Venezuela ha vivido del petróleo y la minería, pero hoy no hay cifras verificables ni de ingresos ni de dónde están esos activos ni para qué han sido usados. DW intenta seguir la huella del dinero esfumado.
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"Ya son nueve los muertos en Haití durante las protestas por el escándalo de corrupción de Petrocaribe”, titulaba europapress el 20 de noviembre de 2018 una noticia que solo interesó en Venezuela. Miles de haitianos acusaban a su presidente, Jovenel Moïse, de no querer esclarecer la presunta malversación de 3.800 millones de dólares del Gobierno de Venezuela, recibidos a través de Petrocaribe, un programa lanzado por Caracas en 2005 para enviar crudo bajo generosos términos de crédito, o a cambio de otros productos.
¿En dónde está o a dónde se ha ido el dinero de los venezolanos? Para el director del diario venezolano El Nacional, Miguel Henrique Otero, es una pregunta imposible de responder.
"Se calcula que por ventas de petróleo, Venezuela debe haber recibido un trillón de dólares, en por lo menos 18 años de chavismo”, dice el economista Otero a DW, desde su exilio en España. Pero acota que "la cantidad de dinero de los venezolanos que se fue en corrupción, despilfarro y regalos, nunca nadie la sabrá, porque en Venezuela no hay contraloría y todas las cuentas públicas son opacas”. Es más, desde que en 2017 Nicolás Maduro declarara en "desacato” a la Asamblea Nacional, todas las cuentas públicas carecen de control legislativo legal.
Petróleo por votos, ventanillas de entrega
"Junto al Banco Central y el Fondo Chino, Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) es una de las tres ventanillas para repartir el dinero de Venezuela, sin control alguno, como el que ha ido posiblemente a Haití y otras islas”, agrega Otero.
El estallido del escándalo de malversación de dineros parece haber roto el trato entre Port-au-Prince y Caracas, porque Haití se ha desmarcado de Venezuela en la Organización de Estados Americanos (OEA). Hasta noviembre de 2018, Haití había votado (o se había abstenido) junto con los 14 países caribeños, miembros de Petrocaribe y aliados de Venezuela en el pleno de la OEA, en contra de todo llamado a los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro a respetar los principios democráticos. Pero este 24 de enero, Haití se convirtió en uno de los 16 países, de 34, que expresaron su "pleno respaldo" al autoproclamado presidente (encargado) de Venezuela, Juan Guaidó.
"Petróleo por votos” se titula uno de los capítulos de la investigación #Petrofraude, realizada por plataformas como "Connectas” y "Ojo Público” sobre el paradero del dinero de los venezolanos, y sobre cómo los gobiernos chavistas lo han entregado a cambio de votos en la OEA y la ONU.
Dicha evaluación se basa en más de 800 actas de reuniones de Cancilleres, del Consejo Permanente y de la Asamblea General de la OEA celebradas entre 2001 y 2018. "Tras el examen de 13 sesiones clave, las maniobras de movilización de votos del Gobierno de Nicolás Maduro en decisiones sobre el respeto a la democracia y los derechos humanos han quedado más patentes”, deduce "Connectas”.
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El otro "hueco negro” del dinero
El llamado Arco Minero del Orinoco es un área de 111. 843,70 km², el 12,2 % del territorio venezolano. Allí habría 7.000 toneladas de reservas de oro, cobre, diamante, coltán, hierro y bauxita. Según el Plan de la Patria 2013-2019, "el 60 % de los recursos de la explotación de minerales serán usados para programas sociales”.
Pero quienes mandan en la región y se lucran de la extracción, no son los venezolanos que necesitan programas sociales. "El Arco Minero es dominado por el ELN, con la anuencia del Estado venezolano”, dice a DW, Ronal Rodríguez, politólogo de la Universidad del Rosario de Colombia. "El ELN se ha convertido, prácticamente, en una guerrilla binacional subcontratista del Estado venezolano”, dice el politólogo Rodríguez.
¿Para quiénes ha asumido el ELN el negocio de la explotación ilegal de minas? "Aparentemente para el Estado, pero realmente los que se benefician son actores paraestatales”, describe Rodríguez la tensa situación. "Debido al apoyo del Gobierno central a esta guerrilla, hay enfrentamientos con la Guardia Nacional de Venezuela, que también lucha por asumir ese negocio”, apunta el profesor Ronal Rodríguez.
Exportaciones y lingotes
Por otra parte, Venezuela está perdiendo puestos como exportador de crudo, cayendo al sexto lugar en Estados Unidos. Según la Administración de Información Energética de EE.UU. (EIA), las principales fuentes de petróleo importado en 2018 fueron Canadá, México, Arabia Saudita, Irak, Colombia y Venezuela.
Ante las últimas tensiones, Caracas busca repatriar 14 toneladas de oro de las reservas internacionales de Venezuela, valoradas en unos 550 millones de dólares y almacenadas en bóvedas del Banco de Inglaterra, que aún no las entrega. Pero el autoproclamado presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, pidió al Fondo Monetario Internacional (FMI), al Banco de Inglaterra (y) al Banco Internacional de Transacciones la "protección" de los activos depositados allí y sentenció: "No permitiremos que sigan robando al pueblo de Venezuela".
(er)
Naturaleza amenazada en Venezuela
Ante la magnitud de la crisis humanitaria que vive Venezuela, los efectos sobre la biodiversidad han sido invisibilizados o ignorados. Científicos alertan sobre el daño a la flora y fauna del país.
Imagen: Fernando Trujillo/Fundación Omacha
Antiguo reducto de biodiversidad
Venezuela posee una rica diversidad que hoy está amenazada de diferentes formas. La crisis económica del país ha intensificado la presión sobre los recursos naturales, con riesgo para los hábitats, las especies de flora y fauna y, a la larga, también para el ser humano.
Imagen: Fernando Trujillo/Fundación Omacha
Delfines perseguidos
La necesidad ha llevado a los venezolanos a buscar nuevas fuentes de ingreso y alimento. Aunque su captura y consumo están prohibidos, el delfín es cazado para la venta y consumo. También el que se enreda en las mallas de pesca es aprovechado. En el lago Maracaibo se registran cada vez más muertes de la especie Sotalia guianensis, uno de los delfines más pequeños del mundo.
Imagen: Fernando Trujillo/Fundación Omacha
Víctima de las redes
Esta tonina fue hallada flotando en el lago de Maracaibo sin su aleta caudal, la que fue removida con un cuchillo. Los biólogos que la encontraron presumen que el animal se enredó en una red y, al no poder aprovecharlo, cortaron su cola para liberarlo. Como este ejemplar, muchos caen en las mallas que los pescadores que, con la crisis, intensifican sus tareas.
Imagen: María Puerto
Los últimos manatíes
El manatí está en la Lista Roja de la IUCN como especie severamente amenazada. Ha sido cazado por largo tiempo y su captura se ha intensificado en los últimos años, a medida que la crisis se ha vuelto más severa. Los lugareños recurren a su carne como fuente proteica y para la venta.
Imagen: Fernando Trujillo/Fundación Omacha
El mercado de las mascotas
Las nutrias, como la neotropical (foto), son muy codiciadas como mascotas. La venta de uno de estos animalitos puede reportar fácilmente el equivalente a un sueldo. La nutria gigante o perro de agua está calificado en peligro de extinción por la IUCN. Diferentes especies de aves silvestres también son cazadas y traficadas en el mercado ilegal.
Imagen: Fernando Trujillo/Fundación Omacha
Falta de control y vigilancia
Bajos recursos, falta de medios, escasez de personal. Los parques y reservas no son vigilados y protegidos como corresponde, según relatan investigadores. En sus salidas a terreno comprueban la impunidad con que se comenten delitos ambientales.
Imagen: Fernando Trujillo/Fundación Omacha
Investigación restringida
La falta de recursos afecta también a proyectos de estudio. Muchos científicos han abandonado el país y los que quedan no cuentan con medios para salir a terreno o realizar sus investigaciones. Los datos sobre el estado de conservación de la fauna y flora venezolana están desactualizados o incompletos. Así también es difícil promover planes de protección.
Imagen: Fernando Trujillo/Fundación Omacha
Pobreza y sobreexplotación
“La presión económica se exacerba en las zonas costeras de Venezuela, que son muy deprimidas, sobreexplotadas y viven de la pesca. El pescado se vende muy barato y muchas veces tampoco quieren consumirlo, buscan otra fuente proteica”, dice la bióloga Yurasi Briceño, del programa de Ecología del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas, IVIC.
Imagen: Fernando Trujillo/Fundación Omacha
Urge proteger a las especies
Existen 24 especies de delfines y ballenas en Venezuela, y en todo el país actualmente sólo hay seis personas trabajando en ellas, de las cuales dos no tienen financiamiento para ir al campo, dice Yurasi Briceño: “Esto es extremadamente peligroso para la biodiversidad. Necesitamos con urgencia datos oficiales para hacer un informe para proteger estas especies. Mientras tanto, la cacería continúa”.
Imagen: Fernando Trujillo/Fundación Omacha
Especies vulnerables
Un amplio espectro de especies están amenazados por la caza, el tráfico, la contaminación o la reducción de sus hábitats. El caimán del Orinoco está catalogado en peligro crítico, de acuerdo con la lista roja de la IUCN.
Imagen: Federico Mosquera Guerra/Fundación Omacha
Derrames petroleros
“En el lago de Maracaibo, área de extracción petrolera desde 1920, en los últimos 10 años no se ha vuelto a hacer revisión a las miles de torres petroleras. Durante todas mis salidas en embarcación, desde el 2015, siempre he encontrado derrames petroleros. Son diarios, constantes y algunos de magnitudes muy significativas”, denuncia la bióloga Yurasi Briceño. Para muestra, esta foto.
Imagen: Olga Herrera
Minería y contaminación
Preocupan también las descargas en el medio ambiente de contaminantes de la minería, como el mercurio. “El drama es que es un enemigo invisible, los síntomas aparecen después de años de acumularlo y puede producir enfermedades graves. Es urgente evaluar las concentraciones de mercurio en Venezuela”, afirma Fernando Trujillo, biólogo y director científico de Fundación Omacha.
Imagen: Fernando Trujillo/Fundación Omacha
Optimismo ante todo
Los investigadores en Venezuela se las arreglan con los medios que tienen y hacen su mayor esfuerzo por evitar o disminuir en parte la tragedia. “Si no tenemos aceite para salir en la lancha o es peligroso, hacemos campañas educativas para que los pescadores conozcan la fauna y las leyes, y sepan cómo puede repercutir la cacería de estos animales”, dice la bióloga Yurasi Briceño.