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La Izquierda alemana, más diversa tras su debacle electoral

6 de octubre de 2021

Ningún otro grupo parlamentario tiene más diputados de origen migratorio y más de la mitad son mujeres. Pero la influencia de La Izquierda en la política alemana se desvanece y las cosas podrían ponerse aún peor.

Imagen: Jan Woitas/dpa-Zentralbild/picture alliance

A principios de septiembre de 2021, tres semanas antes de las elecciones en Alemania, la canciller Angela Merkel y el candidato democristiano Armin Laschet alertan en el Parlamento alemán de la posibilidad de un futuro Gobierno conformado por una coalición de socialdemócratas (SPD), el partido de izquierdas Die Linke y Los Verdes.

De repente, las encuestas muestran que esa alianza rojo-rojo-verde es posible, aunque muy ajustadamente. En realidad, a los candidatos a la cancillería por el SPD y Los Verdes, Olaf Scholz y Annalena Baerbock, respectivamente, les hace poca gracia la coalición con Die Linke (La Izquierda), pero tampoco desean descartarla, porque, en caso de necesidad, podría ser la alternativa a otras coaliciones. Las prioridades para formar alianzas de gobierno son otras: la formada por el SPD, los liberales del FDP y Los Verdes (coalición semáforo, por los colores de los respectivos partidos), o la configurada por los cristianodemócratas de la CDU y su partido hermano bávaro CSU, junto con Los Verdes y el FDP (coalición Jamaica, porque los colores de estos partidos son los de la bandera de aquel país)

Grupo parlamentario reducido casi a la mitad

A principios de octubre de 2021, una semana después de las elecciones, Die Linke está feliz de poder seguir teniendo representación parlamentaria. Con un 4,9 por ciento de los votos, tendría que haber quedado fuera del Bundestag por no haber alcanzado el 5 por ciento mínimo necesario para entrar en la cámara, pero se ha beneficiado de una norma electoral que le da acceso parlamentario por haber conseguido tres mandatos directos de tres distritos.

Janine Wissler, que dirige la formación desde febrero de 2021 junto con Susanne Hennig-Wellsow, dijo que lo único bueno del mal resultado electoral es "seguir teniendo una oportunidad". Pero ninguna de las dos líderes de La Izquierda se hace muchas ilusiones. Su representación parlamentaria ha bajado de 69 a 39 diputados, siendo así la más pequeña de la cámara.

Casi el 30 por ciento de diputados de origen migratorio

La formación cuenta con la mayor proporción de diputados procedentes de familias de origen migratorio: el 28,2 por ciento. En el SPD la cifra es el 17 por ciento y en Los Verdes el 14,9 por ciento. Muy por detrás están los populistas de derechas de la AfD, con un 7,2 por ciento y los democristianos de la CDU/CSU, con un 4,1 por ciento.

Trío de perdedores tras las elecciones de 2021: Janine Wissler (izda.), Susanne Hennig-Wellsow (derecha) y Dietmar Bartsch (centro), líderes de Die Linke.Imagen: Cathrin Mueller/REUTERS

La Izquierda también lidera la representación femenina entre sus miembros, con un 54 por ciento de mujeres. Solo Los Verdes la superan, con un 58 por ciento. En todas las demás formaciones, las mujeres están en minoría (SPD, 42 por ciento; FDP, 24 por ciento, y AfD, 13 por ciento).

A pesar de su mal resultado electoral, Die Linke puede jactarse de ser el grupo parlamentario más diverso del nuevo Bundestag, aunque eso no le va a proporcionar mayor influencia política. Al contrario. Tras las elecciones de 2013, Die Linke era el tercer grupo más grande y la fracción más poderosa de la oposición. Eso se veía reflejado en el tiempo que le correspondía tomar la palabra en los debates parlamentarios.

Además, tenía el privilegio de ser el primer grupo en responder a las declaraciones de gobierno de la canciller, Angela Merkel. Esta ventaja suponía siempre más atención mediática y Die Linke disfrutó de ella durante todo un mandato. Pero en 2017, eso se acabó. Por primera vez, el grupo Alternativa para Alemania alcanzó representación parlamentaria, arrebatando además a Die Linke el puesto de líder de la oposición en el Bundestag.

Incluso en los estados federados del este, con la excepción de Turingia, la influencia de Die Linke ha disminuído considerablemente. Y, en 2021, llegó la debacle electoral, un "desastre", según Janine Wissler, para el que todavía no encuentran respuesta. En una declaración pública se afirma que la propia formación es la causante de la "dramática derrota" y que el partido debe formularse cuestiones básicas sobre "nuestros errores, nuestra función social y nuestro perfil".

(ms/ers)