten del impacto negativo del alza de precios del petróleo en las proyecciones de crecimiento económico, mientras persiste el nerviosismo en los mercados por la situación en Irak.

Corredores de futuros : El crudo se acercó a 50 dólares en Nueva York.Imagen: AP

Como la espuma ha subido en los últimos días el precio del petróleo. Una espuma negra para las perspectivas de crecimiento económico, en Alemania y muchos otros países. El mundo entero tiene los ojos puestos en este balancín que, ciertamente, también se mueve por momentos hacia abajo. Son instantes de respiro, que transitoriamente hacen recobrar esperanzas a las bolsas de comercio. Pero no alcanzan a contrarrestar ni remotamente la tendencia: el barril, que a fines de junio costaba cerca de 36 dólares, se empinó el viernes a alturas cercanas a los 50 dólares.

Combinación nefasta

Visto en perspectiva, el problema es evidente: en Nueva York, el precio del petróleo es por estos días más de un 50% superior al de un año atrás. Las causas son varias y se combinan en un panorama nefasto para las expectativas de desarrollo económico: la explosiva situación imperante en Irak hace temer por nuevas reducciones de suministro, al igual que el miedo a posibles nuevos atentados en Arabia Saudita. Los problemas del consorcio petrolero ruso, Yukos y la tensión política de Venezuela aportan lo suyo, mientras la demanda de petróleo sigue en alza a nivel internacional.

Venezuela, por lo pronto, no es partidaria de que la OPEP incremente la producción, como forma de atenuar la presión alcista. El ministro de Relaciones Exteriores venezolano, Jesús Pérez, indicó que la extracción en los países miembros ya está cerca del umbral máximo de 26 millones de barriles diarios, puntualizando que "mientras haya guerra en Irak, el precio del petróleo seguirá subiendo".

¿Optimismo o ilusión?

Si el ministro tiene razón, más vale prepararse para tiempos difíciles. Porque nada apunta a una pronta solución de fondo en el caso iraquí. Sea como fuere, el jefe del Instituto Alemán de Investigaciones Económicas (DIW), Klaus Zimmermann, piensa que es improbable que el precio del petróleo baje en forma contundente y considera ilusorias las esperanzas de que se retraiga a 35 dólares por barril.

Bastante más optimista se muestra, en cambio, el economista en jefe del Banco Mundial, Francois Bourgignon. A su juicio, dentro de unos meses, cuando dejen de incidir estos imponderables políticos, se volverá a tener un precio que él estima equilibrado y que bordearía los 30 dólares por barril. En lo que los expertos sí coinciden es en que los actuales niveles representan un problema para la economía. Y ese problema será tanto mayor si superan la temida marca de los 50 dólares.

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