"La literatura argentina es una de las más vitales de América Latina"
1 de octubre de 2010En el año de su bicentenario como país independiente, Argentina es el país invitado de honor en la Feria del Libro de Fráncfort y trae en su equipaje no sólo a los clásicos representantes del bagaje cultural más conocido en Europa, con la obra de Jorge Luis Borges o Julio Cortázar. Una muestra de la diversidad en la producción de textos de la mano de jóvenes autores que ponen sobre el tapete temas como los desaparecidos durante la dictadura militar, la vida (y la escritura) en el exilio y los conflictos y transformaciones sociales en la Argentina de las últimas décadas, elaborándolos, al tiempo que instaurando la letra de una nueva narrativa.
A raíz de la presencia de Argentina en Fráncfort, en el ambiente literario alemán se corre la voz acerca de que “la literatura argentina es la más vital y productiva de América Latina. ¿Qué hay de cierto en esta tesis? DW-WORLD conversó con Michi Strausfeld, antologista y mediadora y puente cultural y literario entre Alemania y las letras hispanoamericanas y, desde 1974 hasta 2004, responsable en la editorial Suhrkamp, una de las casas editoras más importantes de este país, de la publicación en alemán de más de 400 libros de 100 autores del boom latinoamericano: Rayuela, de Cortázar, La vida breve, de Juan Carlos Onetti, Paradiso, de José Lezama Lima, El reino de este mundo, de Alejo Carpentier, Poemas, de Octavio Paz, títulos de Isabel Allende, Vargas Llosa y muchos otros, así como obras del español Jorge Semprún y, más recientemente, de Carlos Ruiz Zafón. A partir de 2008 continúa su labor hasta hoy en la editorial Fischer.
Deutsche Welle: En el mundo literario se está hablando de la literatura argentina como la más vital de América Latina. ¿Cree que esto es así?
Michi Strausfeld: La literatura argentina es seguramente una literatura muy vital entre las de América Latina. Debido a que Argentina es invitado de honor en la Feria del Libro de Frankfurt 2010, su literatura se dará a conocer aún más en Alemania. Hay un gran número de traducciones, lo cual me alegra enormemente, ya que, en mi opinión, la vitalidad de la literatura argentina es una muestra de lo vital que es toda la literatura del continente latinoamericano. Ya que otros grandes países, como por ejemplo México, también tienen una vida literaria muy activa, sólo que no es tan conocida aquí. En este sentido, la presencia de Argentina como invitado de honor de la Feria del Libro de Frankfurt ayudará a que al menos la literatura de un país sea presentada en toda su plenitud.
¿Qué hay de nuevo, según su opinión, en el panorama de la literatura latinoamericana? ¿Qué hay de nuevo después del boom, después de Rayuela?
Una buena pregunta, ya que hay una infinidad de novedades. Los autores jóvenes, que ya son en realidad los nietos de los autores del boom, se han liberado verdaderamente de aquellos patriarcas. Crecieron en grandes ciudades, tuvieron otro tipo de experiencias como lectores y crecieron en contacto estrecho con el cine, con la música, con la violencia de la gran ciudad, lo cual se vuelca en lo que escriben. Y escriben muy distinto de lo que se escribía hace 30 años.
¿Diría usted que la literatura argentina también juega un papel en una nueva apreciación de los autores latinoamericanos en Alemania y en Europa?
Seguramente. En Alemania, ciertamente, a través de la participación de Argentina en la Feria del Libro de Frankfurt, ya que se publicarán entre 70 y 90 nuevos libros de autores argentinos. El mundo literario y los medios toman cuenta de esto y enfocan su atención en este fenómeno sorprendente, se preguntan qué es todo este nuevo material, para ellos desconocido, que viene de América Latina, y leen a los autores, constatando además que se trata de buena literatura. Por lo que todo esto ayuda y mucho a que la literatura latinoamericana vuelva a experimentar un nuevo auge, y creo que ya era hora de que así fuera.
El realismo mágico fue un componente importante de la literatura latinoamericana que tuvo muchos adeptos entre los lectores europeos. Pero no lo fue, sin embargo, de la literatura del Río de la Plata. ¿Cómo se explica la aceptación en Europa de la literatura argentina del exilio, y los temas que elaboran los hechos de la dictadura?
El realismo mágico fue algo maravilloso que nos trajo las obras de un García Márquez o de Alejo Carpentier, pero siempre tuvo como escenario el Caribe. En el Río de la Plata, en Uruguay y Argentina, se dio en especial una corriente muy potente del género fantástico, pero no al estilo anglosajón de lo fantástico “a las doce de la noche”, cuando aparecen los fantasmas, sino, como dijo una vez Cortázar, de lo fantástico “a las doce del mediodía”: uno se pone un pulóver, el pulóver lo atrapa y no lo deja salir. Lo fantástico irrumpe en lo cotidiano. Esa era la característica, si se quiere, de muchos autores del Río de la Plata: Borges, Cortázar, Bioy Casares, entre otros. Esa caracterización que se hacía para todo el continente a partir del realismo mágico nunca fue del todo correcta. Y hoy puede decirse que el florecer del realismo mágico ya quedó atrás. Los autores jóvenes no quieren saber nada de eso. Por el contrario, lo rechazan y lo ven como el pasado. Su escritura es diferente, su estética también lo es. Por eso, el concepto de realismo mágico es hoy insuficiente. En cuanto a la recepción de la literatura del exilio y de elaboración de la dictadura, pienso que en Argentina se está produciendo desde hace algunos años una elaboración, podría decirse que ejemplar, de los capítulos más oscuros de su historia reciente, con la última dictadura militar que dejó un saldo de 30.000 muertos y de desaparecidos, un concepto que antes no existía, y que define a las personas que fueron asesinadas pero cuyos cadáveres no se han encontrado porque se los tiró al río, por ejemplo. Y la joven generación de autores se enfrenta ahora intensamente a estos temas. En Alemania también tuvo lugar, luego de una etapa en la que, debido al horror, no éramos capaces de reflexionar, una importante elaboración de los hechos del régimen nazi, y es por eso que esos temas nos interesan especialmente a los alemanes.
¿Cree que puede haber paralelas en los temas y en el lenguaje de los nuevos autores alemanes y argentinos?
A través del proyecto “Rayuela”, cinco escritores alemanes viajaron a cinco ciudades argentinas y cinco escritores argentinos a cinco ciudades alemanas, y seguramente nos enteraremos de qué piensan ellos acerca de posibles paralelos. Pero pasa que los autores y los lectores alemanes pueden leer a muchos autores argentinos traducidos, en cambio, si los lectores argentinos no saben alemán, lo que sucede en la mayoría de los casos, no pueden leer a casi ningún escritor alemán, lo cual hace difícil el intercambio, ya que la recepción de literatura alemana contemporánea reciente en América Latina y en España es prácticamente insuficiente. Se podría decir que es un camino de un solo sentido, ya que recibimos mucha literatura de América Latina, especialmente de Argentina, pero al revés no sucede lo mismo, y el intercambio parte de posiciones muy desiguales. De todos modos, los cinco autores pronto nos contarán sus experiencias.
Tal vez esto abra posibilidad para que también llegue más de la nueva literatura alemana a Latinoamerica.
Naturalmente, sería deseable y muy necesario, pero para eso se necesitan traductores, mediadores y editoriales interesados. Es un vasto campo de trabajo que se intenta desarrollar tanto en España como en Argentina y México. En Argentina se está comenzando ahora.
Alemania y Argentina comparten ciertos aspectos socioculturales como la elaboración de regímenes dictatoriales, además de la influencia que tuvo Alemania en el campo del pensamento filosófico y en la arquitectura, entre otros aspectos. ¿Qué es lo que une más fuertemente a estos dos mundos culturales?
Creo que no tal vez no estén tan fuertemente unidos. Me daría por satisfecha si surgiera una gran curiosidad mutua. La curiosidad se puede satisfacer viajando y leyendo, y eso me parece ideal. Lo que sí es cierto es que la literatura argentina tiene una gran influencia europea, más fuerte que la literatura mexicana o peruana. Los argentinos, como ellos mismos dicen, “vienen de los barcos”, es decir, de las grandes corrientes inmigratorias de Italia, España, Polonia, Ucrania, que han formado ese gran crisol de razas. La influencia europea es muy fuerte, mientras que la inlfuencia de la cultura indígena propia no lo es, ya que los indios fueron, en su mayoría, asesinados. Además, cuando llegaron allí los españoles no había una cultura indígena tan altamente desarrollada como en México, en Guatemala, en Perú o en Bolivia. Por eso existen raíces europeas comunes que tal vez hacen que la curiosidad por saber quién es el otro sea mayor.
Ya que hablamos de barcos, en su nueva antología “Barcos de fuego” ha incluido a siete autores argentinos. ¿Cómo ve el futuro de la literatura argentina después de esta Feria del Libro de Frankfurt?
En mi Antología “Barcos de fuego” también incluí a siete autores mexicanos, porque México y Argentina son las dos grandes naciones literarias. Brasil quedó fuera a causa del idioma, si no, el volumen hubiera sido aún más extenso. Por eso pienso que, como dije al principio, toda la literatura latinoamericana es muy vital, de lo cual doy testimonio en esta antología. En cuanto al futuro de la literatura argentina después de la Feria del Libro de Frankfurt, creo que habrá tanto para leer que el efecto a largo plazo va a ser muy positivo. La gente no va a leer 60 libros, pero si lee dos o tres y les gusta, tal vez se interese por otros dos o tres. Y eso es lo bueno que tienen los libros, que se pueden guardar y volver a leer, por eso que creo que esta amplia oferta literaria de Argentina seguramente tendrá una gran repercusión.
Entrevista: Cristina Papaleo
Editor: Pablo Kummetz