Fuera de Alemania, el primer año del nuevo Gobierno de coalición de Angela Merkel ha sido muy movido. Christoph Hasselbach y Michaela Küfner analizan sus logros y desafíos más grandes en materia de política exterior.
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Francia y la Unión Europea
El título del contrato firmado por la Unión Demócrata Cristiana (CDU), la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU) y el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) para formar una coalición de Gobierno liderada por Angela Merkel es “Un nuevo impulso para Europa”. Sin embargo, el empujón que se le ha dado al bloque comunitario ha sido muy débil. Desde París se han hecho propuestas de reformación ambiciosas, pero éstas no han contado con el respaldo de Berlín. Aunque el presidente galo Emmanuel Macron y Merkel suscribieron un nuevo Tratado del Elíseo, Alemania refuta la demanda francesa de acentuar el centralismo en la Unión Europea, la colectivización de las deudas, la europeización del sistema social y del sueldo mínimo, una cooperación militar más estrecha, incluso en materia de exportación de armas. La posible sucesora de Merkel en la jefatura del Ejecutivo germano, Annegret Kramp-Karrenbauer, llegó al punto de exigir que el Parlamento Europeo deje de sesionar en Estrasburgo y que Francia le ceda su asiento permanente en el Consejo de Seguridad a la UE.
Europa Central y Oriental
Alemania tiene problemas crecientes con varios vecinos, sobre todo en lo que concierne a la migración. Los integrantes del Grupo de Visegrado (Eslovaquia, Hungría, Polonia y la República Checa) siguen negándose a aceptar una redistribución de los refugiados acogidos en la UE. El autoritarismo de los Gobiernos de Polonia y Hungría se acentúa. Berlín tenía planeado restringir o liberar la transferencia de recursos económicos comunitarios a esas naciones dependiendo de su grado de apego al Estado de derecho, pero de momento no se oye decir nada sobre esa medida; al parecer, el Ejecutivo de Merkel no quiere arriesgarse a hacer nada que pueda darles ventaja a los populistas de derecha en las elecciones europeas de mayo. Alemania también se mueve con cautela de cara a Moscú: quiere tener un vínculo saludable con el Kremlin para poder seguir mediando en el conflicto ruso-ucraniano y ver culminadas las obras del gasoducto Nord Stream 2, cuyo propósito es suministrar gas natural ruso a Europa Occidental por el fondo del Mar Báltico.
África
El lema de la “gran coalición” alemana en lo que respecta a su política para África es “luchar contra las causas de la emigración masiva”. Merkel visitó Senegal, Ghana, Nigeria, Argelia y Marruecos, donde defendió el Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular de la ONU alegando que la migración legal fomenta la prosperidad. Su Gobierno está apostando a proyectos multimillonarios de cooperación para el desarrollo y a la intensificación de la presencia de empresarios alemanes en los países africanos. Berlín también ha robustecido su política de seguridad para ese continente, como en Mali, por ejemplo, pero Merkel ha dejado claro que esas medidas no servirán de nada “si las naciones africanas no tienen perspectivas económicas”.
América y Asia
Aunque el Gobierno alemán no deja de destacar lo importante que es su nexo con Estados Unidos, el comportamiento impredecible de su presidente, Donald Trump, ha obligado a Berlín a expandir su margen de maniobra para ser más independiente de Washington. El hecho de que Trump renegara del acuerdo nuclear firmado con Irán por las potencias del mundo hizo sonar la alarma. En el plano comercial, se pudo evitar una guerra arancelaria transatlántica, pero no se sabe por cuánto tiempo… Pero, ¿y qué hay de Asia? La política de Alemania para ese continente es, prácticamente, una política para China. Merkel viajó a Japón con motivo de la entrada en vigor del tratado de libre comercio bilateral, pero los ojos de Berlín están puestos sobre el proyecto de la nueva Ruta de la Seda; no está claro si Pekín permitirá que existan condiciones de inversión equitativas. La seguridad estratégica de la alta tecnología china es el nuevo gran tópico para Alemania, donde la ampliación de la red de telefonía móvil G5 –posiblemente a manos de la empresa china Huawei– está por empezar.
(erc/elm)
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Los ministros de Angela Merkel
¿Quiénes son los ministros del nuevo gabinete de Merkel? Los miembros socialdemócratas se dieron a conocer esta semana. Los conservadores de CDU y CSU ya habían anunciado sus cargos.
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El trotamundos
Heiko Maas (51, SPD) cambia del Ministerio de Justicia al de Relaciones Exteriores. Siendo titular de la cartera de Justicia, desató un amplio debate con su ley contra el odio en internet, y también recibió muchas críticas. Como ministro de RR. EE. podría ganar popularidad. Hay especulaciones acerca de que el político socialdemócrata será el próximo candidato a canciller del SPD.
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El nuevo después de Schäuble
Olaf Scholz (59, SPD) es el sucesor de Wolfgang Schäuble como ministro de Finanzas. El exalcalde de Hamburgo seguirá las huellas de Schäuble y buscará evitar contraer nuevas deudas. Así está fijado en el acuerdo de coalición, aunque eso no le guste a muchos socialdemócratas.
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A Hubertus Heil le espera mucho trabajo
El antiguo secretario general del SPD Hubertus Heil, de 45 años, será el nuevo ministro de Trabajo y Asuntos Sociales. Este Ministerio (BMAS) dispone de un presupuesto de más de cien mil millones de euros. En consecuencia, es la cartera con los mayores gastos.
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Jóven y del Este
Franziska Giffey (39, SPD), la actual alcalde del barrio de Neukölln, en el Este de Berlin, se convertirá en ministra de Familia. A Giffey se le conoce como defensora de la Ley y el orden. Con esto se hizo un nombre en el barrio, que tiene fama de ser “un vecindario problemático”.
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De ministra regional a federal
Tiene experiencia como ministra a nivel regional. En el estado federado de Renania del Norte-Westfalia, Svenja Schulze (49, SPD) dirigió hasta 2017 el Ministerio de Investigación. La secretaria general de los socialdemócratas en ese estado, sucede a la saliente ministra de Medio Ambiente, Barbara Hendricks.
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La navaja suiza del SPD
La ministra de Familia Katarina Barley (49, SPD) se encargará de la carera de Justicia, que hereda del socialdemócrata Heiko Maas, quien será el próximo ministro de Relaciones Exteriores. Barley aboga por el fortalecimiento de los derechos de las mujeres, y exige que se fomente la igualdad de género en todo los ministerios.
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El arma secreta de Angela Merkel
Merkel siempre pudo confiar en Peter Altmeier (59, CDU), también durante la crisis de los refugiados. Ahora, el antiguo jefe de la cancillería se ocupará del Ministerio de Economía y Energía. Después de la pérdida del Ministerio de Finanzas a manos del SPD, el nuevo ministerio de Altmeier es considerado particularmente importante para la CDU.
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Muy cerca de la canciller
Helge Braun (45, CDU) también es un hombre en el que Angela Merkel confía, según se cuenta en Berlín. Hasta hace poco era secretario de Estado. Ahora se convierte en el sucesor de Peter Altmeier y ocupa el cargo de jefe de la cancillería. La digitalización es el tema fuerte de Helge Braun.
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Continuidad en la Defensa
Ursula von der Leyen (59, CDU) estuvo bajo presión recientemente por el tema del equipamiento y la preparación operacional del ejército. Von der Leyen, quien anteriormente ya fue ministra de Familia durante el gobierno de Merkel, también se baraja como próxima Secretaria General de la OTAN. Ese puesto quedará libre en dos años. Al menos hasta entonces ella seguirá como ministra de Defensa.
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Joven y experta
Julia Klöckner (45, CDU) proviene de Renania-Palatinado en el suroeste de Alemania, un estado federado con mucha agricultura. La presidente adjunta de la CDU está familiarizada con el tema. En el próximo gobierno ella dirigirá el Ministerio de Agricultura.
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Joven, crítico, ambicioso
Jens Spahn (37, CDU) será el nuevo ministro de Salud. Proviene de Renania del Norte-Westfalia y es considerado un crítico de Merkel. Los medios extranjeros lo ven como un posible sucesor de la canciller.
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Siempre hay una sorpresa
El nombramiento de Anja Karliczek (46, CDU) como jefa del Ministerio de Educación fue una sorpresa. La graduada en administración de empresas ganó dos veces seguidas un mandato directo para el parlamento federal. Desde enero de 2017 es directora administrativa del grupo parlamentario conservador CDU/CSU.
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El caso especial de la cultura
La cultura no tiene su propio ministerio en Alemania ya que tradicionalmente es asunto de los estados federados. El gobierno en Berlín solo tiene a una secretaria de Estado. La Comisionada del Gobierno Federal para la Cultura y los Medios seguirá siendo Monika Grütters (56, CDU).
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Un nuevo hogar para el jefe de la CSU
Horst Seehofer (68, CSU), quien hasta hace poco era el primer ministro de Baviera, se convertirá en el nuevo ministro del Interior. Seehofer pretende impulsar una política migratoria más restrictiva.
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Regresando al Ministerio de Transporte
Andreas Scheuer (43, CSU) fue secretario general de su partido. Anteriormente fue secretario de Estado en el Ministerio de Transporte, Construcción y Desarrollo Urbano. Ahora se convierte en titular de esa cartera, que incluye también el tema de la digitalización.
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Müller se queda
Ningún ministro, excepto el de Relaciones Exteriores, viaja tanto por el mundo como el ministro de Desarrollo. Gerd Müller (62, CSU) seguirá al mando de la cartera. La lucha contra las causas de la migración a través del desarrollo es una de sus principales tareas.
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Ella cede, pero se mantiene
"Al menos nos quedamos con la cancillería", bromearon algunos políticos del partido conservador CDU, después de haberse enterado de que la líder del partido, Angela Merkel (63), había entregado el Ministerio de Finanzas al SPD en las negociaciones para formar una gran coalición. De no haberlo hecho, una nueva coalición hubiese sido poco probable.