Estrategia de Keiko Fujimori es “grave” para la democracia
Camilo Toledo-Leyva
30 de junio de 2021
Keiko Fujimori insiste en un fraude en el balotaje en Perú y pide ahora una auditoría internacional de la OEA. Mientras tanto, Castillo, que aún no puede ser proclamado como presidente, trata de calmar a los mercados.
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A más de tres semanas de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Perú, la proclamación del ganador se sigue dilatando. Tras denunciar un “fraude en mesa”, la candidata de derecha derrotada, Keiko Fujimori, pide ahora una auditoría internacional a cargo de la Organización de Estados Americanos (OEA).
De acuerdo con el escrutinio oficial de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), con el 100% de las actas contabilizadas, el izquierdista Pedro Castillo recibió el 50.12% de los votos válidos sobre el 49,87% de Fujimori, superándola por 44.058 sufragios. Sin embargo, el fujimorismo ha impulsado una serie de impugnaciones de actas para anular unos 200.000 votos de zonas rurales que apoyaron contundentemente a Castillo.
En una carta dirigida al presidente peruano, Francisco Sagasti, y en vista de que el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) viene rechazando las impugnaciones por falta de pruebas, Fujimori insiste en un peritaje internacional para que se “determine si los resultados representan la voluntad popular” y pide que, además, se revisen “como ocurrió en Bolivia". Pero la propia misión de observadores de la OEA, presente durante los comicios, ya ha calificado de “positivo el proceso electoral” en Perú y ha descartado “graves irregularidades”.
¿Sin más argumentos de “fraude”?
Para el exjefe de la ONPE y politólogo de la Universidad Católica de Perú, Fernando Tuesta, los argumentos de fraude del fujimorismo y sus aliados se van diluyendo, por eso ahora recurren al ámbito internacional: “Quieren internacionalizar el tema del fraude, mientras el JNE continúa rechazando las impugnaciones. Estos pedidos siempre se tienen que revisar y pueden tardar algunos días. Se tienen que resolver para poder proclamar a Castillo como presidente electo”, explica a DW.
Tuesta indica también que es un error comparar el reciente proceso electoral peruano con el caso boliviano y que una auditoría por parte de la OEA no sería viable. “Esas fueron elecciones cuestionables donde sí hubo intromisiones de los organismos electorales y, además, nacían de informes de observadores de la propia OEA que ya señalaban problemas”, afirma el experto.
Por su parte, Lucía Dammert, analista en temas de gobernabilidad en América Latina y directora de la organización civil Espacio Público, señala a DW que el pedido de la candidata del partido Fuerza Popular sería una herramienta más del fujimorismo “para seguir dilatando el proceso”. “Es una estrategia personal de Keiko Fujimori, cuya alternativa real de sobrevivencia fuera de la cárcel es ser presidenta. Su proceso de pérdida va a ser gravísimo para la democracia, porque al final termina polarizando más a la ciudadanía”, advierte Dammert.
Datos de actas protegidos por ley
En su intento por revertir el resultado electoral, haciendo tambalear en el camino a la ya débil democracia del país sudamericano, la hija del expresidente encarcelado Alberto Fujimori (1990-2000) ha pedido que se revisen las actas de votación debido a la “gran cantidad de irregularidades” y que la ONPE entregue dichas actas para verificar, por ejemplo, si las firmas de los votantes son correctas. Sin embargo, hasta el momento, ninguna persona ha denunciado que se haya falsificado su firma.
Fujimori y la derecha peruana también han acusado al jurado electoral de no ser imparcial en sus resoluciones de los recursos planteados por su partido. Pero incluso el aliado del fujimorismo Daniel Córdova, quien ha estado liderando los esfuerzos para llegar a la OEA, admitió recientemente en medios locales que no tienen “información para probar el fraude, pero sí hay presunción de fraude”.
Al respecto, el exdirector de la ONPE recuerda que es imposible entregar el acta con información de los votantes, porque violaría el secreto al voto que todo ciudadano tiene por ley. “El acta padrón, que es el documento donde uno deja su huella digital y la firma, no se entrega. Esto es parte de la información personal sensible que la ley justamente protege. Esto no se hace en ninguna parte del mundo”, insiste Tuesta.
Después del balotaje, todas las otras misiones de observadores electorales informaron que no encontraron indicios de fraude. Además, la Unión Europea, Estados Unidos y Canadá han coincidido en expresar su confianza en el sistema electoral peruano por haber dirigido unas elecciones “libres y limpias”. Sin embargo, detrás de los intereses económicos de los poderosos aliados del fujimorismo habrían otras razones: “Detrás de todo hay también un trasfondo clasista y racista. La élite limeña ha estado demasiado acostumbrada a tener el poder en sus manos y no ven bien que este quede ahora en manos de alguien que no conocen”, señala la analista política Dammert.
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Las señales de Castillo
En medio de la incertidumbre electoral y ante las dudas existentes por un posible plan económico estatista, Pedro Castillo ha pedido públicamente al director del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), Julio Velarde, que se quede en su puesto por los cinco próximos años. Velarde es un funcionario reconocido en el mundo financiero que se ha mantenido en su puesto desde 2006, durante tres periodos de gobierno. Este anuncio provocó que la moneda peruana, el Sol, y la Bolsa de Valores de Lima cerraran con un alza.
En las últimas semanas, Castillo también ha asegurado no ser “chavista ni comunista”, lo que reflejaría, según los expertos, un alejamiento del partido Perú Libre, por el cual postuló a la presidencia como invitado, y cuyo líder, Vladimir Cerrón, es autor del plan de gobierno inicial abiertamente comunista.
“Castillo se está dando cuenta que le está costando ganar y que sus propuestas más radicales no cuentan con apoyo. Tiene que dar muestras de un giro hacia el centro, porque mantenerse como en campaña le puede costar caro. Lo que no quiere decir que deje de ser de izquierda. Pero esa es la única manera de sobrevivir”, sostiene el politólogo Tuesta.
En esa misma línea, la experta Dammert cree que estas señales de Castillo son, por lo menos en este momento, “apropiadas”, pero eso no significa que no queden “cientos de interrogantes” sobre cómo gobernará: “No hay que olvidar que Castillo llegó a la segunda vuelta con menos del 20% de votos válidos. Las grandes mayorías no votaron por su propuesta. Si quiere sobrevivir tiene que revisar su plan, buscar que sea democrático, que llegue a las mayorías y tienda puentes”.
(er)
Bolivia: hitos de una crisis política
Tras renunciar Evo Morales, en medio de protestas contra un presunto fraude electoral y tras perder apoyo militar, Bolivia vivió casi un año de crisis y transición hacia lo que se perfila como un nuevo gobierno del MAS.
Imagen: Ueslei Marcelino/Reuters
Dijeron que no, pero...
La crisis se propició tres años antes. El 21 de febrero de 2016 se realizó un referéndum constitucional en Bolivia para evaluar una modificación a la Carta Magna, que permitiera al jefe de Estado reelegirse en dos ocasiones sucesivas. El "No" ganó con el 51,3 % de los votos, lo que significaba que Evo Morales quedaba imposibilitado de competir en las presidenciales de 2019. No obstante, compitió.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/Bolivia's Communication Ministry/R. Martinez
Derecho humano a ser candidato
Morales argumentó ante la Justicia que si no podía competir en las elecciones se coartaba el "derecho humano" de todo ciudadano a elegir y ser electo. El Tribunal Constitucional dio por buena esta premisa y Morales inscribió su candidatura ante el Tribunal Supremo Electoral en diciembre de 2018. Las protestas opositoras no se hicieron esperar.
Imagen: Reuters/D. Mercado
Carlos Mesa vuelve al ruedo
Carlos Mesa, expresidente del país y una de las voces más críticas con Morales, dijo que la decisión de la Justicia era una "herida de muerte a la democracia". Otros opositores incluso hablaron de un "golpe de Estado" institucional y del comienzo de una "dictadura". El 6 de octubre de 2018, Mesa anunció que enfrentaría a Morales en las elecciones e inscribió su candidatura en noviembre de ese año.
Imagen: AFP/A. Raldes
Un giro sorpresivo
Finalmente, el 20 de octubre de 2019 se realizaron las elecciones generales. El 88,31 % de los votantes participó del proceso, cuyos resultados se fueron entregando a cuentagotas, lo que despertó sospechas en la oposición y en organismos internacionales. En un comienzo, Morales no logró los votos necesarios para ganar en primera vuelta, pero un giro sorpresivo le dio finalmente el triunfo.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/J. Karita
Triunfo estrecho
Tras varios días, se entregaron por fin los resultados definitivos: Morales obtuvo el 47,08 %, contra el 36,51 % de Carlos Mesa. Con esas cifras, el mandatario superaba por más de 10 puntos a su principal rival y cumplía con la norma que da el triunfo en primera ronda a quien venza por esa cantidad de votos a su más cercano perseguidor. La oposición acusó fraude y salió a las calles.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/J. Karita
Llamados a manifestaciones
Carlos Mesa llamó a sus seguidores a defender los votos y forzar la realización de una segunda vuelta. "Todos nosotros tenemos que estar decididos, sin ningún tipo de reparo, a salir a la calle para demostrar que no aceptamos el fraude", dijo el exmandatario. Las protestas y los enfrentamientos comenzaron poco después de las elecciones, y fueron ganando violencia con el paso de los días.
Imagen: Reuters/K. Pfaffenbach
La rabia no cede
El gobierno de Evo Morales y la OEA acordaron la realización de una auditoría, una medida que no aplacó la rabia en la calle. Poco después, el jefe de la misión de la OEA renunció y las protestas arreciaron nuevamente en distintas ciudades del país. Al 9 de noviembre se contaban 3 muertos y casi 350 heridos, en un ambiente de creciente polarización.
Imagen: Reuters/K. Pfaffenbach
Surgen nuevos líderes
A la figura de Carlos Mesa se sumaron otros liderazgos. Quizás el más convocante fue el de Luis Fernando Camacho, líder del comité cívico de Santa Cruz. Camacho logró convocar a distintas organizaciones para pedir la renuncia de Morales. "Nosotros hemos asumido una posición totalmente ciudadana. No queremos segunda vuelta, queremos un nuevo proceso eleccionario", exigía Camacho.
Imagen: Getty Images/AFP/D. Walker
Rebelión policial
Al ya agitado ambiente se sumaron la noche del viernes 8 de noviembre de 2019 los policías, que en distintas regiones del país se amotinaron. Un agente dijo a la prensa que "no podemos seguir con este narco-gobierno, con esta democracia injusta". Si bien el Gobierno dijo que no desplegaría militares para enfrentar la rebelión, Evo Morales sí denunció que había un golpe de Estado "en marcha".
Imagen: Reuters/L. Gonzalez
Renuncia
El 10 de noviembre de 2019, tras 14 años en el poder, Evo Morales renunció. La presión de las protestas, y la pérdida del apoyo de las Fuerzas Armadas y la Policía, apuraron su decisión. Morales aseguró que su salida fue causada por un "golpe de Estado". Los disturbios se extendieron en varias ciudades tras su renuncia, con incendios, saqueos y ataques a viviendas como la del propio exmandatario.
Imagen: picture-alliance/dpa/J. Karita
México concede asilo político a Evo Morales
Tras la renuncia de Morales, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, informó en rueda de prensa que el político boliviano había aceptado la oferta de asilo ofrecida por México. Ebrard expresó que México "ha decidido conceder asilo por razones humanitarias" a Morales "en virtud de la urgencia que afronta en Bolivia, donde su vida e integridad corren peligro".
Imagen: picture-alliance/dpa/G. Granados
Presidenta interina
El 12 de noviembre, la senadora Jeanine Áñez fue proclamada nueva presidenta interina de Bolivia. Tras la renuncia de todos los que constitucionalmente podían suceder a Morales, la abogada de 52 años pasó de segunda vicepresidenta a presidenta del Senado, accediendo así a la vía sucesoria. Desde México, Morales aseguró que este era "el golpe más artero y nefasto de la historia" de su país.
Imagen: picture-alliance/dpa/J. Karita
De México a Cuba, y a Argentina
En diciembre de 2019, el exmandatario boliviano viajó a Argentina en un operativo secreto, para ser acogido como refugiado, con la condición -luego incumplida- de no hacer declaraciones políticas. Morales viajó a Buenos Aires desde Cuba, donde se hizo un chequeo médico. Lo acompañaron el exvicepresidente Álvaro García Linera, la exministra de Salud Gabriela Montaño y el excanciller Diego Pary.
Imagen: picture alliance/ZUMA Wire/M. Ramos
Incendios, pandemia, corrupción, denuncias contra Morales
Entre cambios drásticos en política exterior, acusaciones de persecución a partidarios del MAS, escándalos de corrupción en el manejo de la pandemia de COVID-19, declaración de desastre nacional por incendios forestales, denuncias contra Evo Morales por "estupro", "asesinatos y torturas", Áñez llegó a cumplir su tarea como presidenta interina: el llamado a nuevas elecciones, pospuesto dos veces.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. P. d. Carpio
Nuevas elecciones, casi un año después
Tras dos fechas pospuestas, por la pandemia mundial de coronavirus, el electorado boliviano votó finalmente en nuevas elecciones este 18 de octubre de 2020, para elegir otro presidente y vicepresidente. Casi un año después de la renuncia de Evo Morales, que el exmandatario aún achaca a un "golpe", los bolivianos eligieron también a 130 diputados y 36 senadores, para renovar el Congreso bicameral.
Imagen: Martin Mejia/AP Photo/picture-alliance
Arce celebra el retorno del MAS, a boca de urna
Pasada la medianoche de la jornada electoral, se conoció que las encuestas a boca de urna otorgan más del 50 % de los votos al candidato del MAS, Luis Arce. Le seguirían Carlos Mesa, de Comunidad Ciudadana, con más del 30%, y Luis Fernando Camacho, de Creemos, con alrededor del 14 %. Arce celebró en La Paz un triunfo que dio por seguro, mientras el recuento oficial iba por alrededor del 7%.
Imagen: Ronaldo Schemidt/AFP/Getty Images
Evo: "Tarde o temprano vamos a volver"
Evo Morales, que dirigió desde Argentina la campaña electoral del MAS, también celebró el triunfo. "Tarde o temprano vamos a volver" a Bolivia, afirmó. Sin embargo, dirigentes del MAS como la presidenta del Senado y la Asamblea Legislativa de Bolivia, Eva Copa, manifestaron que aún "no es el momento adecuado" para su regreso, porque Morales todavía tiene "problemas que solucionar".
Imagen: Manuel Cortina/NurPhoto/picture-alliance
Mesa será "cabeza de oposición"
Con el recuento oficial de votos aún en curso, Carlos Mesa, líder y candidato presidencial de Comunidad Ciudadana, compareció en La Paz ante los medios, para reconocer que los sondeos a boca de urna auguran un "claro triunfador en primera vuelta": el exministro Luis Arce, del Movimiento Al Socialismo (MAS). Comunidad Ciudadana ejercerá de "cabeza de la oposición", informó en Twitter.
Imagen: Luis Gandarillas/AFP/Getty Images
Presidenta interina felicita y pide esperar resultados oficiales
También la presidenta interina del país, Jeanine Áñez, que había retirado su candidatura tras verse relegada en las encuestas, reconoció que (aún sin el cómputo oficial) la victoria del MAS parece segura. Felicitó a sus candidatos, pidiéndoles "gobernar pensando el Bolivia y en la democracia". A los ciudadanos y partidos, les pidió "paciencia" y "madurez" para esperar los resultados oficiales.
Imagen: Presidencia de Bolivia/AFP/Getty Images
Felicitaciones de Trump, Maduro, la OEA, la UE y la ONU
Los principales aliados regionales del expresidente Evo Morales -los presidentes de Venezuela, Cuba, Nicaragua, México, y Argentina- fueron los primeros en celebrar el retorno del MAS al poder en Bolivia. Pero también EE. UU., la OEA, la UE y la ONU felicitaron al virtual futuro presidente, Luis Arce. Washington anunció su disposición de trabajar con el nuevo gobierno.