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La historia de la señora Zuckermann

12 de febrero de 2013

Rosa Zuckermann es una de las figuras protagonistas de la película "El señor Zwilling y la señora Zuckermann", realizada por el alemán Volker Koepp. Fallecida en 2002, es hoy su hijo Felix quien nos cuenta su historia.

Imagen: DW

Poco después de encontrarme por primera vez con Felix Zuckermann, nos topamos casualmente con Volker Koepp mientras paseamos por la calle Olga Kobylanska, la solemne avenida de Chernivtsi conocida antiguamente como la “Calle de los Señores” conforme al modelo vienés. A ambos hombres les une la amistad, y la historia de un documental.

“El señor Zwilling y la señora Zuckermann” trata de dos judíos ancianos de Chernivtsi que se reúnen cada tarde desde hace años para hablar de los viejos tiempos, de aquella época en la que la ciudad era un centro de la cultura germano-judía. Entre otras cosas, también conversan sobre el día a día en la era postsoviética.

Volker Koepp se refiere ahora a su nuevo proyecto. Va a volver a filmar en Chernivtsi, la ciudad en la que Rosa Zuckermann murió en 2002.

Al igual que hacía su madre, Felix Zuckermann enseña alemán en una escuela secundaria de Chernivtsi. Vive en la periferia de la ciudad con su mujer. Ahora nos encontramos en su casa, estamos sentados a la mesa, bebemos té y contemplamos fotografías de su madre.

Felix Zuckermann sonríe a menudo cuando mira las fotos de su madre.Imagen: DW

Felix Zuckermann toma cariñosamente las fotos de su madre de los álbumes. En una se la puede ver muy joven, con poco más de 20 años. Rosa Zuckermann nació en 1908, se casó con su primer marido antes de la guerra y dio a luz a su hijo Marcel.

Viaje a la muerte

El 22 de junio de 1941, Alemania invadió la Unión Soviética. Conforme a un acuerdo, los nacionalsocialistas cedieron la región de Bucovina (donde se encuentra Chernivtsi) a los rumanos fascistas. Estos empezaron a confinar a los judíos de la ciudad en un gueto. Pronto, 50.000 judíos se verían hacinados en un área en la que antes vivían 4.000 personas.

El gueto constituía algo así como una estación de tránsito. Tarde o temprano, los rumanos terminaban trasladando a los judíos a un campo en Transnistria, un territorio situado entre los ríos Dniester y Bug Meridional. Solo podían quedarse aquellos que tenían un documento de salvaguarda, que eran especialistas en algún ámbito o que desempeñaban tareas de importancia para la guerra.

“El marido de mi madre tenía un documento de salvaguarda de este tipo, por lo que ambos podían quedarse. Sin embargo, ella no quería que sus padres hiciesen solos aquel duro trayecto. Por esta razón, decidieron ir todos juntos, un viaje que llevaría a la muerte a todos los familiares de mi madre”, cuenta Felix Zuckermann.

Los campos de Transnistria no eran más que terrenos cercados. “Los deportados eran recluidos allí como si fuesen ganado. No podían salir y pasaban hambre y frío. Muchos habitantes de los alrededores venían y les daban algo de comer o intercambiaban alimentos por ropa, relojes, objetos de valor”. Muchos consiguieron mantenerse a flote de esta manera, dice Felix Zuckermann.

Reencuentro

Rosa Zuckermann fue fotografiada y entrevistada en tantas ocasiones que a ella le gustaba decir que era una “pieza de museo”.Imagen: DW

Rosa Zuckermann fue el único miembro de la familia que logró sobrevivir a un brote de fiebre tifoidea que causó estragos en el campo. “Fue trasladada a la ciudad junto con otros supervivientes. No podía comprender que hubiesen perdido la vida todos los que la acompañaron a Transnistria”.

En 1948 se casó con Martin Zuckermann, el padre de Felix. A diferencia de sus parientes, decidieron quedarse en Chernivtsi, descartando la idea de emigrar a Israel o EE.UU. Y es que Chernivtsi era algo más que su ciudad natal; aquí estaban también sus raíces culturales.

Por su aspecto, la casa de Felix Zuckermann podría encontrarse igualmente en una pequeña ciudad del sur de Alemania.Imagen: DW

Felix Zuckermann sonríe a menudo cuando mira las fotos de su madre. En las imágenes aparece solo ella o bien su segunda familia: él o su padre. No hay ni una sola instantánea de su primera familia, la que murió en el campo. “Envolvió todas las fotos en un paño pequeño y se las llevó consigo a la tumba. Ese fue su deseo”.


Autora: Birgit Görtz
Editora: Claudia Herrera

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