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ReligiónVaticano

La Iglesia deja "abierta" la posible ordenación de mujeres

26 de octubre de 2024

El sínodo celebrado en el Vaticano deja pendiente la posible ordenación de las mujeres como diáconas, paso previo para aceptar sacerdotisas, y busca un acercamiento a las víctimas de abusos sexuales en la Iglesia.

Una vista general de las personas que asisten a la reunión en su sesión del 30 de septiembre de 2024 en el Vaticano.
Imagen de una de las reuniones del Sínodo de los Obispos sobre el futuro de la Iglesia en el Vaticano.Imagen: Filippo MONTEFORTE/AFP

La Iglesia católica anunció este sábado (26.10.2024) que deja "abierta" la cuestión de la ordenación de las mujeres como diáconos, función que precede a la del cura, en una cumbre mundial sobre el futuro de la Iglesia en el Vaticano. El Sínodo, la asamblea de obispos y laicos de todo el mundo reunidos hasta hoy, ha defendido en su documento final que "no hay motivos que impidan a las mujeres asumir" responsabilidades en la iglesia, no sin causar división entre los participantes.

"Esta reflexión debe continuar", señala el documento final aprobado por el Papa Francisco, elaborado al cabo de tres años de consultar a fieles. El texto destaca que "las mujeres continúan topándose con obstáculos para obtener un mayor reconocimiento" de su papel. Francisco ha ordenado publicarlo inmediatamente dado que no escribirá una exhortación apostólica con indicaciones, como es costumbre.

El Sínodo es una asamblea con obispos de todo el mundo y, por orden del papa, también con laicos y mujeres con derecho a voto que ha tratado hasta hoy temas de calado para la iglesia. Sus miembros son 358, de los que 53 son mujeres. La cuestión del papel de "guía" de la mujer en la iglesia es el que más división ha suscitado entre los votantes ya que, según los datos difundidos por la Santa Sede, ha recibido 97 votos en contra frente a 258 a favor.

El documento también se refiere a los abusos sexuales en la Iglesia. "La crisis de los abusos, en sus distintas y trágicas manifestaciones, ha causado sufrimientos indecibles y a menudo duraderas a víctimas y supervivientes, así como a sus comunidades. La Iglesia debe escuchar con particular atención y sensibilidad la voz de las víctimas y los supervivientes de abusos sexuales, espirituales, económicos, institucionales, de poder y conciencia por parte del clero o personas con encargos eclesiales", señala.

lgc (afp, efe)

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