La Justicia salvadoreña llama a declarar al presidente Cerén
11 de julio de 2018
Cuando el embajador surafricano Archibald Gardner Dunn fue secuestrado y asesinado, Salvador Sánchez Cerén era jefe de la guerrilla. También se ordena reabrir el caso del asesinato del poeta Roque Dalton.
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La Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema salvadoreña ordenó este martes (11.07.2018) que el actual presidente del país, Salvador Sánchez Cerén, declare ante el juez para esclarecer la desaparición del embajador de Sudáfrica en 1979 en manos de la organización guerrillera que él dirigió durante la guerra civil. El tribunal no especifica la fecha en que deberá comparecer.
La Sala admitió también reabrir el caso por la muerte del poeta Roque Dalton, como pedía una demanda de amparo de su familia. La Justicia había sobreseído a los dos principales acusados Joaquín Villalobos Huezo, alias "Atilio", y Jorge Antonio Meléndez López, alías "Jonás", que es actualmente asesor de Sánchez Cerén como secretario presidencial para Asuntos de Vulnerabilidad. Dalton desapareció en 1975 a manos del Ejército Revolucionario del Pueblo, acusado de ser un agente de la CIA estadounidense.
Cerén deberá decir dónde está el cuerpo
El embajador Archibald Gardner Dunn fue secuestrado el 28 de noviembre de 1979 al salir de la delegación diplomática en la capital salvadoreña. Según sus familiares, se pidió un rescate de dos millones de dólares. Las Fuerzas Populares de Liberación (FPL) enviaron un comunicado a la prensa fechado el 8 de octubre de 1980 en el que daban a conocer el asesinato del diplomático surafricano y declinaban dar a conocer el paradero de sus restos.
El presidente salvadoreño "deberá pronunciarse sobre la vulneración constitucional alegada y brindar la información relacionada a la ubicación de la persona de la que se afirma su desaparición", acotó la fuente sin más precisiones. Los magistrados constitucionales nombraron como "juez ejecutor" a Carlos René Gaitán Martínez, quien "intimará" a Sánchez Cerén en su calidad de excomandante de las Fuerzas Populares de Liberación Nacional (FPL), una de las cinco organizaciones que fundaron al Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN, actual partido en el poder.
LGC (EFE/dpa/LaPágina)
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El Salvador: de expandilleros a panaderos
Vivir en una banda criminal es sinónimo de peligro. En El Salvador las armas y las drogas eran el pan de cada día de Wilfredo Gómez. Después de diez años cambió su vida de delincuente para volverse panadero.
Imagen: Reuters/J. Cabeazas
Un cambio profundo
Estas manos solían contrabandear drogas y armas para la temida banda criminal "18th Street Gang", ahora amasan harina de pan en El Salvador. La panadería de la iglesia Eben-Ezer, en la capital salvadoreña, es dirigida por un exmilitante. En la foto, Wilfredo Gómez hornea pan junto con otros diez antiguos integrantes de la banda criminal. Esta es la base con la que comienzan una nueva vida.
Imagen: Reuters/J. Cabeazas
Grandes costos
Llevar las cuentas y otro tipo de papeleos es su nuevo oficio. El joven se unió a la pandilla "18th Street Gang" cuando era todavía un adolescente. La banda presenta estructuras parecidas a las de las mafias y es una de las más conocidas de las llamadas Maras. Gómez dice que fue atraído por las armas, las mujeres y el sentimiento de pertenencia a un grupo.
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Con la ayuda del Señor
El exmilitante Julio Marroquín renunció a su pasado en bandas criminales y ayuda en el servicio de la iglesia de Eben-Ezer. Para desertores como él, la iglesia en Dina, un barrio de San Salvador, es un lugar de refugio. Para los exintegrantes de estas bandas criminales no es fácil encontrar un trabajo o un lugar para vivir. La iglesia le provee a Julio un lugar para dormir y comida.
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Marcados de por vida
Roberto Renderos también salió de la banda criminal. Sus llamativos tatuajes hacen que su pasado salte a la vista y también despierte sospechas frente a las autoridades policiales. En octubre la policía arrestó a los panaderos expandilleros porque sospechaba que habían formado una asociación ilegal. La razón: sus tatuajes. Sin embargo, los sospechosos salieron libres sin cargos en su contra.
Imagen: Reuters/J. Cabeazas
Borrar el pasado
En la banda, Raúl Valladares era conocido bajo el apodo de "La Sombra". Para él, su nombre al igual que sus tatuajes de "18th Street Gang" en su cara hacen parte del pasado. Ahora sus tatuajes son removidos con un láser, a pesar de que la banda criminal amenaza de muerte a quien se quite los tatuajes.
Imagen: Reuters/J. Cabeazas
La panadería de los sueños
"Yo perdí mi casa, mi mujer, mi hijo y los mejores años de mi vida persiguiendo una ideología sin sentido", manifestó Wilfredo Gómez acerca de su tiempo como pandillero. A los otros desertores les pasó lo mismo. En la panadería no solo se prepara pan, sino también se fabrican nuevos sueños. "Algún día vamos a tener nuestro propio negocio y vamos a competir con las pizzerías", dice.