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La música es cuestión de talento

Nancy Domínguez Cuéllar27 de septiembre de 2006

Nacer sin brazos, con sólo siete dedos y una estatura de 1,34 centímetros, no han sido impedimento para que Thomas Quasthoff sea hoy uno de los mejores cantantes líricos del mundo.

Thomas Quasthoff (izq)junto al tenor Plácido Domingo en el Teatro de Viena en el 2005.Imagen: picture-alliance / dpa/dpaweb

Una voz cálida, oscura y dotada de una gran sensibilidad le han permitido a Thomas Quasthoff conmover y sorprender al público con su emoción y talento.

Su historia comenzó hace 47 años en la ciudad alemana de Hildesheim, donde nació con una malformación física provocada porque su madre tomó talidomina, una sustancia prescrita por aquel entonces contra los malestares del embarazo. Ésta provocó que Quasthoff naciera sin brazos -sus manos salen prácticamente de los hombros- y que no alcanzara una estatura promedio.

A pesar del rechazo

Su amor por la música se inició a temprana edad, cuando a los diez años comenzó sus estudios tras haber sido rechazado en el Conservatorio de Hannover por no poder tocar piano. Tras esta decisión recurrió a profesores privados, como la profesora de oratoria Charlotte Lehmann y el profesor de teoría e historia de la música Ernst Huber-Contwing, quienes lo ayudaron a formarse musicalmente.

A pesar de sus limitaciones físicas, este barítono lírico alemán ha podido desarrollar una asombrosa técnica, una clara dicción, así como un bello canto y una expresiva interpretación del texto. Estas características le han valido poder ofrecer recitales junto a las orquestas más importantes del mundo, bajo la dirección de maestros como Claudio Abbado, Sir Colin Davis, Mstislav Rostropovich y Sir Simon Rattle.

Una carrera exitosa

Durante una prueba en la Academia Sibelius en Helsinki.Imagen: dpa

El éxito de Quasthoff es el resultado de un trabajo con corazón y constancia, que le ha permitido desarrollar su talento musical, haciéndolo merecedor de importantes reconocimientos nacionales e internacionales.

Su primer premio lo recibió en 1988 en la prestigiosa Competición ARD de Múnich. Ocho años más tarde fue laureado con el Premio Shostakovich de Moscú, así como con el Premio del Hamada Trust/Scotsman Festival en Edimburgo. Luego le siguieron un premio Echo en 1998 y un Grammy en el 2000.

Quasthoff alterna sus presentaciones musicales con la academia. Desde 1996 es profesor de la Academia de Detmold.

Las mejores críticas

La fama y popularidad de este artista aumentan cada día. Los expertos internacionales coinciden que el artista posee una voz con un extraordinario colorido y gran riqueza de matices: sin duda una voz singular.

La interpretación de Quasthoff impacta de inmediato, según la crítica, por esa extraordinariacapacidad de expresión que no conoce límites y que permite diferenciar su interpretación de la de otros barítonos, tanto históricos como actuales.

Un ejemplo a seguir

Aclamado como el mayor intérprete de Schubert de nuestros días, Quasthoff logra combinar la tersura, homogeneidad y limpieza de su voz, registrada en sus últimos trabajos como lo son "La bella molinera" al lado de Justus Zeyen y una nueva versión del "Viaje de invierno", junto a Daniel Barenboim.

Aunque Quansthoff no pretende que se le reconozca como un ejemplo de superación sino más bien por su talento y calidad de interpretación, su constancia y dedicación trascienden barreras que lo convierten en un modelo musical del mundo lírico internacional.