Durante años, La Habana y Berlín mantuvieron una relación muy especial. ¿Continuará tras la muerte de Fidel Castro?
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El premio fue a parar a manos de Lair Laite, propietario del Porsche 356 y ganador del concurso de coches clásicos celebrado recientemente con motivo del día de la Reunificación en la embajada de Alemania en La Habana. Este modelo de coche pudo sobrevivir a la revolución. ¿Pero sobrevivirá también al final de la era de Fidel Castro?
Actualmente, por las calles de Cuba circulan marcas como Porsche, Volkswagen, Isetta, Mercedes, Opel o Wartburg, que atestiguan esa relación especial de Alemania con la isla. En realidad se trata de una vieja historia de amor. Pero ahora, curiosamente, los sentimientos parecen aflorar más del lado de los alemanes.
Una antigua relación
Desde que en diciembre de 2014 comenzó el deshielo político entre Cuba y Estados Unidos, algunos políticos alemanes acudieron a llamar a las puertas de la isla. Frank-Walter Steinmeier se convirtió en julio de 2015 en el primer ministro de Exteriores de la República Federal de Alemania en visitar que Cuba. Sigmar Gabriel le siguió en enero de 2016 con un grupo de empresarios y, en octubre de este año, una delegación parlamentaria fue para informarse sobre posibilidades de inversión.
Sin embargo, aunque los políticos se acerquen y negocien acuerdos culturales bilaterales, en Cuba todavía se asocia Alemania con la extinta República Democrática Alemana (RDA). ¿Cómo eran los tiempos en que la isla exportaba azúcar, níquel y cítricos a cambio de productos como motocicletas Simson o lavadoras WM 66?
Cuba y la RDA establecieron relaciones diplomáticas en 1963. Nueve años más tarde, Castro fue recibido por Honecker en su primera visita a Berlín. Entonces, muchos cubanos viajaron a Alemania del Este a trabajar o estudiar. Además, el Gobierno de Berlín asistió a La Habana en la construcción del sistema educativo y donó motores y máquinas.
En 1980, la RDA ayudó a construir en Cuba en 1980 la mayor cementera de Latinoamérica. Como agradecimiento, Castro hizo un presente con que se ganó el corazón de las autoridades de Berlín: regaló una isla de 500 metros de ancho y 15 km. de largo bautizada como Cayo Ernesto Thälmann, en honor al ex presidente del Partido Comunista alemán.
También la educación sexual de la población cubana estuvo en manos de la RDA. Monika Krause, que se había enamorado de un capitán cubano en Rostock, emigró a La Habana y provocó una revolución cultural. Apodada como "la reina de los condones”, el Gobierno cubano le encargó la construcción del Centro Nacional de Educación Sexual.
La Stasi y Cuba
Pero la cooperación entre ambos países hermanos socialistas también tuvo su lado oscuro. Berlín apoyó a La Habana en la supervisión integral y el espionaje de los ciudadanos. Según el crítico del régimen Jorge García Vázquez, los cuerpos de seguridad de la RDA (Stasi) fueron los responsables de formar a la inteligencia cubana durante los años 60.
"Tanto los sistemas de escuchas, vigilancia o interrogatorios como la tecnología de cámaras y micrófonos venían de Berlín Oriental”, explicó Vázquez a la Sociedad Internacional por los Derechos Humanos (IGFM): "Se trataba desde el principio de eliminar sistemáticamente la oposición en Cuba y en la RDA”, explicó. Vázquez llegó a Alemania Oriental como traductor de trabajadores cubanos. Según su historia, entró en contacto con la embajada de EE.UU. cuando quiso abandonar la RDA y fue apresado por la Stasi y repatriado a Cuba.
Hoy en día, aquella cooperación entre servicios secretos ya no existe y las relaciones entre Cuba y Occidente se han descongelado. También la "playa más soleada de la RDA”, como se conocía a la isla de Thälmann, es historia y se ha convertido en una zona militar. Y tras la muerte de Fidel Castro, para Cuba comienza una nueva era que también afectará a sus relaciones con Alemania. Mientras tanto, el orgulloso propietario del Porsche ganador, Lair Leite, pudo disfrutar de su vuelo a Stuttgart que recibió como premio el día de la Reunificación alemana.
Fidel Castro, el hombre y la revolución
Nació el 13 de agosto de 1926. A un tiempo celebrado como máximo líder y denostado como dictador, Fidel Castro Ruz ha marcado la vida de muchos de sus compatriotas, incluso tras su muerte, el 25 de noviembre de 2016.
Imagen: Reuters
Educación Jesuítica
Nacido el 13 de agosto de 1926 en el poblado cubano de Birán, nadie podía vaticinar, a sus catorce años, cómo discurriría la vida de Fidel Castro Ruz. Sin embargo, ya destacaba entre sus compañeros, sobre todo por su inteligencia y capacidad de oratoria. Esta foto data de 1940, la época en que estudiaba en el Colegio de Dolores, dirigido por los jesuitas, en Santiago de Cuba.
Imagen: picture-alliance/dpa/Jose Maria Patac
“Alumno sobresaliente”
Fidel Castro Ruz quería llegar lejos. Sus padres, inmigrantes gallegos, habían logrado labrarse una buena posición social. Así que Fidel disfrutó de una buena educación. En 1945 finalizó el bachillerato. En el anuario de su colegio se lo describe como un “alumno sobresaliente y buen deportista”. Cinco años más tarde se recibió de abogado.
Imagen: AP
Lucha contra Batista
En 1952 presentó su candidatura a diputado, pero el golpe de Estado de Fulgencio Batista frustró sus aspiraciones. Castro intentó combatirlo en tribunales, pero luego optó por la lucha armada. Fracasó con el asalto al cuartel Moncada, en 1953. Tras haber sido encarcelado, amnistiado y expulsado del país, retornó en 1956, en el yate Granma, e inició la lucha de guerrillas en la Sierra Maestra.
Imagen: AP
Triunfa la revolución
Tras victorias guerrilleras, Batista perdió el apoyo militar y huyó de Cuba. El 1 de enero de 1959, la revolución había triunfado. Días después, Fidel Castro hacía su entrada triunfal a La Habana. Al mes, fue nombrado primer ministro por el nuevo presidente, Manuel Urrutia, quien se vio forzado a renunciar por diferencias con Castro. Lo reemplazó Osvaldo Dorticós, quien afianzó el poder de Castro.
Imagen: AP
Playa Girón
La tensión entre EE. UU. y Cuba aumentó cuando las expropiaciones cubanas afectaron intereses estadounidenses. Washington impusó un boicot comercial, y el 3 de enero de 1961 rompió relaciones diplomáticas con La Habana. En abril, una expedición de cubanos apoyados por la CIA desembarcó en Playa Girón para derrocar al régimen cubano. La contraofensiva de Castro detuvo la invasión en tres días.
Imagen: AP
La crisis de los misiles
En 1960, Kruschev dijo: “No sé si Fidel es comunista, pero yo soy fidelista”. Moscú reanudó relaciones diplomáticas con La Habana. Y la Unión Soviética instaló bases de misiles nucleares en Cuba, lo que desencadenaría la llamada "Crisis de octubre" o “Crisis de los misiles”. Moscú cedió a la presión de Kennedy a cambio de que EE. UU. no invadiera Cuba y desmantelara sus bases nucleares en Turquía.
Imagen: imago/UIG
Cuba y América Latina
El episodio de Girón (internacionalmente conocido como Bahía de Cochinos) aceleró la proclamación del carácter socialista, marxista-leninista, de la revolución. Cuba terminó expulsada de la Organización de Estados Americanos (OEA). Y Castro, temporalmente aislado en el continente. Pero fue recibido en Chile por el presidente Salvador Allende (foto), luego derrocado por Augusto Pinochet en 1973.
Imagen: AFP/Getty Images
La hora de la Perestroika
La llegada al poder de Mijaíl Gorbachov, en Moscú, marcó el inicio de la era de la glasnost y la perestroika. La Cortina de Hierro comenzó a caerse a pedazos y el imperio soviético terminó derrumbándose. Cuba perdió a su principal aliado externo, sumiéndose en una aguda crisis. Miles de cubanos intentaron huir a Miami en precarias embarcaciones. Muchos vaticinaban el fin del régimen castrista.
Imagen: picture-alliance/dpa
Primera visita papal
Un decreto de Pío XII prohibía a los católicos el apoyo a los regímenes comunistas. En virtud del mismo, el Vaticano había excomulgado a Fidel Castro en enero de 1962. Pero las décadas pasaron y, luego del término de la Guerra Fría, llegó el momento del acercamiento: en 1996, Castro visitó al Papa Juan Pablo II y este le retribuyó la visita dos años más tarde, en un gesto considerado histórico.
Imagen: picture-alliance/AP/Michel Gangne
Jimmy Carter en Cuba
Desde que Estados Unidos impuso su embargo comercial, económico y financiero en 1962, hubo pocos momentos de distensión entre Washington y La Habana. Uno de los pocos signos en esa dirección fue la visita del expresidente estadounidense Jimmy Carter, en 2002, motivada por la intención de encontrar puntos de acercamiento. Tampoco sus buenos oficios provocaron cambios sustanciales en Cuba.
Imagen: Adalberto Roque/AFP/Getty Images
El nuevo rostro de la revolución
Desde los años 90, Cuba dejó de ser vista como un peligroso exportador de revoluciones. Con el estrepitoso derrumbe del bloque del Este, las ideologías de izquierda naufragaban. Pero en Venezuela llegó al poder un nuevo dirigente dispuesto a propagar la “Revolución Bolivariana”. Hugo Chávez, declarado admirador de Fidel Castro, le dio a La Habana un efectivo respaldo, también económico.
Imagen: picture-alliance/dpa/dpaweb
La entrega del poder
La enfermedad forzó a Fidel Castro a ceder el poder en 2006. Su hermano Raúl garantizaría que no hubiera vuelco radical en un sistema que, con avances en educación y salud, cobró un alto precio: falta de libertad política y represión. Mientras afloraban los primeros cambios, Castro se fue despidiendo de a poco, defendiendo su visión hasta el final, desde las páginas del diario oficial, "Granma".
Imagen: picture-alliance/dpa/Jose Goitia
La visita del papa Francisco
El papa Francisco visitó al otrora hombre fuerte de Cuba, Fidel Castro, después de una misa oficiada en la Plaza de la Revolución de La Habana, el 20 de septiembre de 2015. Federico Lombardi, portavoz del Vaticano, confirmó que el encuentro “informal” tuvo lugar en la residencia de Castro y duró entre 30 y 40 minutos. Castro y el argentino Jorge Mario Bergoglio intercambiaron libros.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/A. Castro
La era del deshielo
En diciembre de 2014, el presidente de EE. UU., Barack Obama, y el de Cuba, Raúl Castro, anunciaron que retomarían las relaciones diplomáticas entre ambos países. Obama visitó Cuba en marzo de 2016. Habían pasado 88 años desde la última vez que un presidente estadounidense pisara la isla. EE. UU. retiró a Cuba de la lista de países que apoyan el terrorismo y el deshielo comenzó a afianzarse.
Imagen: Reuters/C. Barria
Fidel y Maduro
El expresidente cubano Fidel Castro volvió a mostrarse en público el 13 de agosto de 2016, para asistir a la gala cultural que que celebró su 90 cumpleaños en el teatro Karl Marx de La Habana. Acompañado por el mandatario cubano, Raúl Castro, y el venezolano, Nicolás Maduro, Fidel Castro fue recibido en el teatro por más de 5.000 espectadores, con aplausos y gritos de "Fidel, Fidel".
Imagen: Reuters/Cubadebate/I. Francisco
Fe de vida
Tantas veces anunciada y desmentida, pocos creyeron la noticia de su fallecimiento en un primer momento. No obstante, el 25 de noviembre de 2016, los bares empezaron a cerrar y las reuniones callejeras se dispersaron, al correr el rumor de su deceso. Durante años, Castro desmintió a quienes lo daban por muerto publicando fotografías o artículos de opinión, con una fecha actual y visible.
Imagen: Getty Images
Discreta pero omnipresente conmemoración
Según su propia indicación, aprobada por el Parlamento, en Cuba no hay estatuas ni bustos con la efigie de Fidel Castro. Su imagen es omnipresente en carteles políticos, pero no hay estadios, teatros, calles o condecoraciones con su nombre. Para conmemorarlo se supone que bastan su tumba y las múltiples alusiones diarias en la prensa e, incluso, en un nuevo proyecto de Constitución "fidelista".
Imagen: Martin Funck
Los restos del "Comandante"
Las cenizas de Fidel Castro, en vida "Comandante en Jefe" de las Fuerzas Armadas, reposan en la ciudad de Santiago de Cuba, dentro de una roca de granito gris, adornada con una placa de mármol verde oscuro y una incripción en relieve “Fidel”. El cementerio de Santa Ifigenia fue remodelado para alinear las tumbas de los líderes independentistas más importantes de la isla con la suya.
Imagen: picture-alliance/dpa/A. Vecchi
La sucesión
Analistas políticos sostienen que la muerte de Fidel Castro no ha influido sobre el curso de las reformas aplicadas en Cuba, ni para acelerarlas ni para retrasarlas, porque la dinámica de las mismas ya no estaba asociada a su figura cuando él se retiró de la política, una década antes. Su hermano y sucesor, Raúl, fue relevado por un dirigente más joven, Miguel Díaz-Canel, en febrero de 2018.