Los duros años de estudiante... Ese es el pan de cada día de muchísimos jóvenes alemanes que aprenden una profesión: tres años de madrugones, de trabajo en fábricas y obras, y de hincar codos aprendiendo la teoría en las escuelas de formación profesional. Y todo, por una escasa remuneración.
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La formación dual de Alemania es un sistema exigente pero que ofrece muchas perspectivas, por eso, cada vez más jóvenes se deciden también por aprender un oficio.