La inflación anualizada cayó en julio en la eurozona a su nivel más bajo en casi cinco años, un 0,4 por ciento, cifra que vuelve a desatar los temores a una deflación y que añade presión a la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE). Los precios al consumidor aumentaron en los 18 países miembros una décima menos de lo que lo habían hecho en junio (0,5%), tras una caída abrupta en los costes de la energía, informó hoy la oficina de estadísticas de la Unión Europea (UE), Eurostat.

La cifra es la más baja desde octubre de 2009 y deja la inflación muy por debajo del nivel considerado óptimo por el BCE, en torno al 2,0 por ciento. La inflación se mantiene así -ya desde octubre- en el nivel de lo que el presidente del BCE, Mario Draghi, llamó la "zona de peligro": por debajo del 1,0 por ciento. (dpa)