La fantasía playera de París
18 de agosto de 2002![](https://static.dw.com/image/612338_800.webp)
París bien vale una misa; y también un veraneo, no sólo para las hordas de turistas suelen invadirla de preferencia en la temporada estival. También los parisinos que no pudieron viajar a la orilla del mar tuvieron su propia playa de consuelo.
No fue espejismo
La proverbial creatividad francesa contagió este año a las autoridades edilicias de París, que blandieron su varita de Mandraque y convirtieron la ribera del Sena en playa, con palmeras y todo. Claro que, para que la calle pudiera transfigurarse, hubo que suspender la circulación del tránsito, traer toneladas de arena, instalar quitasoles... En total esta obra de magia costó un millón y medio de euros. Los que disfrutaron de estos tres kilómetros de playa artificial agradecen la inversión.
Pero, como todo sueño, también éste da paso a la vigilia. Este domingo se desvaneció lo que fue una ilusión urbana veraniega. A la hora del balance, los rostros municipales sonríen: más de dos millones de personas visitaron Paris-Plage, sin que se hayan producido incidentes que lamentar.
Hasta el año entrante
Entre parisinos que se precien de tales, no podían faltar por cierto algunas quejas: por ejemplo, que no estaba permitido bañarse en el Sena, o que las 150 toneladas de arena no fueron suficientes para cubrir por completo el asfalto. Los barcos cargueros que navegan por el río se encargaron igualmente de recordar a cada instante que no era esa la Costa Azul o Copacabana.
Pero prevalecen los comentarios positivos de quienes disfrutaron del sol y el descanso, en pleno centro de París. La mayoría comprende que hubo que pagar el noviciado y que por el camino se aprende. Porque éste fue sólo el comienzo. El año entrante, la experiencia será reeditada. Y ya hay más de algún político verde en la Municipalidad parisina que sueña con cerrar definitivamente el sector al paso de los vehículos y crear un oasis de año corrido en medio del ajetreo de la capital francesa.