En 1999 Macedonia tuvo que hacerse cargo en pocos días de cientos de miles de refugiados venidos de Kosovo.
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Pero para Dizu Plaatjies, esta música tiene que seguir viva. Lleva 19 años enseñando música africana en la universidad de El Cabo y se implica también en proyectos sociales. Fundó el centro de arte Ibuyambo y lucha por la conservación de la cultura tradicional.