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La estrategia "cero COVID" tiene cansados a los chinos

William Yang
19 de octubre de 2022

Pekín parece no inmutarse por los desafíos económicos y sociales de su dura estrategia "cero COVID" para detener los contagios.

Dos personas se hacen un test de coronavirus en una calle de China.
En China, impera la estrategia "cero COVID", basada en test PCR y confinamientos frecuentes.Imagen: Koki Kataoka/Yomiuri Shimbun/AP Photo/picture alliance

Durante casi tres años, China ha implementando una de las políticas de gestión antipandemias más estrictas del mundo, cerrando fronteras y realizando tests de COVID-19 a gran escala.

El domingo (16.10.2022), el presidente chino, Xi Jinping, elogió el éxito de la estrategia "cero COVID", argumentando que dicha política ha salvado vidas, y es una "guerra popular total para detener la propagación del virus".

Los expertos, sin embargo, coinciden en gran medida en que China no parece tener ningún plan para poner fin a la estrategia "cero COVID"  ni a corto ni a largo plazo. "China carece de vacunas y opciones de tratamiento efectivas, tiene una tasa de vacunación peligrosamente baja para las poblaciones de mayor edad y un sistema de atención médica muy estresado”, dijo Xi Chen, profesor asociado de política y economía de la salud en la Escuela de Salud Pública de Yale.

China y las vacunas

Según el medio de comunicación estatal chino China Daily, menos del 86 por ciento de la población de tercera edad ha sido vacunada del todo, y solo alrededor del 68 por ciento ha recibido vacunas de refuerzo.

Un estudio de la Universidad de Hong Kong mostró que las personas mayores de 60 años que habían recibido dos dosis de la vacuna Sinovac de China tenían tres veces más probabilidades de morir por una infección por coronavirus que aquellas que habían recibido dos dosis de la vacuna BioNTech Pfizer.

Según informes de prensa, en las últimas semanas, varias compañías farmacéuticas chinas han comenzado a construir fábricas destinadas a producir vacunas de ARNm.

Chunhuei Chi, director del Centro de Salud Global de la Universidad Estatal de Oregón, cree que "China ahora está atrapada en una situación delicada. La tasa de infección entre la población china es demasiado baja y no tienen una vacuna efectiva", dijo a DW.

La gente no quiere más confinamientos ni tests

Las autoridades chinas han seguido defendiendo públicamente la estrategia "cero COVID", ya que hay millones de ciudadanos chinos en algún tipo de confinamiento. Desde el lunes (17.10.2022), por ejemplo, alrededor de 1 millón de residentes de la ciudad china de Zhengzhou están obligados a quedarse en casa y realizar tests PCR.

Zhang Hai, ciudadano chino que vive en el centro industrial de Shenzhen, dijo a DW que los confinamientos en la ciudad y en toda China han afectado gravemente la vida cotidiana de los ciudadanos. "Los confinamientos no influyen (en la vida) de los funcionarios del Gobierno que imponen estas órdenes”, afirmó. "Todas las industrias están experimentando un desplome casi tres años después de que el coronavirus surgiera por primera vez en Wuhan”, añadió.

"Muchos ciudadanos chinos están disgustados por los constantes e inesperados confinamientos. Cuando escucho la palabra 'test PCR', me enfado mucho”, agregó.

Chen, de la Escuela de Salud Pública de Yale, dijo a DW que está desconcertado porque China sigue usando tests PCR a gran escala y sus estrategias de confinamiento. "No hacen mucho para resolver el problema a largo plazo", criticó. "Se ignoran estrategias más sostenibles, como aumentar las tasas de vacunación, implementar tarjetas de vacunación o vacunas más efectivas, adoptadas ya por otros países", afirmó.

Derechos humanos

Además, se han reportado presuntos casos de violaciones de derechos humanos, como por ejemplo, en Shanghái, ciudad de 25 millones de habitantes, que estuvo confinada más de 40 días con las consiguientes carencias de comida y suministros básicos.

Yaqiu Wang, investigador sénior sobre China de Human Rights Watch, dijo a DW que "el Gobierno chino continúa pasando por alto los problemas de derechos humanos que surgen de la situación actual, ignora las opiniones de los expertos y se niega a escuchar los llamados de ayuda del pueblo chino. Esto es una autocracia", dijo. Y critica que China, "al intentar equilibrar la salud pública y la economía”, prolonga la estrategia "cero COVID", "perjudicando la economía”.

(rmr/ms) 

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