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La falta de confianza en los mercados financieros golpea Europa

Eva Usi29 de septiembre de 2008

Hay una falta de confianza que se expande en un mundo globalizado, dice el catedrático de la Universidad de Colonia, Jürgen Donges, que apunta a las causas de la crisis: errores del Estado.

Sede en Múnich del Banco Hypo Real Estate, que tuvo que ser rescatado.Imagen: AP


La crisis financiera estadounidense golpeó este lunes al Viejo Continente donde varios Gobiernos de diversos países tuvieron que rescatar a sus gigantes financieros. Los países del Benelux tuvieron que inyectar 11.200 millones de euros en Fortis, una entidad financiera que ahora comparten Bélgica, Holanda y Luxemburgo, que estaba al borde de la quiebra.

En Alemania el Hypo Real Estate, fue salvado a través de una ayuda crediticia de 35.000 millones de euros. El gobierno británico nacionalizó a Bradford & Bingley. El español Santander compró las 197 sucursales y el negocio de depósitos de clientes de la entidad, la octava en Gran Bretaña.

El experto en economía y catedrático de la Universidad de Colonia, Jürgen Donges, habló con DW-WORLD sobre los orígenes y alcances de esta crisis financiera.

El presidente Bush presidió una reunión de emergencia a la que acudieron los dos aspirantes a sucederlo, McCain y Obama, así como líderes del Congreso.Imagen: AP

DW-WORLD: En Estados Unidos el gobierno pondrá en marcha un paquete de rescate de 700.000 millones de dólares para salvar su banca, país donde se dice que han desaparecido unas 25 entidades bancarias, ¿es esto un terremoto y que consecuencias tendrá a nivel global?

PROFR. JÜRGEN DONGES: Estamos ante una turbulencia financiera que nos tiene ocupados desde hace un año y todavía no vemos el final del túnel. El problema es que nadie sabe realmente cuántas hipotecas basura existen en el mundo, eso no lo sabe nadie, porque uno de los problemas fue que diversas entidades bancarias negociaron estas hipotecas, no sólo estadounidenses sino de otros países europeos y asiáticos.

Por tanto el plan que aprueba el Congreso estadounidense tiene como finalidad inyectar confianza en los mercados para que no teman que se pueda producir un debacle del sistema financiero internacional. La confianza es la clave de este proceso y cuesta mucho recuperar esta confianza, lo vemos muy claramente en los mercados intercambiarios, en los créditos que deberían darse los bancos entre sí en tiempos normales, pero que ahora no lo hacen porque no se fía uno del otro, incluso atesoran la propia liquidez porque nadie sabe si le tocará mañana.

Bradford and Bingley fue parcialmente estatizado. Santander compró 197 sucursales y el negocio de depósitos de la entidad.Imagen: AP

¿Ha llegado a Europa esta desconfianza y es lo que está provocando esta ola de estatizaciones y rescates de entidades bancarias?

Efectivamente es una falta de confianza. Estamos en un mundo globalizado y los mercados financieros son posiblemente los más globalizados en todo el acontecer económico. Es muy difícil para otras regiones, Europa, o Centro y Sudamérica, poder inmunizarse frente a lo que está ocurriendo en Estados Unidos y si ahí los agentes financieros han perdido la confianza entre sí, pues esto se traslada también a otros agentes financieros que operan en otras regiones.

No sólo se trata de pérdida de confianza sino que hay hechos reales, como el caso de este banco alemán que tiene que ser rescatado porque también se ha encontrado de repente con esta carga de hipotecas intoxicadas. Siempre tenemos que recordar que todos estos negocios se han hecho al margen de los balances normales. Nadie sabía de ellos, porque no se contabilizaban. Ese es el problema y eso es lo que hay que arreglar.

¿Ahí están las causas, en Estados Unidos?

No nos lleva muy lejos buscar culpables. Lo que sí está claro es que tenemos varios orígenes de esta crisis y lo más importante es que no son fallos del mercado, como dicen algunos políticos, sino que nos encontramos ante problemas que en última instancia los ha provocado el propio Estado. Me explico: en los últimos años el gobierno estadounidense desde tiempos de Clinton y luego Bush ha tenido una política decidida de promover la construcción de viviendas para personas con salarios bajos.

La crisis hipotecaria estadounidense dejó a millones de familias endeudadas.Imagen: AP

Como las personas con salarios bajos normalmente no tienen la capacidad para comprar una vivienda pues entonces había que inventarse un mecanismo para que esta gente humilde pudiera soportar la carga de las hipotecas, así es como nacieron Freddie Mac y Fannie Mae. Se trataba de dar hipotecas a tipos de interés bajos y al mismo tiempo asegurar estos créditos a los bancos. Por otro lado ha habido una política monetaria muy expansiva, en este caso la Reserva Federal, que entre 2001 y 2004, cuando Alan Greenspan era su presidente, promovió una política monetaria excesivamente expansiva.

Dio una bajada brutal de los tipos de interés de referencia, lo que ha provocado dos cosas; por un lado se ha inyectado el mercado con liquidez, más de lo que se necesita para financiar una producción normal y por otro lado al ser los tipos de interés tan bajos el comprador de una vivienda pensaba que esto no le iba a costar mucho, y como además había inflación, el interés real era nulo o negativo.

Tenemos una situación parecida en España con la especulación que se ha desarrollado en la construcción y la vivienda, es exactamente lo mismo. O en Inglaterra y en Irlanda. Siempre lo mismo, el origen fue dar incentivos equivocados tanto a los que dan créditos (los bancos), como a los que lo toman, (los compradores de vivienda). Al subir las tasas de interés se encarecieron las deudas de millones de personas. Aprendieron que el tipo de interés no sólo baja sino que también puede subir.

La crisis financiera provocó pérdidas millonarias en numerosas entidades bancarias.Imagen: picture-alliance/ dpa

¿Cree usted que a raíz de esta crisis habrá una mayor regulación de los mercados?

El tema de la transparencia está sobre la mesa. La mejor forma para que no se vuelvan a repetir este tipo de operaciones es obligar a las entidades financieras a que los riesgos con los que operen estén apoyados por capital social. Eso es lo que se ha intentado hacer con el mecanismo llamado Basilea II. Tenemos un mecanismo para hacer eso. Los Estados Unidos durante mucho tiempo se han resistido a aplicarlo pero tenemos ya un mecanismo que puede ayudar a que se evite operar con riesgos sin entenderlos.

Toda operación que hace un banco tiene que aparecer en el balance, los comités de supervisión bancaria tienen que ejercer su papel. En EEUU a diferencia de los países europeos, estas agencias estatales de supervisión bancaria están muy segmentadas, cada Estado tiene la propia. En Europa o es competencia del Banco Central o de una agencia especializada para servicios financieros. Esto es lo que tiene que funcionar, que la supervisión bancaria se haga rigurosa. Luego vienen las agencias de calificación, que tampoco sabían lo que no estaba en los balances. Cuando analizaban a Lehman Brothers, le daban la calificación triple A porque según los balances todo iba bien. Lo que no sabían era que detrás de esos beneficios había unas pérdidas gigantescas.

Fuertes pérdidas registró la bolsa de Hong Kong.Imagen: AP

¿Que similitudes existen entre esta crisis y la gran depresión de 1929?

Casi ninguna. Tenemos una referencia mucho más cercana que es la crisis asiática de 1997/98. Ahí las causas de la crisis en estos países casi todos los volvemos a encontrar en la crisis que se ha desatado en EEUU. Lo que ocurrió en la gran depresión no está ocurriendo ahora, por ejemplo, un desplome total de todos los precios, un aumento en millones de desempleados, un retroceso en términos absolutos de la producción, todo eso no lo estamos viviendo.

Al contrario, es casi impresionante lo bien que resisten las economías reales a estas turbulencias financieras. Seguimos teniendo producción, seguimos creciendo, no tan de prisa como antes pero seguimos creciendo. Hay comercio internacional en bienes y servicios y nada de retrocesos. Se crean empleos, no tan de prisa, sube un poco el paro pero por razones cíclicas. Es decir nada de lo que ocurrió entre 1930 y 1933 está ocurriendo ahora. Ni en Estados Unidos, ni en Europa ni en otras regiones del mundo.

El profesor emérito Jürgen B. Donges, es catedrático en Economía Política en la Universidad de Colonia.Imagen: Uni Köln

Ahora en comparación con lo que pasó en Asia en 1997 ahí si encontramos los mismos elementos. También entonces la crisis empezó en el sector de la construcción, también se dieron incentivos perversos a los compradores de viviendas y a los bancos en el momento de dar créditos. Igual que ahora había demasiadas garantías por parte del Estado a los bancos para cubrir riesgos. Es decir, tenemos un sinfín de similitudes a pesar de que ocurrieran en Asia y no en Estados Unidos. Lo único que tiene en común la gran depresión y la actual crisis es que ambas tienen lugar en EEUU, eso es todo.

¿Hay algo que quisiera usted añadir?

Si quisiera advertir contra lo que hacen algunos círculos políticos que hacen una crítica fundamental del sistema económico en el que estamos. Algunos dicen que la economía de mercado es un mal sistema, que los mercados de capitales son malísimos que todo eso no funciona y que el Estado tiene que arreglarlo. El Estado también comete errores. En principio la libertad de movimiento de los capitales, a mi juicio son absolutamente esenciales para que la economía de un país y la economía global puedan funcionar bien. Sería un gran error barajar ahora mecanismos de regulación de los capitales porque entonces si cometeríamos los errores de los años 30 del siglo pasado.

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