La sobreexplotación y el uso insostenible del agua y las materias primas han llevado nuestro planeta a un desequilibrio peligroso. Pero ante esta situación crítica, asoman iniciativas conservacionistas en áreas protegidas. Esto incluye la preservación de bosques y selvas, la protección de especies, la restauración de ecosistemas y la promoción de prácticas económicas sostenibles.