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La jugada de Putin

25 de febrero de 2004

La prensa europea analiza la destitución fulminante del primer ministro Mijail Kasianov, lo que alimenta dudas sobre el futuro gobierno de Rusia en el caso de que Putin gane, como espera, las próximas elecciones.

Los métodos de Putin causan preocupación.Imagen: AP

El diario británico conservador The Times, escribe: “Los rusos predijeron la salida de Michail Kasianov con tanta anticipación que muchos fueron sorprendidos al ser destituido el infortunado jefe de gobierno. En Moscú era un secreto a voces que el presidente Putin no tenía gran simpatía por Kasjanov, uno de los vestigios de la era Yelsin. El presidente ruso apenas si podía esconder su impaciencia por las lentas reformas y el fracaso de su jefe de gobierno en reactivar la economía. Putin parece no haber perdido su fervor por las reformas económicas, ni tampoco su estilo autoritario, que es resentido por quienes lo rodean. Esta tendencia ha sido registrada en Washington, donde crece la preocupación sobre los métodos de Putin y sus aspiraciones”.

Vuelta a la edad de piedra

Por su parte, el rotativo financiero alemán, Handelsblatt, señala: “Todo parece indicar que esta vez no será un hombre de los servicios secretos. De esos ya ha puesto Putin suficientes en los puestos claves del poder. Además, Putin quiere pasar a la historia como el presidente reformador, como aquel que duplicó la capacidad económica rusa y liberó a su gente de la pobreza. Para ello hay que reformar la banca, eliminar el monopolio energético y en un frente más amplio, hay que reducir el control del Estado sobre la economía. Putin, como economista, sabe esto, aunque los mensajes más recientes, como el escándalo de la poderosa petrolera Yukos, indicaban que Putin dejaría que el gigante ruso volviera a la era de piedra”.

Fin de una era

El matutino suizo Neue Zürcher Zeitung, apunta: “La dimisión de Michail Kasianov simboliza en Rusia el final de una era, la época de las salvajes privatizaciones, de la apertura económica y orientación hacia Occidente, pero también de escandalosa corrupción. Más que nunca, la interrogante es ¿ahora qué? Un ejército de eslavófilos lucha entre sí tras los muros del Kremlin para encontrar una respuesta. Son burócratas comprometidos con un Estado fuerte que se enfrentan a reformistas liberales con argumentos económicos. Durante los últimos meses ha crecido la inseguridad sobre el futuro curso de Putin. En interés del futuro económico de Rusia, debiera ser nombrado un destacado reformista como primer ministro”.

Putin, de facto, ganador

El diario italiano, La Repubblica, señala: “Dada la falta de rivales ante las elecciones presidenciales del próximo 14 de marzo, Vladimir Putin ha decidido acelerar. Como se considera de facto ganador, ha iniciado un procedimiento político que normalmente, según la constitución rusa, debiera tener lugar tras el proceso electoral. Sorpresivamente y con una declaración televisiva de unos segundos de duración, Putin destituyó al primer ministro Michail Kasianov, nombrando como sucesor interino a Viktor Christenko. Putin tiene tres semanas para presentar ante la Duma al nuevo jefe de gobierno y a los ministros de su gabinete. Tras las elecciones presidenciales Putin podrá ratificar o, por segunda vez en el lapso de un mes, nombrar a un nuevo primer ministro”.