Uno solo puede esperar que los partidos no acaben resultando un factor de infección, no hubiera valido la pena, opina Tobias Oelmaier.
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Estaba claro desde hace tiempo que este torneo no iba a ser un veraniego cuento de hadas exento de problemas. Desde antes ya de que la pandemia del coronavirus atemorizara a la humanidad. La sola idea de un festival del fútbol paneuropeísta contaba con pocos partidarios. El entonces presidente de la UEFA, Michel Platini, quería erigirse un monumento y presionó para celebrarlo así.
Muchos anfitriones significa muchos votos cuando se trata de la reelección en el cargo. Además, un campeonato inflado de participantes: 24 en lugar de las habituales 16 naciones, casi uno de cada dos países de Europa pudo luchar por el título en la fase final del torneo, una concesión a las federaciones, sobre todo pequeñas, que lo habían convertido en presidente de la Federación Europea en ese momento. No le sirvió de nada a Platini. El francés se topó con un asunto de corrupción en 2015. Y la Eurocopa 2020 no arrancó con buen pie desde un primer momento.
Sin tener mucho en cuenta la pandemia
Luego vino el coronavirus. El aplazamiento de un año se decidió rápidamente cuando la pandemia empeoraba cada vez más durante la primavera pasada. No había otra opción. Pero pronto quedó claro que tampoco había alternativa a celebrar el campeonato este año. Costara lo que costara. Incluyéndose el requisito de un mínimo de espectadores para las ciudades anfitrionas. Bilbao y Dublín no pudieron o no quisieron aceptarlo debido al creciente número de contagios. Las otras doce ciudades aceptaron más o menos voluntariamente la inmoral cláusula. La FIFA volvió una vez más a recibir críticas. Además del tema de los viajes.
La decisión de continuar el partido entre Dinamarca y Finlandia a pesar del paro cardíaco de Chrisitan Eriksen se queda en la retina, al igual que la gestión del tema de la iluminación arcoíris en el estadio de Múnich para protestar contra la discriminación sexual. La UEFA mostraba no tener tacto al tratar la situación. El sucesor de Platini, Aleksander Ceferin, desapareció por completo hasta poco antes del final del Campeonato de Europa en lugar de mediar, en lugar de dar explicaciones.
Perdedores de la Eurocopa: Löw y la UEFA
La Federación Europea de Fútbol, la UEFA, es la gran perdedora de esta Eurocopa. Además de la selección alemana del ya ex seleccionador nacional Joachim Löw, claro está. No había forma de llevarse el florero continental con su fútbol de conejillo acobardado. Despejes a balonazos por parte de sus cinco defensas, pases horizontales de Toni Kroos en el medio campo, un Leroy Sané completamente inseguro y un disparo fatal de los retornados Thomas Müller: que el tiempo de Löw se acabó lo ha subrayado la Eurocopa de manera impresionante.
Lo positivo fue la calidad de juego de los equipos en el terreno de juego. No se cumplieron los temores de que tantos participantes supusieran bajar el nivel. Las naciones supuestamente débiles como Finlandia, Gales, Suiza, Ucrania, Hungría o Austria enseñaron a los equipos establecidos a temerles. Los partidos emocionantes eran más la regla que la excepción. Siete prórrogas y tres tandas de penaltis tuvieron lugar en la fase final.
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Con valentía a por el título
Y -que tome nota la cúpula de la Federación Alemana- el valor fue recompensado. La Squadra Azzurra de Italia, con un impresionante espíritu ofensivo y una creatividad arrolladora, volvió a la cima de la mano de su seleccionador nacional Robert Mancini, después de haberse perdido por primera vez un mundial en la Copa del Mundo de Rusia en 2018. O su rival en semifinales, Luis Enrique, que se atrevió a no seleccionar a ni un solo jugador del Real Madrid. Algo hasta ahora impensable en España. Después de los resultados obtenidos, ya no necesita justificar más su decisión.
¿Fue una buena Eurocopa 2020 o una mala? No hay respuesta para esta pregunta. Fue un rayo de esperanza, un paso más hacia la vuelta a la normalidad, mientras nadie sabe todavía cómo de virulenta va a ser una posible cuarta ola de la pandemia en Europa. Ha traído aire fresco a una vida cotidiana todavía marcada por las limitaciones. Uno solo puede esperar que los partidos, con hasta 60.000 espectadores en los estadios de Budapest y Londres, no acaben resultando un factor de infección, como fue el caso del partido de la Liga de Campeones entre Bérgamo y Valencia en febrero de 2020. Ciertamente, no hubiera valido la pena.
(lgc)
Estos son los estadios de la Eurocopa 2020
Entre el 11 de junio y el 11 de julio tendrá lugar la Eurocopa 2020. Por primera vez en la historia del campeonato europeo, el torneo se celebrará en once ciudades anfitrionas, de once países.
Imagen: picture-alliance/dpa/A. Milligan
Reino Unido (Londres), estadio de Wembley
¡La final tendrá lugar en Londres! Con 90.000 asientos, el estadio reformado de Wembley será el más grande de la Eurocopa 2020. Aunque el "viejo Wembley" haya perdido algo de esplendor histórico, sigue siendo impresionante. Además de los tres partidos de la fase de grupos y los octavos de final, aquí se disputarán las semifinales y la final.
Imagen: Getty Images/J. Finney
Alemania (Múnich), Allianz Arena
Este estadio es el orgullo del FC Bayern. Tiene 67.812 asientos y cumple con los más altos estándares de la UEFA. Vale la pena ver la capa exterior iluminada, de forma ovalada, del estadio. En la Eurocopa, en Múnich, se juegan tres partidos de la fase de grupo y uno de cuartos de final.
Imagen: picture-alliance/dpa
Italia (Roma), Olímpico de Roma
El Estadio Olímpico de Roma tiene 72.700 asientos. Necesita algunas reformas. En 1987, tuvo lugar allí el Campeonato del Mundo de Atletismo y en 1990, la Copa del Mundo. Para la selección alemana es emblemático: aquí ganó el Campeonato de Europa contra Bélgica, en 1980, y el Mundial contra Argentina, en 1990. En Roma se jugarán tres partidos de la ronda preliminar y uno de cuartos de final.
Imagen: Bongarts/Getty Images
Azerbaiyán (Bakú), Estadio Nacional
El nuevo estadio nacional de Azerbaiyán, inaugurado en marzo de 2015, tiene una capacidad para 69.870 espectadores. Ha reemplazado al pequeño estadio Tofik Bahramov como sede de la selección nacional de Azerbaiyán. En 2019, el Chelsea ganó aquí la final de la Europa League contra el Arsenal. En Bakú se disputarán tres partidos de grupo y uno de cuartos de final.
Imagen: Getty Images/AFP/G. Kirk
Rusia (San Petersburgo), estadio Krestovski
Para el Mundial de Rusia en 2018, se reconstruyó el estadio Kretovski de San Petersburgo, también conocido como Gazprom Arena. Tiene capacidad para 69.000 espectadores y está ubicado donde estaba situado el antiguo estadio Kirov, demolido en 2006. Los costos de construcción fueron inmensos: alrededor de 930 millones de euros. La arena albergará tres partidos de grupo y uno de cuartos de final.
Imagen: Alexander Demianchuk/TASS/dpa/picture alliance
Dinamarca (Copenhage), Telia Parken
Dinamarca participa con el estadio Telia Parken con poco más de 38.000 asientos. La excelente infraestructura de la ciudad y el moderno concepto alrededor del estadio fueron más que convincentes. En el partido inaugural de 1992, Alemania ganó aquí un amistoso contra Dinamarca por 2 a 1. Esta vez, se jugarán tres partidos de la ronda preliminar y uno de cuartos de final.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Brandt
Países Bajos (Ámsterdam), Johan Cruyff Arena
El estadio, que lleva el nombre del famoso futbolista Johan Cruyff, es uno de los más innovadores del campeonato europeo. Hay espacio para 52.960 espectadores. La arena tiene un techo retráctil y está equipada con luces especiales que controlan el crecimiento del césped. Fue sede de la Eurocopa 2000. 21 años después, aquí se disputarán tres partidos de la fase de grupo y uno de cuartos de final.
Imagen: Getty Images/D. Mouhtaropoulos
Rumania (Bucarest), Arena Nationala
El nuevo estadio nacional rumano se construyó en 2008, en el mismo lugar donde se encontraba el antiguo estadio nacional desde 1953. Tiene capacidad para 55.600 espectadores. Aquí tienen lugar los partidos internacionales de la selección rumana de fútbol. En la Eurocopa 2021 se jugarán tres partidos de la ronda preliminar y de octavos de final.
Imagen: Getty Images/Afp/Barbara Sax
España (Sevilla), Estadio Olímpico
Los dos grandes clubes de fútbol de la ciudad, el Real Betis y el Sevilla FC, tienen sus estadios. Esta es la razón por la que los partidos de fútbol rara vez tienen lugar en el Estadio Olímpico. En el interior hay 57.619 butacas. Originalmente se pensó en Bilbao como sede, pero fue cancelada por la UEFA, porque el gobierno vasco no pudo emitir una garantía de espectadores, debido al coronavirus.
Imagen: Daniel Gonzales Acuna/dpa/picture alliance
Hungría (Budapest), Arena Puskás
La selección húngara de fútbol juega aquí la mayoría de sus partidos de local. El estadio, que lleva el nombre del famosos jugador húngaro, ha sido a menudo un lugar alternativo en la Liga de Campeones en las últimas semanas. Aquí se jugarán tres partidos de la fase de grupos y un encuentro de octavos.
Imagen: Tibor Illyes/AP Photo/picture alliance
Inglaterra (Glasgow), Hampden Park
El estadio, que actualmente solo tiene 52.500 asientos, fue considerado el estadio de fútbol más grande del mundo durante muchos años hasta que se inauguró el Estadio Maracaná de Río de Janeiro en 1950. Los partidos en casa de la selección escocesa de fútbol también tienen lugar en Hampden Park. Aquí habrá tres partidos de la ronda preliminar y uno de octavos de final.