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La lenta agonía de la Ronda de Doha

30 de junio de 2011

El 1 de julio entra en vigor un nuevo tratado de libre comercio entre la UE y Corea del Sur. Los tratados bilaterales están de moda. Los expertos lo ven con escepticismo: preferirían que concluyera la Ronda de Doha.

Container werden am 10. April 2001 in einem Terminal im Hamburger Hafen umgeschlagen. Laut einer am Dienstag, 18. Februar 2003, in Berlin veroeffentlichten Umfrage des Deutschen Industrie- und Handelskammertages (DIHK), ist ein Ende der Konjunkturflaute vorerst nicht in Sicht. Einziger Lichtblick seien die Exporte. (AP Photo/Christof Stache) ** zu APD7746 **
Containerterminal HamburgImagen: AP

Para la ronda de negociaciones comenzada en noviembre de 2001 en Doha, la capital de Catar, se definieron ambiciosas metas. Los objetivos que se fijaron alcanzar los miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC) fueron: seguir abriendo los mercados tanto para productos agrícolas e industriales como para servicios; definir claras reglas para la propiedad intelectual, las inversiones, la competencia y las licitaciones públicas; simplificar los trámites aduaneros y compatibilizar las reglas de comercio mundial con la protección ambiental.

Banano: los países en desarrollo exigen la apertura agrícola.Imagen: picture-alliance/dpa

Pero la ronda no marcha bien. Desde hace tres años no se registran prácticamente avances. Las canastas de negociación de inversiones, competencia y licitaciones públicas fueron enterradas sin pena ni gloria. Y en el caso de las otras canastas de temas se ha desatado una verdadera trifulca entre países en desarrollo y emergentes, por un lado, y Europa y Estados Unidos, por el otro. Simplificadamente, las posiciones son: los países en desarrollo y emergentes quieren que se abran los mercados para sus productos agrícolas, mientras que Europa y Estados Unidos están interesados en que se liberalicen para productos industriales y servicios. Las posiciones se han endurecido. Poco ha aportado incluso un intento del G20 de dar renovados impulsos a la ronda.

Poco espacio de maniobra

"China y Estados Unidos no se mueven del lugar”, dice Klaus Deutsch, del instituto de investigaciones económicas Deutsche Bank Research. "En el marco de su ingreso a la OMC, en 2001, los chinos hicieron ya muchas concesiones y ven poco espacio de maniobra para abrir más sus mercados”, agrega. En Estados Unidos, el Congreso exige grandes concesiones de los países emergentes, “pero sin ofrecer gran cosa”, resalta el experto.

Automóviles: los países desarrollados quieren liberalizar los mercados de bienes industriales.Imagen: AP

Muchos de sus colegas creen por ello que la Ronda de Doha está muerta. “Por lo menos se halla en el centro de tratamiento intensivo”, dice también Jürgen Matthes, del renombrado instituto económico Institut der deutschen Wirtschaft, con sede en Colonia. Por milagros de la dialéctica, en los discursos de los políticos sigue, sin embargo, vivita y coleando. “Nos hallamos a pocos metros de la llegada”, llegó a afirmar sin ir más lejos Angela Merkel, la jefa de Gobierno alemana, en enero, en el Foro Económico Mundial de Davos.

Programa gratis de apoyo coyuntural

Una feliz conclusión de la Ronda de Doha sería muy positiva, dice Deutsch. Las estimaciones en cuanto a los beneficios que generaría una dinamización del comercio mundial van de 300.000 a 800.000 millones de dólares, lo cual “haría crecer la economía mundial en un medio punto por ciento”, agrega el economista.

Se trataría de un verdadero programa de apoyo coyuntural que no costaría un centavo. Pero muchos países están perdiendo la paciencia. Y apuestan por tratados bilaterales o regionales. China firmó recientemente un tratado con la ASEAN. La UE ha comenzado una serie de negociaciones con el MERCOSUR, la India, Singapur, Malasia, Vietnam, Canadá y otros países. Para Deutsch, esos tratados no son ideales: “Dan muchísimo trabajo. El tratado entre la UE y Corea del Sur abarca 1.500 páginas de texto impreso con letra pequeña”.

El tratado bilateral no es opción

Tampoco su colega Jürgen Matthes ve en los tratados bilaterales una verdadera opción a Doha: “De esa forma sólo creamos una fuente de espaguetis con regulaciones superpuestas; una verdadera jungla, impenetrable sobre todo para pequeñas y medianas empresas exportadoras”.

Pero si la Ronda de Doha fracasa y tampoco se firman tratados bilaterales o regionales, todo el sistema de comercio mundial se erosionará, advierte Matthes: “Si la OMC no logra liberalizar el comercio mundial, es dudoso que pueda cumplir su segunda tarea, a saber, administrar las reglas del comercio internacional. En ese caso puede perder toda su autoridad.”

Autor: Rolf Wenkel/Pablo Kummetz
Editor: José Ospina

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