1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

La homeopatía: el principio curador de la similitud

Carola Rondinella4 de octubre de 2004

La homeopatía surge hace 200 años en respuesta al “contraria contrariis curantur” de la medicina académica. Estimula las defensas de cada individuo, tomando en cuenta tanto su entorno como su historia personal.

La medicina alternativa y sus usos.Imagen: dpa Zentralbild

El fundador de la medicina homeopática, Samuel Hahnemann, nació el 10 de Abril de 1755 en la ciudad de Meissen, en el este de Alemania, en una empobrecida familia de pintores de porcelana. Concurre desde niño al taller de su padre, en donde accede a los secretos de las preparaciones químicas, además de recibir una educación de parte de sus progenitores no pasiva, sino cuestionadora. Aprende más de cinco lenguas y se interesa por las ciencias, estudiando medicina en Leipzig, Viena y Erlangen, y farmacia en Dessau. Ya en la práctica comienza a desilusionarse de los procedimientos de la medicina de la época: sangrías, purgas y altas dosis de medicamentos, con fuertes efectos secundarios. Por ello recomienda a sus pacientes dietas sanas, ejercicios y bajas dosis de medicamentos. Ya desengañado de la medicina académica, se aleja de la profesión, debiendo vivir él y su familia alarmantes situaciones económicas. Se dedica entonces con afán a la traducción de tratados médicos.

El descubrimiento

El creador de la homeopatía, Samuel HahnemannImagen: dpa Zentralbild

Es en 1790, traduciendo “Materia Médica”, de William Cullen, que le llama poderosamente la atención la descripción que hace el físico de las propiedades de la corteza del árbol de la quina. Allí se relata cómo el polvo de quinina curó a la esposa del Virrey del Perú del paludismo. Pero lo que más despierta la atención de Hahnemann en el mismo relato de Cullen, es la intoxicación de personas sanas con el mismo polvo de quina, de manera accidental o voluntaria. Estas personas, enfermaban con síntomas muy similares a los del paludismo. Pero no era un paludismo verdadero ya que todos los síntomas se revertían en su totalidad al suspender la ingesta de la quinina.

Hahnemann relaciona el aforismo hipocrático que había quedado en su memoria de sus años de estudio en Leipzig: “similia similibus curantur” que significa: “lo similar es tratado por lo semejante” o “lo mismo que ha provocado el mal, lo cura”. Se pregunta entonces si este aforismo podría encerrar en sí el secreto de la curación.

La nueva experimentación fáctica

Así comienza la experimentación sobre sí mismo, tomando durante varios días dosis generosas de quinina, y experimentando los mismos síntomas de las fiebres intermitentes o paludismo. Deja de tomarlas y se siente nuevamente bien. Continúa experimentando con diferentes sustancias de la naturaleza, como belladona, mercurio, azufre, vislumbrando estar al frente de un nuevo principio.

Hahnemann investiga la naturaleza y sus dones benéficos.Imagen: Bilderbox

Ya que decide experimentar con otras personas sanas, y para que estas sustancias no fueran tóxicas, comienza el proceso de “dinamización” que consiste en diluir y agitar las sustancias hasta eliminar su toxicidad, lo cual le revela nuevas propiedades curativas. Así nace la dosis infinitesimal, la cual utiliza como elemento curativo, demostrando que los síntomas que un paciente traía al momento de la consulta, se revertían, siempre y cuando le fuese administrada la sustancia que había producido previamente los mismos síntomas.

Descubre también que las respuestas de estas personas variaban. Algunos mostraban reacciones suaves, mientras otras experimentaban reacciones enérgicas con una variedad de síntomas, diferentes en su frecuencia. La combinación de síntomas conformó un “cuadro de medicamentos para cada sustancia probada”. De esta manera nace la homeopatía, termino acuñado por el mismo Hahnemann, y que deriva de las palabras griegas: OMOIS: semejante y PATHOS: enfermedad o padecimiento.

Sus aportes

La homeopatía trata de estimular los esfuerzos autocurativos del organismo, es decir: ante todo desequilibrio, problema o enfermedad, el cuerpo pone en marcha sus reacciones de defensa para restablecer el equilibrio. Estos desequilibrios se pueden observar no sólo en el aspecto físico, sino especialmente en cambios de carácter y humor, atendiéndose también a lo hereditario.

Sus cuatro pilares son:

La ley de la similitud: hay un paralelismo de acción entre el poder toxicológico de una sustancia y su poder terapeútico.

La ley de las diluciones: Hahnemann llegó a la conclusión que para obtener una mejoría pronta, suave y duradera, es necesario utilizar pequeñas dosis.

Ley de individualización: significa que cada persona tiene un remedio específico para cada momento, y que otra persona con la misma enfermedad, pero con carácter y forma de evolucionar diferente, tendrá otro remedio para su mal.

La ley de curación de Hering (discípulo de Hahnemann):

los síntomas de las enfermedades se curan de arriba hacia abajo, desde adentro hacia afuera, y en el sentido inverso al que se presentaron. Es decir, desde los órganos vitales y de asimilación como el cerebro, órganos de los sentidos, corazón, hasta los riñones o intestinos (órganos de eliminación). De adentro hacia afuera, pensando que un problema de origen profundo puede tener mas importancia que uno al nivel de la piel. Y el tratamiento irá encaminado a hacer salir los síntomas o enfermedades que se padecieron en épocas anteriores.

La homeopatía hoy

La homeopatía en sus distintas formas.Imagen: Bilderbox

Existen límites dentro de la medicina homeopática, en el tratamiento con pacientes con psicosis, con enfermedades orgánicas irreversibles o con enfermedades carenciales, en donde es importante administrar complejos vitamínicos. También en personas con hábitos tóxicos (como el alcohol o el tabaquismo) o sometidas a un estrés físico o emocional muy alto, los remedios homeopáticos ayudarán a conseguir una mejoría, pero su poder curativo se verá constreñido.

Desde los primeros experimentos de Hahnemann, “el curar por la similitud” continúa avanzando y en la actualidad existen más y más especialistas de la salud (dentistas, ginecólogos, médicos de niños e incluso veterinarios), que combinan la medicina académica o alopática con la homeopática, extendiéndose esta práctica más allá de Alemania y Francia, su lugar de orine, sino también a Latinoamérica, India y Sudáfrica.