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La Guerra Civil Española: ¿prólogo de la gran catástrofe?

31 de marzo de 2009

Con motivo de los 70 años del fin de la Guerra Civil española, una exposición en Berlín tematiza la dimensión internacional del conflicto. ¿La Guerra Civil, prólogo de la Segunda Guerra Mundial?

Refugiados españoles de la Guerra Civil en un campo de tránsito en Perthus, en la frontera entre España y Francia.Imagen: picture-alliance / akg-images
Milicianos de la colonia del Barrio Trueba, cerca de Siétamo, agosto de 1936Imagen: EFE/Juan Guzmán

La Guerra Civil española, que terminó el 1 de abril de 1939, representó el prólogo de la gran catástrofe que fue la Segunda Guerra Mundial. Ésta es la tesis de una exposición que, con motivo de cumplirse los 70 años del fin de la guerra, se muestra en la Willy-Brandt Haus en Berlín.

La muestra expone, por un lado, fotos de Hans Gutmann, un fotográfo alemán que participó voluntariamente en la Guerra Civil enrolándose en las Brigadas Internacionales. Por otro lado, una serie de fotografías –sacadas de los archivos de la agencia de noticias Efe- subrayan y enfocan la relación entre el general Francisco Franco y la Alemania de Adolf Hitler. Acerca del porqué de que la guerra civil española actuase como un imán para las diversas fuerzas internacionales y de la función de Alemania en ella, DW-WORLD conversó con tres autores de obras acerca de un conflicto español de dimensiones internacionales.

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El entusiasmo como motor

La miliciana Marina Ginestá, de la Juventudes Comunistas, en BarcelonaImagen: EFE,/Juan Guzmán

El colonés Hans Gutmann se fue a España en 1933; en 1936 se incorporó voluntariamente a las Brigadas Internacionales. En las filas republicanas, durante el conflicto, ejerció su profesión. Sus fotos de los primeros días de la guerra son una muestra intensa del ambiente de ruptura y entusiasmo que reinaba en España, especialmente en Barcelona. Combatir el levantamiento militar y defender los objetivos de la joven segunda república eran el lema; “el sentimiento era de sacudirse de cadenas cuyas raíces estaban en estructuras anquilosadas de la sociedad española y cuya motivación está muy atrás en el siglo XIX”, explica a DW-WORLD Carlos Collado-Seidel, catedrático de Cultura y Civilización Española en la Universidad de Gotinga y autor del libro La Guerra Civil Española, historia de un conflicto europeo .

Siete décadas después, “las imágenes de la muestra no han perdido intensidad”, dice Gisela Kayser, directora artística del Círculo de Amigos de la Willy-Brandt-Haus, sociedad que organiza la exposición. “Es verdad”, comenta a DW-WORLD Víctor Grossman –periodista norteamericano, autor de Madrid- du wunderbare. Ein Amerikaner blättert in der Geschichte Spaniens, “Tú, la maravillosa, un americano hojea en la historia de España”, un libro que recoge testimonios y canciones de españoles que lucharon en el bando republicano. En su opinión, esas fotos traslucen el entusiasmo con el que el pueblo español tomó las armas para defender sus derechos, por un lado, y para luchar contra el fascismo, por otro.

Los motivos de la guerra

Los motivos de la guerra se encuentran en la polarización en una sociedad española que a mitad de los años treinta desarrolló un eje-bloque de la derecha y otro de la izquierda; “cabe resaltar que no sólo eran afanes ideológicos”, explica a DW-WORLD Sören Brinkmann, investigador de la Universidad de Erlangen y autor de Kampf der Erinnerungen, “Lucha de los recuerdos”, una obra que tematiza las tan diferentes maneras de “recordar” los años de la guerra en España. En su opinión, la segunda república fue un intento fracasado de solucionar muchos problemas sociales –entre ellos, el reparto de tierras entre campesinos pobres y grandes latifundistas; es decir, conflictos masivos que necesitaban solución urgente.

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Lucha entre cosmovisiones

Retrato de Hans Gutmann en 1946. Un año antes de terminar la Guerra Civil emigró a MéxicoImagen: EFE

De la misma manera que Hans Gutmann –que pronto pasaría a llamarse Juan Guzmán- miles de jóvenes alemanes se involucraron voluntariamente en la lucha del bando republicano. De 5000 se habla generalmente; “la cifra se ha corregido históricamente hacia abajo, 2800 alemanes participaron como brigadistas internacionales”, puntualiza Collado Seidel.

España estaba en el centro de la atención internacional. “Cuando empezó la Guerra Civil –yo tenía ocho años- y en Nueva York se hablaba mucho de la guerra en España, se recogía dinero. Y desde ese tiempo me llegaba al corazón, a los nueve años presenté una obra teatral que nosotros mismos habíamos escrito en contra de la Guerra Civil”, cuenta Grossman quien pocos años después, siendo estudiante en Harvard, participaría en marchas en contra del reconocimiento de una España gobernada por Franco. “En 1947 estuve en un festival en Europa y me encontré con muchos jóvenes, y cuando volvíamos en barco en la costa de Andalucía enviamos mensajes en botellas para apoyar a la población en contra de Franco“, recuerda Grossman.

En España no se enfrentaban sólo los militares golpistas con los defensores de la República; “se trataba de una guerra entre cosmovisiones”, dice Brinkmann y puntualiza: “Los que pelearon voluntariamente del lado republicano a través de las Brigadas Internacionales -organizadas por la Internacional Comunista- se veían como defensores de la República española, por un lado, pero sobre todo se entendían como luchadores en contra del fascismo. Eso era la ley del momento, y eso movilizó a muchos soldados, trabajadores y también a muchos intelectuales del mundo a trasladarse a España”.

El entusiasmo con el que en Europa y fuera de ella se tomó esta guerra, se explica como la lucha contra el enemigo ideológico; para unos el fascismo que imperaba en Italia y en Alemania desde que en 1933 subiera al poder Hitler. “Por lado de las fuerzas nacionalistas”, explica Collado Seidel, “que algunos llaman fascistas, esta guerra se percibía como una guerra contra los comunistas, contra los bolcheviques. Ambas son percepciones que no necesariamente son consistentes cuando se las comprueba críticamente”.

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¿Prólogo de la catástrofe?

Desfile de la Legión Condor por las calles de Vigo antes de su regreso a Alemania, mayo de 1939Imagen: EFE/Pacheco

Mucho se ha escrito acerca de la Guerra Civil española como prólogo de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, para Collado Seidel la guerra en España, la Segunda Guerra Mundial y la Primera Guerra Mundial forman un conjunto del que resulta una prolongada guerra de 30 años en el siglo XX.

“Hay por supuesto muchos motivos para explicar la victoria de Franco y uno de los más importantes es sin duda la ayuda militar por el Tercer Reich y por la Italia de Mussolini. Ése es un factor que no puede pasarse por alto. Sin la ayuda militar alemana e italiana, Franco jamás hubiese podido ganar esa guerra”, explica Collado Seidel. Ambos historiadores consultados por DW-WORLD están de acuerdo: el golpe militar del 18 de julio de 1936 sin los aviones de Hitler y Mussolini que transportaron a la armada africana desde Marruecos hasta Andalucía - sin esos miles de combatientes expertos- el golpe militar habría fracasado.

Curiosamente, en ambos bandos peleaban alemanes; los voluntarios por un lado, y por otro los soldados de la Wehrmacht, los soldados de la tristemente famosa Legión Condor que Hitler envió como apoyo a las fuerzas del general Franco. Las miles de soldados enviados a España fueron protagonistas del bombardeo de Guernica en abril de 1937. Aparte de apoyar a España para “impedir la propagación del comunismo, la motivación de Hitler era probar nuevos sistemas de armas y nuevas estrategias militares”, asevera Brinkmann.

Según Collado Seidel, es especialmente interesante ver en la exposición las imágenes del encuentro entre Hitler y Franco en Hendaya el 23 de octubre de 1940. “Estas imágenes fueron manipuladas y arregladas para mostrar a Franco de una mejor manera”, asegura. En el tiempo de Franco, la amistad hispano-germana que venía supuestamente desde el tiempo de Carlos V se volvió un instrumento de propaganda. Sin embargo, “la investigación histórica demuestra que desde la Guerra de los Treinta años los contactos políticos entre España y Alemania -aparte de ciertos momentos en la Segunda Guerra Mundial debidos a la relación Franco-Hitler- eran inexistentes”.

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La supuesta neutralidad

Heinrich Himmler, jefe de las SS, en Las Ventas, una plaza de toros de Madrid. Octubre 20 de 1940Imagen: EFE/Vidal

La caída de Madrid el 28 de marzo de 1939 es sinónimo del fin de la Guerra Civil española; el 1 de abril Franco se declara vencedor. En septiembre de 1939 comienza la Segunda Guerra Mundial.

Una foto inédita - surgida de los archivos de la agencia de noticias Efe -que patrocina la exposición de Berlín- muestra al jefe de las temidas SS, Heinrich Himmler, en la plaza de toros Las Ventas de Madrid. Era el 20 de octubre de 1940.

“Contra todo pronóstico, Franco se declara neutral y no se pone del lado de Hitler y Mussolini. En realidad –con ciertas excepciones- mantiene esa neutralidad a lo largo de toda la guerra. Si bien apoya la invasión alemana a la Unión Soviética enviando su División Azul, en realidad no entra a la guerra al lado de Alemania e Italia”, cuenta Brinkmann.

De no ser porque Hitler no quiso comprometerse por escrito a repartir el botín de guerra –que se traducía en territorios en el Africa-, “Franco sí hubiese entrado a la guerra”, apunta Collado Seidel añadiendo: “La investigación histórica está de acuerdo en que oficialmente Franco fue neutral, pero en realidad hizo todo lo posible por apoyar al eje y al Tercer Reich. Esto incluyó el suministro de materias primas estratégicas, tolerar y apoyar a los servicios secretos alemanes en España sobre todo para las operaciones de los aliados en el Atlántico y también el suministro de los submarinos alemanes desde la costa española”.

En esa medida, aunque para encontrar las raíces del conflicto haya que analizar la sociedad española e incluso las relaciones entre los países europeos a comienzos del siglo XX, el conflicto que hace siete décadas enfrentó a nacionalistas y republicanos adquirió pronto una dimensión internacional que hace comprensible el porqué de denominarla el prólogo de la gran catástrofe.

Autora: Mirra Banchón.

Editora: Claudia Herrera Pahl.