Acerca de la judicialización de la política latinoamericana debatieron en Bruselas especialistas y políticos. DW habló con el sociólogo Laurent Delcourt, experto en Brasil, y con Rafael Correa, expresidente de Ecuador.
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"A partir del próximo domingo, Brasil estará en riesgo de ser un país de orden sin progreso”, dijo Laurent Delcourt, sociólogo e historiador del Centro de Estudios Tricontinentales (CETRI).
En una conferencia en Bruselas, en el marco del Festival des Libertés (18-27 octubre), especialistas y políticos debatieron en torno a "Judicialización, poder y contrapoder”. De llegar al gobierno Jair Bolsonaro, advierte Delcourt, "la primera medida que tomará será calificar a los movimientos sociales como movimientos terroristas”.
"La cuestión judicial no fue una cuestión del azar”, analiza Delcourt, autor de varios libros sobre Brasil. "El fenómeno fue preparado, en buena parte por los medios. Dilma Rousseff fue destituida por maquillaje de cuentas públicas, y luego el martillo mediático se transformó en campaña moral contra la izquierda y el progresismo”, puntualiza.
¿Casos similares?
Según el investigador, no todos las acusaciones judiciales contra políticos caen en el mismo esquema. Por ejemplo, Keiko Fujimori, acusada de corrupción en el financiamiento electoral, califica su detención de persecución política. Pero Delcourt distingue: "En Perú no existe la polarización del Brasil, en donde hay izquierda y derecha”. "Ahí no existe una izquierda electoral fuerte como el PT brasileño, que tiene un peso electoral bastante grande”, sigue el investigador belga.
Por otra parte, en su opinión, hay que fijarse en el viaje a Brasil, en agosto, de Steve Bannon, el estratega de la campaña electoral de Donald Trump. "Fue a apoyar la campaña de Jair Bolsonaro. Y también vino a Europa a promover un frente internacional de esa nueva ultra derecha”, añade.
"Es la nueva estrategia”, dice a DW Rafael Correa, ex presidente de Ecuador, quien se encuentra frente a tres procesos penales. "No han podido acusarme de corrupción, por eso me acusan de represión. Pero en 2013, el vicepresidente era el mismo Lenin Moreno. ¿Cómo es posible que no supiera nada? Estas contradicciones las deja pasar la prensa”, añade el ex mandatario ecuatoriano.
Responsabilidad de la prensa
"Ya no necesitan botas militares para tomar lo que no ganaron en las urnas. Se trata ahora de la judicialización de la política. Esto tiene dos componentes: el linchamiento mediático y la cooptación de los jueces”, dice Correa.
A él mismo durante su decenio en el poder se lo acusó innumerables veces de "linchar” en sus programas sabatinos, a quien no estuviese de acuerdo con él. Por demás conocida es también su conflictiva relación con los medios.
"Acabo de ganar un juicio a un periodista ecuatoriano aquí en Bélgica”, cuenta. "En Ecuador nunca lo habría ganado, porque me habrían acusado de atentar contra la libertad de prensa”, agrega.
En cualquier caso, Bruxelles Laique, entidad sin fines de lucro organizadora del evento, ve trazos similares en los casos de Brasil y Ecuador: instrumentalización de lo penal, la exclusión de disidentes, manipulación de la opinión pública.
¿Es así en ambos casos? "Conozco muy poco el caso de las acusaciones contra el ex presidente de Ecuador”, dice Delcourt. "No obstanre, la situación me parece bastante diferente”, agrega. Y califica de azarosas las causas del juez Sergio Moro para condenar primero a 9 y luego a 12 años de prisión a Lula. "En el caso de Brasil no veo una acusación sólida”, añade. "La justicia brasileña tienen una enorme responsabilidad en el alza de la extrema derecha”, concluye.
Mirra Banchón
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Brasil: los capítulos de una elección polarizada
Trece candidatos se presentaron en la disputa por el Planalto, en las elecciones que ganó, en segunda vuelta, el ultraderechista Jair Bolsonaro. Vea aquí los principales episodios de esta disputa.
Imagen: Agencia Brasil/R. Rosa
Entra en escena el financiamiento de las campañas
Ante la prohibición a las donaciones hechas por empresas, el Congreso creó en octubre de 2017 un nuevo fondo de 1,7 mil millones de reales para financiar candidaturas políticas. El 60 por ciento de fondo quedó en las manos de seis partidos: MDB, PT, PSDB, PP, PSB Y PR, dejando a los candidatos independientes con menos recursos.
Imagen: Reuters/A. Machado
Lula es condenado y arrestado
Cuando anunció, en 2016, su intención de disputar la elección presidencial, Lula se convirtió en el líder en las encuestas. En enero, sin embargo, su situación se complicó tras una condena en segunda instancia que lo dejó virtualmente inelegible. En abril, fue arrestado, con la posibilidad de que su candidatura fuera anulada. El PT comenzó a tener dificultades para formar alianzas.
Imagen: Reuters/L. Benassatto
Los "outsiders" salen de la escena
La posibilidad de que Lula quedara fuera y el sentimiento antipolítico entre la población, indicaban que ésta sería la elección de los "outsiders". El exministro del Supremo Joaquim Barbosa y el presentador Luciano Huck llegaron a aparecer en las encuestas. El empresario Flávio Rocha anunció su candidatura. Sin embargo, en julio todos habían desistido.
Imagen: Imago/ZUMA Press/M. Chello
Candidaturas descartadas
La elección de 2018 parecía destinada a superar el número de candidatos de 1989, cuando 22 aspirantes disputaron la Presidencia. En abril había 23 nombres interesados en aparecer en la papeleta, entre ellos el presidente Michel Temer, el presidente de la Cámara, Rodrigo Maia, y el expresidente Fernando Collor. Pero pronto desistieron. En agosto se llegó al número de 13 candidatos en carrera.
Imagen: Marcelo Camargo/Agência Brasil
Los candidatos aislados
La jugada de Alckmin con el "centrón" acabó aislando a otros candidatos. Jair Bolsonaro (PSL) intentó negociar con el PR, pero tuvo que contentarse con el PRTB. Ciro Gomes (PDT) también vio naufragar sus intentos de coalición. Los tres terminaron la fase de convenciones con poco apoyo y tiempo de TV.
La novela de los vices
La fase de convenciones comenzó a finales de julio sin que la mayoría de los precandidatos tuviera un compañero de fórmula. Bolsonaro recibió tres rechazos hasta cerrar con el general Mourão (PRTB). Henrique Meirelles (MDB) y Ciro Gomes (PDT) se contentaron con nombres del propio partido. Alckmin fue rechazado por el empresario Josué Alencar antes de optar por Ana Amélia (PR).
Imagen: Agência Brasil/F.Frazão
El "plan B" del PT
Con Lula virtualmente inelegible, la elección de su vicepresidente pasó a ser un trampolín para el candidato sustituto. A principios de agosto, el PT acabó eligiendo a Fernando Haddad, que desde el inicio del año era visto como "plan B". Manuela D'Ávila (PCdoB) quedó con la curiosa posición no oficial de "vice del vice", asumiendo la posición una vez que se supiera si Lula era candidato o no.
Imagen: Agência Brasil/F.Rodrigues Pozzebom
Ataque a Bolsonaro
El candidato del PSL, Jair Bolsonaro, fue apuñalado durante un acto de campaña en Juiz de Fora. Sus adversarios condenaron la agresión, y algunos llegaron a cambiar el tono de la campaña. Pero no hubo un impacto decisivo en el electorado, pues sigue liderando las encuestas aunque casi con el mismo porcentaje, mientras que el rechazo hacia él aumentó.
Imagen: picture-alliance/dpa/Agencia O Globo/A. Scorza
El intercambio de Lula por Haddad
Después de meses de suspenso y con el aval de Lula, Fernando Haddad fue oficializado candidato a la Presidencia por el PT el 11 de septiembre, a menos de un mes de la primera vuelta, lo que ocurrió una vez que se agotaron todas las posibilidades de que el expresidente participara en la carrera presidencial. El desafío desde entonces fue transferir los votos de Lula a Haddad.