El Partido Nacional Escocés insiste en la celebración de un nuevo referendo sobre la independencia de Escocia. Sin embargo, la oposición a este viejo sueño es fuerte.
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¿Por qué se debería celebrar un nuevo referendo independentista?
Si bien apenas en 2014 la mayoría de los escoceses (55 por ciento) rechazó la independencia de su país en una consulta popular, a raíz del referendo sobre el "brexit" en 2016, la situación cambió fundamentalmente. En esa votación, una clara mayoría de los escoceses (62 por ciento) optó por permanecer en la Unión Europea, mientras que en toda Gran Bretaña un 52 por ciento de los votantes se pronunció a favor de una salida.
Como consecuencia, Escocia deberá abandonar el bloque comunitario en contra de la voluntad expresa de la mayoría de su población. De ahí que la primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, del Partido Nacional Escocés (SNP, por sus siglas en inglés) abogue por un nuevo referendo independentista.
¿Qué tan probable es este referendo?
Únicamente el Parlamento en Londres puede acordar un referendo legalmente vinculante. Sin embargo, actualmente el Gobierno británico no muestra ninguna disposición a respaldar una nueva votación popular escocesa. Sin embargo, un rechazo categórico al referendo por parte de la primera ministra británica, Theresa May, podría generar descontento en Escocia, por lo que May se ve presionada a hacer concesiones.
¿Es posible una solución intermedia?
No es muy probable. Nicola Sturgeon exige que, después del "brexit", Escocia siga teniendo acceso al mercado interno de la UE, algo que May rechaza claramente. Recientemente señaló que jamás permitirá que Reino Unido "se debilite o que nuestros pueblos se separen". No obstante, prometió más competencias a los gobiernos regionales en Escocia, Gales e Irlanda del Norte.
¿Qué piensan los escoceses sobre la UE y su independencia?
Una encuesta del Instituto ScotCen de hace dos semanas reveló que solo un 46 por ciento de los escoceses apoya la independencia de su país. Entre 1999 y 2017, el euroescepticismo en Escocia aumentó de un 40 por ciento a un 67 por ciento. Debido a la actitud contradictoria de los escoceses hacia la UE, al Partido Nacional Escocés le podría resultar difícil ganar un referendo independentista con una clara mayoría proeuropea.
¿Qué consecuencias prácticas y legales deben tenerse en cuenta?
No es seguro que la UE acoja a una Escocia independiente, pues todos sus países miembro tendrían que aprobar la admisión. España, que también se enfrenta a movimientos independentistas, podría oponerse por ejemplo a la membresía de Escocia.
Autor: Christoph Hasselbach (VT/DZC)
Trece anglicismos retorcidos por los alemanes
Una serie de palabras inglesas fueron incorporadas al alemán... pero con un significado diferente. El resultado puede crear confusiones entre los hablantes de ambos idiomas.
Imagen: picture-alliance/dpa
Un “handy” muy práctico
En alemán, el uso del término “handy” es evidencia contundente de que un anglicismo puede ser incorporado a un idioma y terminar teniendo una acepción totalmente diferente de la que le asignaron los hablantes de la lengua de Shakespeare. En inglés, la palabra es un adjetivo y significa práctico, manejable. En alemán, “handy” es el nombre que se le da coloquialmente al teléfono celular.
Imagen: fotolia/Minerva Studio
¿Una película en un BMW?
Aunque infrecuente, la siguiente confusión puede tener lugar cuando un germanohablante invita a ver una película en su casa. En ese contexto, es posible que haga mención de un “beamer”, que en un inglés coloquial alude a un auto de la marca BMW y en alemán, a un retroproyector. Ese giro linguístico tiene su origen en el nombre de uno de los primeros proyectores de video, el Advent VideoBeam 1000.
Imagen: philippe Devanne - Fotolia
¿Te apetece un “open air”?
Quienes pasen un tiempo en Berlín harían bien en familiarizarse con el término “open air” para saber qué contestar cuando los inviten a un evento de esa naturaleza. En la capital alemana, esa es la expresión que se usa para describir los espectáculos al aire libre, bien sea la proyección de una película, una fiesta privada, un rave ilegal o un festival multitudinario.
Imagen: picture-alliance/dpa
Los adoradores de los “viejos tiempos”
No se debe confundir a los ultraconservadores, para quienes todo tiempo pasado fue mejor, con los entusiastas de los “oldtimers”; el término hace referencia a un tipo determinado de coches antiguos que es objeto de culto en todo el país. La palabra salta a la vista en los quioscos y en la calle: en revistas especializadas, afiches promocionales y, desde luego, en los puntos de venta de automóviles
Imagen: picture-alliance/dpa
¡Ya no aguanto el “mobbing” en mi trabajo!
El equivalente en alemán de la voz inglesa “bullying” es “mobbing”; éste deriva del término “mob” (turba o tumulto, en inglés). En los años setenta, la palabra empezó a utilizarse en Alemania para describir la presión (el acoso o la violencia, psicológicos o físicos) ejercida sobre una persona por un grupo o una figura de autoridad abusiva en la escuela, en el trabajo o en las redes sociales.
Imagen: picture-alliance/dpa
Una prenda humeante
Como en español, también en alemán se emplea la palabra “smoking” para hacer referencia al tradicional traje masculino, heredero de la antigua chaqueta de terciopelo usada por los caballeros después de cenar para retirarse a una sala y fumar (“smoke” en inglés), beber alcohol y jugar cartas. Al abandonar ese recinto se despojaban de la chaqueta para no molestar a sus parejas con el olor del humo.
Imagen: Fotolia/Andreas Haertle
¿Una penosa traducción?
El neologismo “public viewing” se hizo popular poco antes del Mundial 2006. Su uso fue objeto de controversia cuando se alegó que lo que los alemanes entendían como “contemplar un partido en una pantalla gigante junto a muchos co-espectadores” significaba para los angloparlantes “capilla ardiente”, es decir, “el oratorio fúnebre provisional donde se celebran las primeras exequias por una persona”.
Imagen: picture-alliance/dpa
¡Pon la caja patas arriba!
¿Qué quieren decirnos los alemanes con “turn up the box”? ¿Quiéren que volteemos la caja patas arriba? Y, de ser así, ¿de qué caja están hablando? En realidad, la expresión es una celebratoria invitación a subir el volumen de la música. Con “box”, en singular, o “boxes“, en plural, los germanoparlantes se refieren al equipo de sonido y a sus altavoces.
Imagen: DW/Gorokhov
Messi no, ¡messie!
La palabra “messie” se deriva del sustantivo “mess”, que significa “desorden” en inglés, y es usada coloquialmente en Alemania para referirse a los inquilinos que acumulan objetos compulsiva y caóticamente en sus apartamentos. La expresión fue popularizada en los años ochenta por la profesora Sandra Felton, creadora del grupo de autoayuda Messies Anónimos.
Imagen: picture-alliance/dpa
“Wellness”, en el sentido estricto de los alemanes
En Alemania, “wellness” es un término omnipresente en la industria turística y hotelera. En inglés, la palabra alude a todo lo relacionado con la salud y el bienestar tanto físico como anímico. En la lengua de Goethe, sin embargo, tiene implicaciones más concretas: se utiliza específicamente como sinónimo de spa con servicios de masaje y sauna. Sin eso, el “wellness” no es “wellness”.
Imagen: Fotolia/putilov_denis
¡Nada de trampen!
“¡Buen viaje y nada de trampen!” Esa orden es válida para todo adolescente, pero algo en la última palabra la hace lucir como un consejo exclusivamente para chicas. Quizás se deba a que, en inglés, “tramp” alude al aspecto presuntamente vulgar y provocador que ciertas prendas le dan a la silueta femenina. En alemán, “trampen” significa hacer dedo o autostop, pedir la cola, un aventón o un empujón.
Imagen: picture-alliance/dpa
¡Un verdadero showmaster!
Cuando los alemanes hablan en “showmaster” no se están refiriendo a un maestro de ceremonias, sino a un presentador de televisión. La palabra fue acuñada por el animador holandés Rudi Carell (izq.), famoso en la televisión alemana, y derivó en variantes como el “quizmaster”, para los presentadores de programas de preguntas y respuestas, y el “talkmaster”, para los de programas de entrevistas.
Imagen: picture-alliance/dpa
¿Do you like my tight pullunder?
Los alemanes no sólo blanden sus licencias creativas al utilizar anglicismos. Ellos también inventan palabras que, aunque parecen provenir del inglés, no existen en esa lengua. “Pullunder” es un ejemplo clásico: ese es el nombre que se le da al suéter sin mangas o al chaleco sin botones que se lleva debajo de una chaqueta, es decir, lo opuesto de un pullover. En otra palabra, un pullunder.