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La inmigración, indispensable para garantizar el futuro de Europa

Enrique López Magallón22 de agosto de 2008

Europa tendrá 8,3 por ciento menos habitantes en 2050 y, por tanto, deberá luchar por atraer a inmigrantes calificados. Para regiones como América Latina, será todo un reto conservar a sus mejores profesionistas.

Europa es polo de atracción para numerosos inmigrantes.Imagen: AP

El Instituto para la Población y el Desarrollo, con sede en Berlín, empleó 24 indicadores económicos, sociales y ecológicos a fin de evaluar la capacidad de 285 países y regiones de Europa para hacer frente a los retos demográficos del futuro.

La juventud, especie rara en algunas zonas de Europa.Imagen: AP

La conclusión general es clara: el cambio demográfico es un fenómeno global. De ahí en fuera, el panorama es muy distinto en cada región. Europa, por ejemplo, presenta una tasa muy baja de natalidad; se registrará una disminución de 8,3 por ciento en la población del continente hacia el año 2050.

De modo similar, Rusia experimentará en el mismo lapso una caída dramática, superior al 21 por ciento, en su población. En cambio, América Latina y el Caribe verán crecer casi en 40 por ciento su población hacia la mitad del siglo, pese a que las tasas de natalidad también se han reducido en las últimas décadas.

Actualmente, cada mujer europea tiene un promedio de 1,5 hijos, mientras que cada madre latinoamericana procrea una media de 2,5 descendientes. El continente africano sigue presentando cifras alarmantes: cada mujer tiene allí un promedio de cinco hijos, de tal modo que la población en esa zona del mundo se duplicará en menos de 50 años, pasando de los 944 millones actuales a más de 1.900.

Calles desiertas de juventud, en el Este de Alemania.Imagen: AP


La batalla por la fecundidad

No todas las regiones de Europa están igualmente preparadas para encarar los retos que, por otra parte, presentan rostros muy diversos. Ciudades como Estocolmo u Oslo, así como algunas zonas de Suiza, presentan condiciones óptimas para garantizar su desarrollo incluso ante la curva poblacional que para ellas se tiene prevista.

Por el contrario, Bulgaria, Rumania y Polonia alojan a una peligrosa combinación de factores: una baja tasa de natalidad, un alto nivel de emigración por parte de la población joven, y el correspondiente envejecimiento de quienes permanecen en estos países.

Capitales como Budapest o Bratislava presentan mejores oportunidades a futuro que la región estealemana, consideran los especialistas del instituto berlinés. Otras consecuencias: naciones como Francia, Noruega, Irlanda o Islandia deberán reforzar su sistema escolar ante el desarrollo demográfico que se espera para los próximos años.

La situación se manifiesta estable en Inglaterra, Finlandia o Suecia, que presentan una situación demográfica equilibrada y buenas perspectivas de mantenerla, así como en algunas regiones de España e Italia. En general, este último país, de igual modo que Alemania, tendrán altas necesidades de inmigración para mantener el nivel de población laboralmente activa en las décadas que se aproximan.

El gobierno alemán anunció un plan para atraer a inmigrantes calificados.Imagen: AP

Por su relevancia económica, Estados como Luxemburgo o Chipre también deberán incentivar la inmigración para sostener el desarrollo que de ellos se espera.


La educación, clave para el éxito a futuro

El Instituto para la Población y el Desarrollo considera que la preparación académica será crucial para el desarrollo de los individuos en el futuro: “mientras más preparado esté, el migrante tendrá la opción de escoger entre más países y regiones con diferentes condiciones de residencia, ofertas de empleo, niveles de ingreso, sistemas de seguridad social y calidad de vida”.

Europa tiene mucho por hacer en este sentido. “En comparación con los receptores clásicos de inmigrantes, como Estados Unidos, Nueva Zelanda, Canadá o Australia, Europa ha sido menos exitosa al atraer a migrantes altamente calificados de otras regiones. Al continente europeo llegan permanentemente personas que en promedio están menos calificadas que las locales", dice el estudio dado a conocer este viernes.

Así, “el país que desee atraer y retener a inmigrantes altamente calificados, les deberá ofrecer mucho más que un trabajo: una perspectiva a largo plazo para ellos y sus familias, y también un sentimiento de que son bienvenidos.”

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