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La influencia militar alemana en América Latina

17 de octubre de 2016

Tras vencer en la Guerra Franco-Prusiana, el prestigio del Ejército alemán creció tanto que países como Chile buscaron allí un ejemplo. Alemania aprovechó para expandir su presencia en el resto del continente.

Chile Militärparade in Santiago de Chile
Imagen: picture-alliance/Demotix

La guerra del Pacífico, también conocida como guerra del Salitre, se extendió entre 1879 y 1883 y enfrentó a una alianza peruano-boliviana contra Chile. El resultado de ese conflicto tiene repercusiones hasta hoy: Perú y Bolivia perdieron territorios, condenando a los bolivianos a vivir en la mediterraneidad. Chile, en cambio, amplió considerablemente sus fronteras y accedió a numerosas riquezas, que ha sabido explotar hasta la actualidad.

Vencedores e incluso invasores, los chilenos buscaron una forma de afianzar su poderío bélico y convertirse en una suerte de potencia regional, a pesar de su escasa población. Para ello miraron a Europa y recurrieron al Imperio Alemán, recientemente vencedor de la guerra franco-prusiana y, por ello, poseedores de un prestigio internacional.

La infantería prusiana avanza para enfrentar a los franceses en el marco de la guerra franco-prusiana.Imagen: ullstein bild

"Chile eligió a Alemania por una razón muy simple: era la única opción. El Reino Unido era conocido como una potencia naval. Francia había perdido la guerra con Alemania. Rusia no lo hizo bien ni en la guerra de Crimea ni en la guerra ruso-turca. En consecuencia, Alemania era la única opción lógica”, dice a DW el historiador estadounidense William Sater, autor –junto al académico alemán Holger Herwig– de "The grand illusion: the prussianization of the Chilean army”.

Un giro histórico

"Tras la Guerra del Pacífico, las autoridades de Santiago decidieron profesionalizar las fuerzas armadas. El motivo fue la improvisación que mostraron los jefes militares durante la guerra, lo que obligó a que ministros civiles se pusieran al mando de las operaciones militares. A eso se suman actos de indisciplina y resistencia del alto mando frente a la autoridad política”, contextualiza, por su parte, el académico chileno Carlos Maldonado, autor de "El prusianismo en las fuerzas armadas chilenas”, coescrito con Patricio Quiroga.

Para alcanzar ese objetivo de profesionalización, se encargó al embajador chileno en Berlín, Guillermo Matta, que buscara a la persona idónea. El recomendado fue capitán Emil Körner, quien firmó un contrato por cinco años para transformar la instrucción de los oficiales chilenos de acuerdo al modelo prusiano. "Él y los demás instructores ayudaron a modernizar al Ejército chileno, introduciendo manuales y fundando la Academia de Guerra”, revela a DW Maldonado, quien es licenciado en Historia en la Martin-Luther-Universität de Halle, en Alemania.

Una circunstancia puntual daría a Körner un espacio en la historia de Chile que el militar alemán seguramente no esperaba. Durante la guerra civil chilena de 1891, el oficial lideró un ejército expedicionario formado por trabajadores del salitre y marineros, que derrotó a las tropas leales del Gobierno del presidente José Manuel Balmaceda. La oposición, ya en el poder, premió el arrojo de Körner ascendiéndolo, lo que gatilló el impulso definitivo a la "prusianización” del Ejército.

"Parecidos a los prusianos”

¿Qué significó todo esto? En 1900, Chile fue el primer país de la región en introducir el servicio militar obligatorio y amplió su número de tropas, al tiempo que las "prusianizó” de tal forma que el experto húngaro Ferenc Fischer, quien ha investigado profundamente el tema, llegó a decir que "los soldados chilenos” eran "sorprendentemente parecidos a los prusianos”. William Sater piensa, en cambio, que "sí, los alemanes introdujeron reformas, pero los cambios estructurales fueron poco efectivos porque Chile no disponía del dinero para llevarlos a cabo. Por ello, yo diría que los cambios fueron más bien superficiales. Las fuerzas chilenas se parecían al Ejército de Alemania, pero era, en el mejor de los casos, una copia imperfecta”.

El Ejército de Chile compró 200 tanques Leopard 2 a Alemania. Imagen: picture-alliance/dpa/K.-M. Wegmann

Alemania, por su parte, utilizó a Chile como plataforma para ampliar su influencia en América Latina, ya sea por su cuenta o disponiendo de los oficiales chilenos como enviados especiales. "Alemania ganó influencia en los ejércitos de Argentina, Bolivia e incluso en México. Chile se convirtió en un delegado de Alemania, enviando misiones militares a Paraguay, Ecuador, Colombia y El Salvador”, dice Sater. Maldonado recalca además que "Alemania se convirtió en el principal proveedor de armamento para el Ejército de Chile”.

De todo ello hoy queda poco. A lo más, los 200 tanques Leopard 1, los 200 Leopard 2 y otros blindados que el Ejército de Chile compró a Alemania hace unos años. "Quizásse vea algo en los uniformes y en algunos detalles”, añade Maldonado. "El Ejército experimentó una transformación luego de la Segunda Guerra Mundial, incorporándose de lleno a la órbita estadounidense”, añade el experto, quien recuerda que el vínculo con Alemania no se rompió de golpe tras la asunción de los nazis. "Hubo mucha simpatía ideológica de algunos sectores de la oficialidad con el nazismo. Esto terminó abruptamente cuando en 1944 Chile rompió relaciones con el Eje y declaró la guerra a Alemania y Japón”, explica.

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