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La locomotora europea

Eva Usi11 de julio de 2003

La recesión acecha la eurozona, pero Francia y Alemania, cuyo PIB es equivalente a más de la mitad de la zona euro, es el centro de atención de observadores. Ambos países intentan recetas similares.

La locomotora viene del otro lado del Rin.Imagen: AP

Bajo crecimiento y alto endeudamiento. La economía de la eurozona se acerca al estancamiento. El año pasado, Alemania registró un crecimiento del 0,2%, Holanda 0,3%, Italia 0,4%, Francia apenas llegó al 1,2%, mientras que Gran Bretaña (1,8%) y España (2,0%) apenas si alcanzaron cifras mejores. Dado que Alemania y Francia son las economías de mayor peso de los Quince, observadores centran su atención en los esfuerzos de estos países para reactivar su economía. En la búsqueda de un remedio a sus males, que no son los mismos, los gobiernos de París y Berlín parecen compartir recetas similares.

Paso de tortuga

Alemania es la tercera economía mundial y una de las más desarrolladas. Sin embargo ha registrado el menor crecimiento de la Euro-zona durante los últimos tres años y es el país que despierta más preocupación. El gobierno alemán acordó reducir, a partir de enero próximo, la carga fiscal a los contribuyentes en 22.000 millones de euros. El cálculo del canciller alemán, Gerhard Schröder, es que reduciendo los impuestos del trabajador promedio en un 10%, se reactivará el consumo interno y por ende la economía. Sin embargo la reducción de ingresos a las cajas públicas supone un aumento del déficit público, lo que podría provocar que Alemania rompa con el pacto de estabilidad europeo por tercer año consecutivo en el 2004. El año pasado el déficit público alcanzó el 3,6%, superando el límite de 3% impuesto por la UE y expertos predicen un déficit aún mayor este año.

Peligro deflacionario

Imagen: AP

En mayo pasado el FMI advirtió que Alemania enfrenta un riesgo de deflación, un problema causado por una constante caída de precios y bajo consumo. Las grandes cadenas de supermercados compiten entre sí por cada cliente, pero, pese a que los precios caen nadie compra. En tiempos de vacas flacas y alto desempleo, el pueblo alemán, de por sí ahorrador, piensa tres veces en qué gasta el dinero. Deflación significa poco dinero en circulación y consiguiente caída de precios, lo que provoca a su vez un dilema para las empresas que no pueden arbitrariamente reducir sus costos fijos. A esto se añade el problema del desempleo, (10,2%) un mal que afecta según las cifras de junio pasado a más de 4.26 millones de personas.

Del otro lado del Rin

Francia también ha reducido impuestos en un 7% y el presidente francés, Jacques Chirac, quiere bajarlos aún más. Así responde el gobierno galo a un debilitamiento de la economía, que, según expectativas oficiales, crecerá en un 1,3% en el 2003. Expertos predicen un magro 0,8%. Pero a diferencia de Alemania, Francia no corre un riesgo deflacionario y su economía está mejor que la alemana desde 1995. El consumo en Francia, es lento pero estable y ha actuado como motor del crecimiento. El desempleo, del 9,3%, va en ascenso y las exportaciones caen afectadas por un euro fuerte y por la recesión de su vecino alemán y socio más importante.

Imagen: AP

Es una coincidencia que ambos gobiernos pongan en marcha medidas similares, porque oficialmente no hay ninguna coordinación en sus políticas en este plano. Unidos podrían apoyarse mutuamente para evitar multas millonarias por parte de la Comisión Europea por romper el pacto de estabilidad. Expertos afirman que esta vez podría ser Francia quien asumiera el papel de locomotora de Europa, ayudando a salir del bache a su vecino del otro lado del Rin.

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