Mientras sube el tono del debate sobre cómo detener el flujo de migrantes y refugiados procedentes de Grecia, Macedonia ha empezado a cerrar su frontera. Pavlos Zafiropoulos reporta desde Idomeni.
Publicidad
Muchos refugiados se han quedado varados en el campamento griego de Idomeni, puesto que Macedonia ha cerrado varias veces su frontera con el vecino sureño. “Esto causa estrés y las personas necesitan ayuda psicológica adicional, sobre todo las madres”, dice Despina Filippidaki, de la Cruz Roja Helena. En octubre y noviembre pasado, el número de niños que han llegado al campamento ha aumentado en cerca de un 20 por ciento, en enero aumentó casi un 40 por ciento. “Imagínese el estrés que sienten las madres que tienen que cuidar a sus hijos pequeños bajo estas condiciones, sin saber cuándo podrán irse de aquí”.
“Plan B” gana adeptos
Mientras que Macedonia intenta ralentizar el flujo de solicitantes de asilo que atraviesa el país rumbo al norte de Europa, un llamado “Plan B” para sellar completamente la frontera macedonia con Grecia gana cada vez más adeptos en Europa. En una reciente entrevista concedida al Wall Street Journal, el ministro de Relaciones Exteriores de Macedonia dijo que “no estamos a tres meses, sino a semanas” de cerrar el paso a los refugiados procedentes de Grecia.
A fin de evitar que el campamento de Idomeni colapse, las autoridades griegas han ralentizado el avance de los migrantes que arriban a las costas del país, obligando a los autobuses que los transportan a hacer paradas en las gasolinerías a lo largo del camino. Así, un viaje de ocho horas se convierte en una travesía de hasta varios días. Asimismo, de entrada se trata de impedir que los migrantes que no posean documentos que los identifiquen como ciudadanos sirios, afganos o iraquíes lleguen al campamento.
Si bien existen informaciones acerca de que se están diseñando planes a nivel europeo para lidiar con la crisis humanitaria que resultaría de un cierre definitivo de las fronteras, estos no han sido discutidos con las organizaciones que cada día brindan asistencia humanitaria sobre el terreno. Todas aseguran que no cuentan con ninguna información sobre cómo prepararse para los próximos días y semanas, aparte de lo que dicen los medios.
En los últimos años, cientos de miles de migrantes han pasado por la región, y solo dos refugiados han muerto. Las ONG y los voluntarios han sabido gestionar eficazmente la crisis. No obstante, el campamento de Idomeni podría pronto volverse obsoleto, si se llegara a sellar definitivamente la frontera.
Traficantes de personas
También los traficantes de personas esperan ansiosos las decisiones que se tomarán en Europa, para establecer nuevas rutas clandestinas en países por los que no es posible pasar legalmente. Desde noviembre, cuando Macedonia empezó a rechazar a migrantes que no procedían de Irak, Siria o Afganistán, los “coyotes” han regresado a la región, ofreciendo llevar a los migrantes de otras nacionalidades a través de los Balcanes.
Mientras más se benefician los grupos criminales de las rutas ilegales de migración, más aumentan otras formas de criminalidad como el tráfico de personas y la explotación sexual. Los miles de menores que emprenden solos el viaje al norte de Europa son especialmente vulnerables.
El negocio con los refugiados (29.10.2015)
Miles de refugiados atraviesan Serbia rumbo a los países occidentales de Europa. Para los comerciantes en las proximidades de los campamentos representan un negocio lucrativo. Diego Cupolo reporta desde los Balcanes.
Imagen: DW/D. Cupolo
¿Conductor de autobús o coyote?
En los Balcanes, el negocio del transporte crece vertiginosamente. En la entrada del campamento de refugiados en Presevo (Serbia), el albanés Liridon Bizazli ofrece un servicio de transporte en autobús a Croacia por 35 euros. Como mesero solo gana unos ocho euros al día. Con la venta de boletos de autobús entre 50 a 70 euros.
Imagen: DW/D. Cupolo
Todos se ayudan
Pese a la ganancia que genera su negocio, Bizazli no está orgulloso de él. Asegura que a veces también transporta gratuitamente a familias con niños que no tienen dinero para pagar el pasaje. “Yo también fui un refugiado”, cuenta. “Los viajes en autobús deberían ser gratuitos. Europa da dinero a Serbia para que ayude a los refugiados, pero el Gobierno no hace nada.”
Imagen: DW/D. Cupolo
Demanda y oferta
Cada día, entre 8.000 a 10.000 refugiados arriban a Presevo. Debido a la creciente demanda, los negocios en la región han extendido sus horarios de apertura. A las tiendas de alimentos y cocinas rápidas no les faltan clientes. Los precios se han duplicado, en algunos casos hasta triplicado. “En ningún otro lugar en Serbia he visto una hamburguesa tan cara como aquí”, dice Bizazli.
Imagen: DW/D. Cupolo
Desde tarjetas SIM hasta carretillas
Aparte de comida, lo primero que los refugiados buscan en un nuevo país son tarjetas SIM para poder comunicarse con sus familias y amigos. Por ello, cerca de los campamentos de refugiados, muchos habitantes venden tarjetas telefónicas prepagadas. Pero también ofrecen otros objetos útiles, como esta carretilla para transportar a las personas débiles, como esta mujer kurda de Siria.
Imagen: DW/D. Cupolo
Vendedor de zapatos
Pese a la inminente llegada del invierno y el aumento de las lluvias, muchos refugiados continúan su camino descalzos. Stefan Cordez, coordinador para el sur de Serbia de Médicos Sin Fronteras, explica que por ello muchos sufren infecciones de la piel y se lastiman los pies. Bajo estas condiciones, la venta de calzado y calcetines es un negocio lucrativo.
Imagen: DW/D. Cupolo
Documentos de segunda mano
Los países a lo largo de la Ruta de los Balcanes deben registrar a todas las personas nuevas que arriban. Frente a algunos campamentos de refugiados las filas son kilométricas. La voluntaria Daniela Gabriel, de Presevo, cuenta que algunos conductores de autobuses recogen los documentos de las personas que han transportado a Croacia para vendérselos a las personas que no quieren hacer fila.
Imagen: DW/D. Cupolo
Falsas informaciones
En tanto, algunos taxistas y choferes de autobuses llevan a los refugiados que han pagado pasaje hasta Croacia a ciudades serbias, donde sus documentos son tramitados en oficinas de registro inexistentes, prosigue Gabriela. A fin de evitar que los refugiados sean víctimas de falsas indicaciones, reparte información al respecto en el campamento.
Imagen: DW/D. Cupolo
Robo en las autopistas
Otros ayudantes, que prefieren permanecer en el anonimato, cuentan que han sido amenazados de muerte por advertir a los refugiados de taxistas peligrosos. Alexander Travelle, voluntario de Presevo, relata que una familia fue asaltada con arma de fuego, después de haber pagado 80 euros por persona para ser transportada a Croacia.
Imagen: DW/D. Cupolo
Todos reciben su pedazo del pastel
Bizazli admite que paga cien euros de "mordida" o coima a la semana a la Policía local para poder vender sus boletos de autobús enfrente del campamento de refugiados en Presevo. “Simplemente les das lo que piden y te dejan en paz”, dice. También otros ayudantes saben de taxistas que sobornan a los agentes policiales.
Imagen: DW/D. Cupolo
Precios exagerados
Con la caída de las temperaturas, cada vez más hoteles ofrecen hospedaje a los refugiados. Sin embargo, aquellos que no pueden pagar los precios exagerados de las habitaciones son rechazados.