Desde Riad a Jerusalén y hasta Taorminal, el presidente estadounidense viaja por el mundo acompañado por los corresponsales de la Casa Blanca. Entre ellos Alexandra von Nahmen, de DW.
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Un corresponsal que viaja con el presidente de Estados Unidos debe seguir un consejo muy importante: dormir y comer cada vez que pueda. "Nunca sabes cuándo tendrás la próxima oportunidad", me cuenta un colega que ya acompañó a Barack Obama. Me propongo seguir su advertencia, pero pronto me daré cuenta de que Donald Trump consigue acelerar las cosas aún más.
Riad, Jerusalén, Belén, Roma, Bruselas y finalmente Taormina... para Trump es un viaje muy lejos de los problemas en casa. Percibimos al presidente estadounidense como a un perseguido, con un programa de viaje muy ambicioso y eso, a pesar de que no le gusta viajar. Parece un adicto al reconocimiento, los estímulos positivos y las bellas imágenes. Y en medio de este caos, su personal de prensa no parece tener mucha idea de los que está pasando.
La pompa de Arabia Saudita
La Casa Blanca no nos concede mucho tiempo para descansar después de un vuelo de 16 horas. El que quiera ver cómo el rey Salman le da la bienvenida oficial a Trump, tiene que estar listo para salir a las seis en punto. Lo que sigue es un tiempo de espera muy agotador en el aeropuerto y luego una ceremonia de bienvenida realmente pomposa, muy del gusto de Donald Trump. Lo que ya nos hace falta a los corresponsales es más información sobre los objetivos de este viaje.
Poco antes de su discurso anunciado en Riad, nos pasan unos extractos del texto por e-mail. A pesar de estar claramente basado en su lema de "America first", el texto logra un tono conciliador. Pero al momento de hablar, el mandatario varía algunos pasajes del texto, algo que más adelante nos dirán que fue un error.
De nuevo habla del terrorismo islámico y no islamista. Es una diferencia pequeña pero significativa. Cuando los medios como Washington Post, Deutsche Welle y otros empezaron a reportar, ya me imaginé que eso iba a crear problemas. Para el próximo discurso –esta vez en Jerusalén– ya no recibimos extractos anticipados.
El presidente impredecible
Él es impredecible, dicen los compañeros periodistas estadounidenses, muchos de ellos veteranos en la Casa Blanca. Poco antes de su visita a Bruselas, el New York Times citó a un asesor de alto nivel e informó que Trump declarará su compromiso con la alianza transatlántica durante la ceremonia en la nueva sede de la OTAN. Lo que pasa luego es casi todo lo contrario. Trump habló sobre la cantidad de dinero que le cuesta al contribuyente estadunidense esa misma alianza.
Los miembros de la OTAN giran los ojos. Sentado a mi lado está el autor de dicho artículo en el New York Times. Su cara se vuelve pálida. ¿Un engaño planeado o un cambio de opinión en último minuto? "Por lo menos señalaste en tu nota que el presidente suele cambiar sus discurso a última hora", le trato de consolar. "Gracias a Dios añadí ese pasaje", me responde con alivio.
Entre los miembros de la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca se escucha mucha crítica. Demandan más acceso al presidente. Sin embargo, nadie de ellos dejaría pasar la oportunidad de viajar con Trump. Estar ahí ofrece una mirada única al centro de poder de la administración del republicano, con todas sus contradicciones, sus deficiencias y su incapacidad de tolerar la crítica.
Autora: Alexandra von Nahmen (GG/DZC)
Donald Trump, el presidente impredecible
Son los primeros tres meses de una larga presidencia. No hay nada semejante a Trump. El presidente 45 de Estados Unidos hace que el mundo aguante la respiración.
Imagen: picture alliance/ZUMAPRESS/B. Woolston
Discurso inaugural
El primer discurso presidencial tras la toma de posesión el 20 de enero en las escaleras del Capitolio fue una extensión de la campaña. Casi de manera agresiva anunció los lineamientos de su nueva política: “Primero Estados Unidos”. El país estaría experimentando una masacre, dijo, y eso debe acabar. Frente al asombro de todo el mundo, la pregunta era: ¿qué planea este hombre?
Imagen: Reuters/C. Barria
Ilusión óptica
¿Se ven más personas a la izquierda que a la derecha? ¡Se equivoca! Lo que pasa es que usted aún no puede aceptar las “verdades alternativas”. Exactos ocho años separan a las fotografías. Las manchas blancas de la derecha muestran la ausencia de visitantes el día de la posesión de Donald Trump el 20 de enero. El interés por la asunción de Barack Obama el 2009 fue indiscutiblemente mayor.
Imagen: dpa/picture-alliance
La mujer a su lado
No se sabe mucho de ella. Melania Trump, la tercera esposa del presidente, es de Eslovenia. Exmodelo y madre de Barron William (2006), el hijo presidencial más joven desde John F. Kennedy Jr. Por eso se la compara a veces con Jackie Kennedy, por lo menos en lo que respecta a la moda.
Imagen: Getty Images/AFP/S. Loeb
Muchos detractores animados
Protestas en masa contra el nuevo jefe de la Casa Blanca. Y esto ya desde el segundo día. Sólo en Washington había alrededor de 500.000 manifestantes en las calles en la “Marcha de las Mujeres”. En protestas paralelas, desde Nueva York hasta Los Angeles, se movilizaron más de cuatro millones de personas. Ya desde el principio, Trump polarizaba y agravaba las divisiones en el país.
Imagen: picture-alliance/dpa/J.Minchillo
Un decreto tras otro
Trump gobierna por decreto. ¿Cómo? Los decretos los firma en serie utilizando el instrumento de poder de sus facultades ejecutivas, que utiliza frente al Congreso, siempre de manera legal. Sin embargo, con su prohibición de entrada para los musulmanes de varios países se excedió. Los tribunales federales detuvieron su aplicación. Mucho se preguntan: ¿sabe él lo que está haciendo?
Imagen: Reuters/A. P. Bernstein
Los murmuradores
Su punto de apoyo, su inspiración. Stephen Bannon se convirtió en jefe de estrategias en la Casa Blanca. El controvertido periodista y exdirector en jefe del derechista “Breibart News” se autoproclamó como un economista nacionalista y le recomendó a Trump desmantelar por completo el aparato estatal. Al día 76 de su mandato lo separó del círculo del Consejo Nacional de Seguridad.
Imagen: Getty Images/AFP/M. Ngan
La manipuladora
Ella es la madre de los “hechos alternativos”. Kellyanne Conway, abogada e investigadora de mercado, es la consejera oficial del presidente. Ya es conocida en el ámbito político como un “camaleón” muy notorio. Ya sea inventando una masacre, para legitimar la prohibición del ingreso de musulmanes, o a través de su apariencia “adolescente” en la Oficina Oval.
Imagen: Getty Images/AFP/B. Smialowski
Una entre millones
Guadalupe García de Rayos es el rostro del decreto presidencial del 25 de enero. La madre mexicana de dos niños nacidos en los Estados Unidos es una de las más de once millones de “indocumentados” que viven en el país. La mujer, de 36 años, fue detenida y deportada a México sin su familia. Exactamente lo que anunció Trump en la campaña electoral.
Su política recuerda a un permanente “Estado de Emergencia”. Comentadores y caricaturistas han ejercitado su creatividad con un presidente que abiertamente gobierna sin tabúes. En los carnavales de Alemania los diseñadores de carros fueron poco delicados a la hora de representar a Trump, haciendo referencia a la elocuente y famosa “Libertad” norteamericana.
Imagen: picture-alliance/dpa/F. Gambarini
Frontera cerrada
Lo que aún está por decidirse será noticia en los próximos años. La frontera sur de Estados Unidos deberá convertirse en un obstáculo insuperable para los mexicanos. Eso también prometió Trump en la campaña electoral. Las familias separadas ya se reúnen en la valla, pero apenas les queda espacio para tocarse los dedos.
Imagen: Reuters/J. Duenes
Así lucen los perdedores
Siete años han luchado los republicanos contra “Obamacare”, la reforma de salud del gobierno saliente. Cuando tuvieron la oportunidad de realizar el cambio de sistema, el ala ultraconservadora empujó su reemplazo total. Paul Ryan, vocero de los republicanos en el Congreso, tuvo que reconocer la derrota. La imagen de Trump como “negociador” se vio debilitada.