Sophie Schimanski, desde Nueva York (ERC/ER)26 de agosto de 2016
En una cumbre de bancos centrales que tendrá lugar este fin de semana, la Reserva Federal de EE. UU. buscará la forma de enderezar su desatinada política monetaria. ¿Puede la economía soportar un aumento de intereses?
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Janet Yellen no asistió a la cumbre de bancos centrales celebrada en 2015; pero este año la presidenta de la Reserva Federal de Estados Unidos parece necesitar urgentemente un consejo o dos de sus homólogos, sobre todo a la hora de decidir qué hacer con los intereses. En diciembre de 2008, poco después de que estallara la crisis financiera, Ben Bernanke, entonces jefe de la Fed, redujo los intereses al cero por ciento. De ahí no han subido mucho en los últimos ocho años, pese a que Yellen prometió elevarlos progresivamente en 2016.
Muchos expertos tachan de desatinada la política monetaria de la Fed. Otros, como el economista Allan Meltzer, van más lejos y aseguran que la institución “no tiene estrategia alguna”. El curso errático de las mociones de Yellen es atribuido a su dependencia de los índices de inflación y desempleo para determinar si la economía estadounidense puede o no soportar el aumento de los intereses. Eso es absurdo, según Meltzer, porque esos indicadores varían demasiado en lapsos de tiempo breves. “Hoy día, la Fed es una veleta”, dice el especialista.
Balde de agua fría
La relajada política de la Fed ha hecho que los inversionistas busquen refugio en los mercados accionarios porque, con intereses tan bajos las otras opciones son mucho menos rentables. De ahí que, mientras Wall Street obtiene ganancias récord, los empresarios registran beneficios decrecientes desde hace cuatro trimestres y niveles de facturación descendentes desde hace seis. Eso lleva a los más pesimistas a recordar el estallido de la burbuja de las empresas "punto com" a finales de los noventa y a preguntarse cuándo reventará la próxima.
Los intereses bajos pueden convertirse en un problema serio para la economía. Los empresarios y los consumidores ceden a la tentación de financiar sus necesidades mediante créditos, lo cual tiene un efecto positivo directo sobre el comercio; pero eso deja al banco central sin recursos para enfrentar una crisis económica porque los intereses ya están por el suelo. En otras palabras, Estados Unidos no está en capacidad de reaccionar efectivamente si le llega a caer otro balde de agua fría como el de 2008.
Cero confianza
La Fed puede probar suerte con los intereses negativos, comenta Özlem Yayacli, de IHS Market Economics. Yellen no ha querido descartar esa alternativa. En países como Japón y Suiza, al empresariado y a la ciudadanía en general se les ofrecen incentivos para que soliciten créditos y gasten el dinero; en cambio, ahorrar sale caro. Sin embargo, esa táctica fracasa con frecuencia. En tiempos de incertidumbre, la gente tiende a ser austera a pesar de los intereses negativos e interpreta las ofertas de los bancos como una razón más para preocuparse.
El planteamiento de todos estos escenarios sólo es posible porque la Reserva Federal estadounidense no está apuntando hacia una dirección clara. “La Fed ni siquiera se atiene a sus propios planes”, dice Meltzer. Ni él ni Yayacli esperan señales concretas de Yellen, a pesar de que la cumbre de los bancos centrales –que se celebrará este fin de semana en el estado de Wyoming– sería el contexto ideal para reconciliarlos con los mercados financieros. Muchos han perdido la confianza en la Reserva Federal de Estados Unidos.
El nuevo billete de 20 euros
El BCE está introduciendo nuevos billetes de euro para evitar que estos sean falsificados. Después de haber reemplazado el billete de cinco y diez euros, el nuevo de 20 euros empezará a circular el 25 de noviembre.
Imagen: picture-alliance/dpa
El nuevo billete de 20 euros
Hace casi 15 años se introdujo el euro como dinero en efectivo. Los billetes de la primera generación están siendo reemplazados gradualmente desde hace dos años. Este miércoles (25.11.2015) entra en circulación el nuevo billete de 20 euros. Uno de cinco fue introducido en mayo de 2013 y otro de diez en septiembre de 2014.
Imagen: Fotolia/ Tatjana Balzer
Circulan billetes nuevos y viejos
Al principio, los billetes viejos y nuevos circularán de manera paralela. El Banco Central Europeo (BCE) planea retirarlos poco a poco de la circulación. A largo plazo ya no servirán como medio de pago. No obstante, pueden ser cambiados en cualquier momento en los bancos centrales nacionales.
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El billete más falsificado
De acuerdo con el Banco Federal Alemán, el billete de 20 euros es hasta la fecha el billete falso más común: cuatro de cada cinco falsificaciones en Alemania son billetes de 20 euros. Los nuevos billetes son más difíciles de falsificar, al de 20 euros se han incorporado muchos nuevos y mejorados elementos de seguridad.
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Serie Europa
Un holograma transparente es uno de los elementos de seguridad del nuevo billete de 20 euros. Al ver el billete al trasluz, se puede apreciar en una ventana del holograma un retrato de Europa. Este es visible en ambos lados del billete. Los nuevos billetes pertenecen a la “Serie Europa”. Este personaje mitológico aparece varias veces en los billetes, por ejemplo en la marca de agua.
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Cifra verde esmeralda
Otro elemento de seguridad es la llamada cifra verde esmeralda. El número 20 en la esquina inferior izquierda del billete produce un reflejo metálico y cambia su color del verde esmeralda al azul oscuro. Además, los bordes del billete, así como la cifra grande en la parte superior del billete están impresos en relieve. Esto facilita la identificación del billete.
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Más colorido
El color azul del billete de la primera generación era más pálido y no tenía un tono amarillo en el anverso. En el nuevo billete la palabra “euro” no solo aparece en caracteres latinos y griegos, sino también en cirílico. Y el acrónimo “BCE” está escrito en nueve idiomas. Antes eran solo cinco.
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Estilos arquitectónicos europeos
Los estilos arquitectónicos europeos seguirán siendo el motivo principal de los billetes, en los que aparecerán las mismas ilustraciones arquitectónicas de diferentes épocas. El de 20 euros muestra una fachada gótica, mientras que en el de diez se puede ver el arco románico de un portal.
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Un papel especial
Al principio entrarán en circulación 4,5 mil millones de nuevos billetes de 20 euros. Su producción costó 360 millones de euros, ocho centavos por billete. Para su fabricación se utiliza un papel especial de algodón.
Imagen: EZB
17 mil millones de billetes
El euro es la moneda principal de cerca de 340 millones de personas en 19 países europeos. De momento, circulan alrededor de 17 mil millones de billetes de euros en diversas denominaciones, con un valor total de aproximadamente un billón de euros.