“Las desigualdades son muy fuertes”, y la pandemia “las ha dejado en la superficie”, asegura el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel en diálogo exclusivo con DW.
Publicidad
Su defensa de los derechos humanos en tiempos de las dictaduras latinoamericanas fue reconocida hace 40 años con el Premio Nobel de la Paz. Pero su lucha continúa de manera incansable. Aún hoy, a solo meses de cumplir 90 años de edad. Siempre del lado de los débiles, de los desfavorecidos, de los sin voz.
Hablar con él, escucharlo, no solo es enriquecedor, sino que uno tiene la sensación de que en su vida cabe la historia actual del continente. Deutsche Welle dialogó con él desde su casa en la capital argentina.
Deutsche Welle: ¿Cuál es el grado de justicia social existente en Argentina y en Latinoamérica?
Adolfo Pérez Esquivel: La justicia social está lejos de ser lo que debe ser en democracia, que debe ser igualdad y derechos para todos y todas. Las desigualdades sociales son muy fuertes, pasa en la Argentina pero pasa en toda América Latina: en Brasil, en Paraguay… Y la pandemia ha dejado estas desigualdades en la superficie. En este sentido, todavía tenemos democracias muy condicionadas y restringidas.
¿Por dónde habría que empezar para generar una mayor equidad social, partiendo de la base de que existe la voluntad política necesaria para llevarlo a cabo?
Bueno, en primer lugar, por generar fuentes de trabajo. Nosotros venimos proponiendo la reforestación de los bosques nativos del país. Eso generaría fuentes de trabajo, un cambio ambiental, y la recuperación de las tierras áridas. Sería un modo de restablecer el equilibrio que se perdió.
El otro punto clave es la alimentación. No puede ser que en un país como la Argentina, productor de alimentos, haya gente con hambre.
Y la solución no pasa por las grandes empresas, por los monocultivos de soja, de maíz y de trigo con semillas transgénicas: esto está haciendo mucho daño.
La soberanía alimentaria se va a preservar a través del pequeño y mediano productor rural, y volviendo a las semillas orgánicas, porque las semillas transgénicas necesitan los agrotóxicos, como el glifosato, que provocan mayores desigualdades y la pérdida de territorios.
Un caso concreto: el famoso empresario Benetton, en tres provincias patagónicas, tiene un millón de hectáreas. Así le van quitando las tierras a los pueblos originarios: a las comunidades mapuches, tehuelches. Lo mismo pasa en el resto del territorio, en el norte argentino, en Salta, en Jujuy, en Tucumán, y también en Brasil, en Paraguay y en Chile.
¿Existen datos de la realidad que le permiten ser optimista?
Hay tres grandes ejes que muestran horizontes de esperanza, de construcción colectiva, no solo en Argentina sino en todo el continente.
Por un lado, los pueblos originarios comienzan a recuperar su identidad, sus valores, su pertenencia, su lengua y su palabra, es decir, a revalorizar y saber quiénes son.
En segundo lugar, están los movimientos sociales, los sindicatos, las organizaciones sociales, con un fuerte intercambio intercultural, que fortalecen la posibilidad de reconocerse como pueblo.
Y el otro gran movimiento es el de las mujeres, que no necesitaron tomar las armas para lograr su participación en todos los ámbitos. Lo hicieron a través de presencia y resistencia social, cultural, política y espiritual también.
Y esto va cambiando la forma, la mirada de la vida, de la sociedad.
¿Y así como en su momento fueron las dictaduras, cuáles son hoy las amenazas para la paz en la región?
Mire, una es la tremenda deuda externa, que es la nueva forma de esclavitud impuesta a los mal llamados países del tercer mundo por la banca internacional. No se pueden transferir capitales a los centros de poder mientras la gente no tiene qué comer. Es como decía (el escritor uruguayo) Eduardo Galeano: "Más pagamos, más debemos y menos tenemos”.
Luego, veo como una gran amenaza la política de los Estados Unidos en el continente latinoamericano y en el mundo, el bloqueo por ejemplo a Venezuela, que no permite ni siquiera el ingreso de medicamentos, los más de 50 años de bloqueo a Cuba.
Es decir, Estados Unidos no está jugando un rol solidario con la humanidad, sino de imposición de políticas de dominación.
Se dice que somos países democráticos independientes, pero esto no es cierto: las bases militares de Estados Unidos en América Latina son una amenaza permanente.
Y la gran amenaza para la paz, es la otra pandemia: el hambre.
Como decía el médico brasilero Josué de Castro: "El hambre es la manifestación biológica de una enfermedad sociológica”. Y: "Los pobres no duermen porque tienen hambre, y los ricos no duermen porque tienen miedo a los que tienen hambre”.
La cuestión es cómo podemos llegar a dormir todos, si somos solidarios y tratamos de compartir el pan y la libertad, no la opresión. Y esa es la lucha que emprendemos a pesar de todo.
Lo cual vale especialmente en estos tiempos de pandemia ¿verdad?
Por supuesto. El ser humano debe cambiar sus conductas con la madre naturaleza. Debe perseguir una economía de desarrollo, con sabiduría en el uso de los bienes y recursos de la madre tierra. Y debe abandonar la economía de explotación, de voracidad del capital financiero sobre la vida de los pueblos.
Tus derechos como humano
La Declaración Universal de los Derechos Humanos es válida para todos los Estados miembros de las Naciones Unidas. Pero aún queda un buen trecho por andar hasta que la Declaración sea aplicada a escala mundial.
Imagen: Fotolia/deber73
Los mismos derechos para todos (Artículo 1)
“Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos.” La Asamblea General de Naciones Unidas aprueba el 10. de diciembre de 1948 la Declaración Universal de Derechos Humanos. La declaración formula una idea clara, pero para que sea realidad en todo el mundo queda aún un largo camino por andar.
Imagen: Fotolia/deber73
Tener derechos y ejercitarlos (Artículo 2)
Todos los derechos y todas las libertades son valen para todas las personas, “sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición”. Sin embargo no es posible reclamar estos derechos de manera internacional.
Imagen: dapd
Derecho a la vida y a la libertad (Artículos 3,4,5)
“Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.” (3) “Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre.” (4) “Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.” (5) Amnistía Internacional ha recibido en los cinco últimos años informes sobre la tortura y el maltrato en 141 países.
Imagen: Leon Neal/AFP/Getty Images
Igualdad ante la ley ( Artículo 6 hasta 12)
Todo ser humano tiene derecho a una juicio justo y derecho a igual protección de la ley (6, 8, 10, 12). Tiene derecho a la presunción de inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad (11). “Todos son iguales ante la ley” (7) y “Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado” (9). Según Amnistía Internacional ha habido en 80 países juicios injustos.
Imagen: fotolia
Nadie es ilegal (Artículos 13, 14, 15)
“Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado.” Todo individuo tiene el derecho de salir de un país (13). “En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en cualquier país” (14). “Toda persona tiene derecho a una nacionalidad” (15). Hay un mínimo de 10 millones de personas apátridas, dice la ACNUR.
Imagen: picture-alliance/dpa
Protección ante un matrimonio forzado (Artículo 16)
Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, disfrutarán de iguales derechos en cuanto al matrimonio, durante y en caso de disolución del matrimonio. “Sólo mediante libre y pleno consentimiento de los futuros esposos podrá contraerse el matrimonio” (16.2). La familia ha de ser protegida ante el Estado y la socidedad. Según Unicef hay más de 700 millones de mujeres en matrimonios forzados.
Imagen: picture-alliance/dpa
Derecho a la propiedad (Artículo 17)
“Toda persona tiene derecho a la propiedad, individual y colectivamente. Nadie será privado arbitrariamente de su propiedad.” La realidad: muchas personas pierden hoy en día el derecho a la propiedad solo por no tener los papeles en regla. Y solo con el objetivo de ceder el terreno para edificar casas, expandir ciudades, extraer recursos o construir una presa de agua como en Brasil.
Imagen: AP
El derecho a la libertad de expresión (Artículos 18, 19, 20)
“Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión” (18). “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión” (19). “Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión y de asociación pacíficas” (20). Hoy en día hay más de 350 millones de periodistas y activistas online en prisión, según calcula la organizacón Reporteros Sin Fronteras.
Imagen: picture-alliance/dpa
El derecho a participación (Artículos 21, 22)
“Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o por medio de representantes libremente escogidos” (21). ”Toda persona tiene derecho a la seguridad social, y a obtener la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad" (22). Las mujeres en Arabia Saudí votarán por primera vez en las elecciones municipales del 2015.
Imagen: REUTERS/Saudi TV/Handout
Derecho al trabajo (Artículos 23 y 24)
“Toda persona tiene derecho al trabajo.” “Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual.” “Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria” (23). “Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre” (24). Según la Organizacón Internacional del Trabajo hay más de 200 millones de personas sin trabajo.
Imagen: picture-alliance/dpa
Una vida digna (Artículo 25)
“Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios.” “ La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales.” 2.000 millones de personas sufren de desnutrición, más de 800 millones del hambre.
Imagen: picture-alliance/dpa
El derecho a la educación (Artículo 26)
“Toda persona tiene derecho a la educación.” La educación primaria debe ser obligatoria y gratuita para todos. “La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos”. Más de 780 millones de personas son analfabetas, según el Informe de Seguimiento de la Educación Para Todos de la UNESCO.
Imagen: DW/H. Hashemi
Derecho al arte y a las ciencias (Artículo 27)
“Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico." "Toda persona tiene derecho a la protección de los intereses morales y materiales" La reproducción digital ilegal viola este derecho. Muchos autores denuncian la falta de protección de sus derechos en la era del internet.
Imagen: AP
Derechos indivisibles (Artículos 28, 29, 30)
“Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e internacional en el que los derechos y libertades se hagan plenamente efectivos” (28). “Toda persona tiene deberes respecto a la comunidad” (29). Nadie podrá interpretar la declaración para suprimir los Derechos Humanos. (30). Todos los Estados miembros de las Naciones Unidas han firmado la Declaración de los Derechos Humanos.