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La India: potencia emergente

Eva Usi24 de abril de 2006

La canciller alemana, Angela Merkel y el primer ministro indio, Manmohan Singh, inauguraron el fin de semana la mayor feria industrial del mundo, que este año tiene como tema central: la India, una potencia en ascenso.

La canciller alemana, Angela Merkel y el primer ministro indio, Manmohan Singh.Imagen: AP


La Feria de Hannóver es la mayor del mundo especializada en productos industriales, cuya edición este año cuenta con 5200 expositores provenientes de 66 países. La India, invitado especial de la feria, se presenta como una nación que aspira a pertenecer a las primeras ligas en cuanto a producción industrial. Las palabras del primer ministro, Manmohan Singh, fueron elogios al oído de su homóloga alemana.

"La India considera a Alemania como una fuerza líder en la ciencia, la tecnología y la cultura en el mundo. Recordamos muy bien la ayuda alemana para alcanzar la independencia en 1947. Las empresas alemanas jugaron un papel muy importante en la modernización tecnológica de la India. La marca "Made in Germany", es para nosotros un sinónimo de la mayor calidad y la más alta tecnología", afirmó Singh, considerado uno de los padres de las reformas económicas en la India.

Entrada a la Feria de Hannóver.Imagen: picture-alliance / dpa/dpaweb

Gandhi y las vacas sagradas

El progreso alcanzado durante los últimos 15 años por el país al sur de Asia ha sido espectacular. Siendo ministro de Finanzas, Manmohan Singh abrió el país a los mercados internacionales y ahora tiene una abundante cosecha: la economía crece a un 8 por ciento, los mercados financieros experimentan un auge. Pese a que la India sigue siendo el país de las vacas sagradas, de Gandhi y de una pobreza masiva, paralelamente se desarrolla una potencia emergente y pujante impulsada por las nuevas tecnologías, la informática, las telecomunicaciones y la industria farmacéutica y automotriz.

El subcontinente, el más poblado del mundo después de China tiene dos ases debajo de la manga: Su tamaño y su hambre de éxito. Millones de jóvenes ansiosos de progreso ofrecen atractivos nada despreciables para empresas occidentales: hablan inglés y su fuerza laboral cuesta una fracción de lo que costaría en los países industrializados. Ese ejército de trabajadores baratos combinado con un gigantesco mercado es lo que convierte al país en un imán a las inversiones extranjeras.

Jóvenes mujeres ejecutan la danza tradicional india.Imagen: AP

Influencia del mundo anglosajón

Se estima que la clase media comprende a unos 300 millones de personas, eso es, unidades familiares cuyos ingresos superan los 5.000 dólares al año. Sin embargo los empresarios que llegan a la India esperando encontrar la nación pujante, se sorprenden de encontrar un ejército de marginados pidiendo limosna.

La india como ex -colonia británica se encuentra mucho más cerca del mundo anglosajón. La clase media ilustrada lee literatura británica, los jóvenes ven películas de Hollywood y comen hamburguesas. Sobre Alemania saben poco, salvo que los automóviles alemanes son buenos y que aquí será la sede del Mundial 2006.

Más allá de eso Alemania y la India poco tienen en común. Los proyectos que para Berlín son importantes, Delhi los castiga con la indiferencia, desde el protocolo de Kyoto, hasta la Corte Penal Internacional. La alianza que forjaron ambos países junto con Japón y Brasil, para reformar el Consejo de Seguridad de la ONU y obtener lugares permanentes, no tuvo éxito. Tal vez será por eso que el primer ministro, Manmohan Singh, combina su visita a Alemania con un viaje a Uzbekistán.

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