La jueza liberal de la Corte Suprema estadounidense y defensora de los derechos de las mujeres está siendo tratada por una infección. Su salud es de vital importancia para el futuro de EE. UU., a juicio de Carla Bleiker.
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La hospitalización de la jueza Ruth Bader Ginsburg es una terrible noticia para la izquierda estadounidense. Según el comunicado de prensa de la Corte Suprema de Estados Unidos, donde trabaja Ginsburg, la paciente está siendo tratada por una "posible infección". Tras pasar la noche con fiebre y escalofríos, ahora está descansando, reza el comunicado.
En otros tiempos, una noticia de este tipo probablemente no hubiera llamado tanto la atención. ¿Pero ahora? Fiebre y una posible infección en medio de la pandemia del coronavirus, en una persona de 87 años que en el pasado venció el cáncer. Con razón, los electores estadounidenses de izquierda tienen pánico. Según los mensajes en las redes sociales, muchas personas se preocupan por la salud de la jueza liberal, que desde hace décadas intercede a favor de los derechos de las mujeres.
"Espero que su completo rechazo al gobierno de Trump funcione como un antibiótico", escribe un usuario. Otro comenta: "Solo quedan seis meses hasta que pueda jubilarse. Por favor, Dios".
En seis meses, en enero de 2021, tendrá lugar la investidura del próximo presidente estadounidense, quien nomina a los jueces de la Corte Suprema de por vida o, por lo menos, hasta que se retiren voluntariamente.
Los que ahora se preocupan por la salud de Bader Ginsburg son adversarios de Donald Trump. En los últimos años, ante cada noticia sobre el deterioro de la salud de la jueza, temieron que el presidente estadounidense pudiera ocupar la vacante en la Corte Suprema con un juez conservador de su elección.
¿Regreso al siglo pasado?
En las elecciones de noviembre próximo no solo se decidirá quién ocupará el Despacho Oval: el republicano Donald Trump o el demócrata Joe Biden. También está en juego el futuro de la jurisprudencia en Estados Unidos.
Las decisiones de la Corte Suprema tienen consecuencias de largo alcance para la población del país. ¿Bajo qué condiciones se permiten los abortos? ¿Quién puede ser deportado? ¿Qué se considera acoso en el lugar de trabajo? La Corte Suprema aclara este tipo de cuestiones fundamentales.
Actualmente, cinco jueces son considerados conservadores, y cuatro -entre ellos Bader Ginsburg- liberales. En caso de que Trump sea reelegido y Bader Ginsburg llegara a fallecer, esto significaría el fin de fallos que conceden a las mujeres el derecho de decidir sobre su propio cuerpo o a los miembros de la comunidad LGBTIQ los mismos derechos que a los demás estadounidenses.
Con seis jueces conservadores y tres liberales en la Corte Suprema, habría más fallos que limitarían los derechos de las minorías. No obstante, un paso atrás al siglo pasado es lo último que Estados Unidos necesita ahora, aunque algunos republicanos ultraconservadores difieran.
Larga vida a Ginsburg
Ya en su campaña electoral en 2016, Donald Trump prometió que a través del nombramiento de jueces conservadores revertiría el histórico fallo en el caso "Roe contra Wade", que confiere a las mujeres acceso a abortos seguros y legales.
En caso de que lograra reemplazar a una jueza liberal por alguien conservador, podría lograrlo. Esperemos que Ruth Bader Ginsburg tenga una larga vida.
(vt/ers)
Protestas por George Floyd: los asesinatos de la policía desatan la furia en decenas de ciudades
Las manifestaciones contra el maltrato sistemático de los negros por parte de la policía han provocado enfrentamientos violentos. El presidente Trump dijo que el Ejército está "listo, dispuesto y capaz" para intervenir.
Imagen: picture-alliance/ZUMA/J. Mallin
"No puedo respirar"
Las tensas protestas debido a décadas de brutalidad policial contra los negros se han extendido rápidamente desde Mineápolis a ciudades en todo el país. Las manifestaciones comenzaron en esta ciudad del medio oeste a principios de esta semana, después de que un policía esposó y clavó su rodilla en el cuello de George Floyd, un hombre negro de 46 años, hasta que dejó de respirar y murió.
Imagen: picture-alliance/newscom/C. Sipkin
Un "gigante gentil"
Floyd creció en Houston, Texas. En 2014, se mudó a Mineápolis, Minesota, en busca de trabajo. Antes de su muerte, estaba buscando empleo después de ser despedido de su puesto como guardia de seguridad en un restaurante latino debido a las restricciones por la pandemia del coronavirus. Con una altura de 1.98 metros, sus amigos lo describieron como un "gigante gentil".
Imagen: picture-alliance/NurPhoto/O. Messinger
De pacíficas a violentas
Las protestas fueron principalmente pacíficas el sábado, pero algunas se volvieron violentas. En Washington, la Guardia Nacional se desplegó fuera de la Casa Blanca. Al menos una persona murió en tiroteos en Indianápolis. La policía dijo que no había agentes involucrados. Algunos oficiales fueron heridos en Filadelfia y en Nueva York dos vehículos de la policía se abalanzaron sobre una multitud.
Imagen: picture-alliance/ZUMA/J. Mallin
Tiendas destruidas y saqueadas
En Los Ángeles, los manifestantes se enfrentaron a los oficiales con gritos de "¡Black Lives Matter!" mientras la policía enfrentaba multitudes con bastones y balas de goma. En algunas ciudades, como Los Ángeles, Atlanta, Nueva York, Chicago y Mineápolis, las protestas se han convertido en disturbios, con personas que saquearon y destruyeron tiendas y negocios locales.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/C. Pizello
"Cuando comienza el saqueo"
El presidente Trump amenazó con enviar al Ejército para sofocar las protestas. "La administración detendrá la violencia mafiosa y lo hará en frío", dijo. Esto aumentó las tensiones en todo el país. También culpó de los disturbios a grupos de extrema izquierda, pero el gobernador de Minesota, Tim Walz, dijo que había informes no confirmados de supremacistas blancos que avivaban la violencia.
Imagen: picture-alliance/ZUMA/K. Birmingham
Medios en la mira
Muchos periodistas que cubren las protestas han sido blanco de la ley. El viernes, el corresponsal de CNN Omar Jiménez y su equipo fueron arrestados mientras cubrían la historia en Mineápolis y varios reporteros han sido golpeados con proyectiles o detenidos mientras estaban en el aire. La policía le disparó a Stefan Simons, de DW, mientras se preparaba para salir en vivo el sábado por la noche.
Imagen: Getty Images/S. Olson
Las protestas se vuelven globales
Al norte de Estados Unidos, en Canadá, miles de manifestantes salieron a las calles de Vancouver y Toronto. En Berlín, expatriados estadounidenses y otros manifestantes se reunieron frente a la embajada de Estados Unidos. En Londres, los manifestantes se arrodillaron en la plaza Trafalgar antes de pasar frente al Parlamento y detenerse en la embajada estadounidense.
Imagen: picture-alliance/dpa/C. Soeder
En la puerta principal de Trump
Las protestas estallaron en la capital estadounidense Washington después de que el distrito comenzara un toque de queda el domingo entre 11 p.m. y 6 a.m. Más de 1.000 manifestantes se reunieron en el parque Lafayette, frente a la Casa Blanca, y encendieron hogueras. El "New York Times" reportó que el Servicio Secreto llevó al presidente Trump a un búnker como medida de seguridad.
Imagen: Reuters/J. Ernst
Toque de queda en las principales ciudades
Los Ángeles, Chicago, Miami, Detroit, la capital Washington y otras ciudades de EE. UU. extendieron los toques de queda mientras las protestas empeoraban. El estado de Arizona, en el oeste, decretó toque de queda durante una semana, después de que los manifestantes se enfrentaron con la policía. Alrededor de 5.000 soldados de la Guardia Nacional también se han desplegado en 15 estados del país.