La protección de la tercera barrera coralina más grande del hemisferio sur, el Gran Arrecife Marino, tenía una larga tradición. Los pescadores del norte de las islas Fiyi dividieron sus zonas de pesca en la Gran Barrera de Coral y designaron espacios denominados "áreas tabú", donde la pesca estaba prohibida. En las zonas de plantas acuáticas y arrecifes periféricos, retozaban las escasas tortugas marinas verdes y los confiados delfines acróbatas de hocico largo.

Hoy nadie respeta estas áreas protegidas tradicionalmente. De las empresas de la industria de la caña de azúcar, que están cercanas a la costa, por ejemplo, llegan fertilizantes al mar, que ponen en peligro la biodiversidad bajo el agua. Al mismo tiempo, cada vez más personas salen a pescar al mar, ya que debido a la alta tasa de desempleo no ven otra manera de asegurar su sustento. Esto pone en peligro de extinción al arrecife de coral, ya que sin peces se pierde el equilibrio natural del ecosistema, que se ve amenazado.