Der Tagesspiegel, de Berlín: "En Alemania, un terrorista debe ser apresado, no matado. Ya hoy en día está legitimada la posibilidad de disparar, como última instancia de salvación, si un extremista está a punto de activar una bomba o de derribar un avión sobre una ciudad o una planta atómica. El hecho de que Alemania no tenga una ley explícita sobre la posibilidad de dar muerte a un terrorista no es expresión de inseguridad legal, sino una situación humanamente digna, después de la barbarie nazi. El derecho a la vida tiene prioridad. Quien menaza la vida de otro, en cambio, ya en la actualidad pone en peligro su propio derecho."

Legitimidad esencial

Westdeutsche Zeitung, de Düsseldorf: "Un sistema democrático, que distingue a su antojo entre ciudadanos y enemigos, y despoja a estos últimos de todo derecho fundamental, pierde su propia legitimación. El fin no siempre justifica los medios. Es cierto que el Estado debe proteger a sus ciudadanos, pero en ese afán no debe reprogramar la Constitución. Los derechos cívicos no son un tesoro arqueológico del Jardín del Edén, sino la médula de nuestro sistema legal. Si éste sufre perjuicios, los terroristas se habrán acercado a su máximo objetivo: destruir al mundo libre, sembrando el miedo."

Rigurosidad germana

Tagesanzeiger, de Zurich: "En las reflexiones de Schäuble, el estado libertario de derecho da la impresión de ser un estado que debe liberarse de las amarras del derecho para poder asestar golpes al terrorismo. Puede que eso sea eficiente. Pero ¿es acaso lo correcto? La idea de Schäuble de que Alemania necesita una ley que regule la posibilidad de matar a un líder terrorista con un misil de crucero, es en todo caso ridícula. El ministro del Interior está empeñado en remodelar el Estado, en forma persistente y con la típica rigurosidad germana. Sus propuestas no atentan en ningún punto contra la letra, pero sí contra el espíritu de la liberal Constitución alemana. Si se pusieran en práctica, el país sería irreconocible."

El Islam como pretexto

Luxemburger Wort, de Luxemburgo, no alude a la discusión en Alemania, sino que aborda el tema de la seguridad en un plano más amplio: "En lugar de ponerse a la defensiva, los extremistas parecen estar avanzando. ¿No funciona la estrategia, o confundimos la causa con ele efecto? De facto, muchas cosas indican que la estrategia de enfrentar al terrorismo sólo con la fuerza militar es de un alcance demasiado corto. (...) El terrorismo sirve a los fanáticos como medio de combate contra cualquier enemigo. En este aspecto, el terrorismo islámico se asemeja al terror anarquista en las postrimerías del siglo XIX. También los autores de atentados que se remiten al Islam son, ante todo, extremistas. El Islam sólo es utilizado como justificación, como sustrato ideológico. Por eso, sería un enorme éxito que la corriente islámica mayoritaria se distanciara claramente del terrorismo, en lugar de vacilar."