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La historia de la infancia a través de imágenes infantiles

1 de septiembre de 2025

Durante siglos, los niños han aparecido en la pintura y la fotografía representados como gobernantes, candidatos a matrimonio, ángeles o mendigos harapientos. Siempre adorables.

Tríptico pintado con tres infantes.
Carlos V con sus hermanas Leonor e Isabel.Imagen: cc by Kunsthistorisches Museum Wien/Wikipedia

El encargo de Felipe I al pintor fue claro: sus hijas Leonor e Isabel a la izquierda y a la derecha de su hijo Carlos, no debían parecer ni pálidas ni enfermizas, sino encarnar la plenitud de la vida. Finalizada en 1502, la pintura fue copiada varias veces y enviada a otras cortes reales, una práctica común en Europa para presentar a las hijas como posibles candidatas matrimoniales.

"Se dice que, cuando los candidatos se conocían posteriormente, la decepción a veces era grande para una de las partes", declara a DW la historiadora de arte Katrin Dyballa.

Del niño Jesús a los querubines

En la Edad Media, este tipo de pinturas de familias reales eran infrecuentes. Tan solo había un niño omnipresente: Jesús en el regazo de la virgen María. Los niños también eran muy populares en el papel de ángeles. Los más famosos, hasta la fecha, son probablemente los querubines de Rafael, descansando en las nubes y a los pies de la Madonna Sixtina, de 1512/13.

Con la era moderna, la burguesía adinerada pronto emuló a la nobleza y también retrató a sus descendientes de acuerdo al opulento estilo barroco. "La idea era transmitir simbólicamente las buenas cualidades de una figura histórica a los niños", según Dyballa, como la pureza y castidad de la diosa cazadora Diana o la belleza de Adonis.

Primero ridiculizados, luego modelos a seguir

La mayoría de la población, agricultores, artesanos y habitantes urbanos de entornos pobres, no podía permitirse este tipo de obras por encargo. "Probablemente, ni siquiera les interesaban, porque tenían otras prioridades”, dice Dyballa.

"Los niños eran percibidos como seres productivos. El concepto de tiempo libre no existía”, aclara a DW la historiadora Claudia Jarzebowski, autora del libro "Infancia y emoción”.

Los campesinos y sus hijos eran considerados torpes y estúpidos por las clases altas, y por ello, añade Dyballa, eran retratados en pinturas para ser ridiculizados en los salones de los ricos. Esto cambió en el siglo XVII: "Debido a la humilde situación en la que vivían, los campesinos también eran considerados modelos de modestia y piedad”.

Tema popular: niños mendigos

El español Bartolomé Esteban Murillo, uno de los pintores barrocos más famosos, especialista en imágenes de santos y vírgenes, comenzó a pintar cuadros de gran tamaño sobre niños de la calle.

Según Dyballa, quería despertar compasión y animar a los ricos a participar en obras de caridad. Pronto, otros pintores siguieron su ejemplo, sobre todo en Inglaterra, donde las pinturas eran muy populares. "Eran, por supuesto, niños vagabundos con los pies sucios y la ropa andrajosa, pero sus rostros y cuerpos debían estar bellamente representados”. Los clientes adinerados sólo colgaban cuadros con cierta estética en sus casas.

La invención de la "infancia moderna"

A mediados del siglo XX, el sociólogo francés Philippe Aries propuso la teoría de que no existió conciencia de la infancia hasta el siglo XVIII y que, debido a la alta tasa de mortalidad infantil, las personas no desarrollaban un vínculo estrecho con sus hijos.

Sin embargo, hay evidencia de padres que enterraban en secreto a bebés fallecidos sin bautizar bajo las escaleras de la iglesia o en el santuario, en "tierra santa". Al menos así existía la posibilidad de ir al cielo, que, según la creencia cristiana de la época, estaba reservado solo para los niños bautizados, explica la historiadora Claudia Jarzebowski.

El amor a los hijos ha existido a lo largo de los siglos. Sin embargo, la idea de una infancia en el sentido moderno, libre y sin cargas, solo surgió en las sociedades burguesas de los siglos XVIII y XIX, aclara Jarzebowski, en aquellas clases sociales que podían permitirse el lujo de no involucrar a sus hijos en los procesos laborales.

Cada vez más, los pintores plasmaban en lienzo a niños absortos en sus juegos o retozando, y los orgullosos padres decoraban con ellos las paredes de sus salas de estar.

Foto privada de tres niños, realizada en 1920.Imagen: Suzanne Cords

La fotografía lo cambió todo

Con la llegada de la fotografía, nacieron de repente posibilidades completamente nuevas. A finales del siglo XIX, había álbumes de fotos antiguas con niños posando rígidamente con sus mejores galas. En décadas posteriores, la fotografía se convirtió en un pasatiempo asequible para todos, y en consecuencia, los niños eran fotografiados en todas las poses y etapas imaginables de la vida.

"Ya no era necesario encargar a un pintor o escultor; simplemente se cogía la cámara", destaca Dyballa. "Retratar a los niños se volvió mucho más espontáneo y fugaz", prosigue. Hasta la era de los teléfonos inteligentes  y redes sociales, estas fotos solían compartirse solo en familia, pero el teléfono móvil marcó el comienzo de una nueva tendencia. "Durante siglos, los niños no tenían voz ni voto en cómo se les representaba", afirmó Dyballa.

En la sociedad actual existen convenciones que protegen el derecho a la propia imagen. Y desde su propia experiencia Claudia Jarzebowski cree que "la concienciación entre los jóvenes ha aumentado" con respecto a las imágenes en redes sociales.

(rmr/ms)

 

 

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