La maltrecha relación Colombia-EE.UU. daña a ambos países
José Ospina-Valencia
15 de octubre de 2021
Colombia y Estados Unidos se preciaban de ser los “mejores amigos” en el continente, pero la injerencia del partido de Duque en la pasada contienda electoral en EE.UU. dañó la relación, en detrimento de ambos pueblos.
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La primera visita regular del secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, a Colombia, tiene lugar el miércoles, 20 de octubre de 2021, en tiempos poco propicios para ambos gobiernos. Una semana antes, se reveló un presunto caso del "Síndrome de La Habana” en la Embajada de Estados Unidos en Bogotá. El origen de estos misteriosos "ataques" en diversas capitales del mundo aún se desconoce, aunque expertos apuntan a que se trataría de una exposición a energía de radiofrecuencia que produce efectos similares a una conmoción cerebral, como reseña el Wall Street Journal.
"Colombia había sido tradicionalmente un aliado incondicional de Estados Unidos, independientemente de si el Gobierno de la Casa Blanca era republicano o demócrata, pero bajo Iván Duque se rompió con ello”, dice a DW la politóloga Martha Ardila, profesora de la Universidad Externado de Colombia. Según Ardila, "Colombia rompió con el respeto por el bipartidismo en Estados Unidos, politizando las relaciones con Washington al punto de que funcionarios interfirieron en la pasada campaña presidencial en favor de Donald Trump”.
El impacto de esa intervención del Centro Democrático, el partido de Álvaro Uribe, mentor de Duque, ha sido tal, que hasta este 15 de octubre de 2021, el presidente colombiano no ha sido recibido por Joe Biden. Un hecho inédito en las relaciones de ambos países.
Crisis migratoria y asesinatos de líderes y jóvenes en Colombia
Sea como sea, "la visita de Blinken se enfocará, básicamente, en la migración venezolana, la crisis humanitaria de los haitianos en el Tapón del Darién, los esfuerzos en política antinarcóticos y la demostración mediática de que aún existe una fuerte alianza entre ambos países", dice a DW Gimena Sánchez-Garzoli, responsable de Colombia de la Oficina en Washington para asuntos Latinoamericanos (WOLA).
Sánchez-Garzoli observa que "Washington y Bogotá parecen estar más interesados en mostrar una buena imagen que en la resolución de los graves problemas. Una demostración mediática de amistad, en vista de la incomunicación entre ambos mandatarios y de los evidentes descalabros de ambos gobiernos: para Estados Unidos, el caos dejado en Afganistán, y para el Gobierno de Iván Duque, el asesinato, solo en 2021, de 136 líderes sociales, 38 firmantes de la paz y de 80 jóvenes durante el estallido social entre abril y julio de 2021, según Indepaz”. Hechos que corroboran Global Witness y otras organizaciones internacionales.
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Urge "reformulación” de la agenda entre Bogotá y Washington
Para la profesora Martha Ardila, "el desinterés visto en la administración de Trump por América Latina parece mantenerse con Biden". Así que, en vista de los problemas de las relaciones entre Washington y Bogotá, urge una "reformulación” de la agenda bilateral. Joe Biden ha expresado que le importa el estado de la democracia en Colombia, la implementación del Acuerdo de Paz, la observación de los derechos humanos, la lucha contra el narcotráfico, la respuesta a la crisis en Venezuela, la expansión del comercio y el cambio climático.
La profesora Ardila no pierde las esperanzas de que el Gobierno del demócrata Joe Biden exija al Gobierno de Colombia cosas tan concretas y acuciantes como una "mayor independencia judicial, acogiéndose a las decisiones de las Altas Cortes y, en materia ambiental, acciones que vayan más allá de la retórica del Pacto de Leticia para proteger la cuenca del río Amazonas".
Acuerdo de Paz, Maduro y el regreso de la campaña del miedo
En cuanto a Venezuela, la investigadora piensa que "el Gobierno de Biden puede plantear el diálogo y presionar a los organismos multilaterales para forzar a Nicolás Maduro a que negocie la transición a través de elecciones libres". Así, según la experta, "Duque se vería obligado a reorientar la agenda bilateral con Estados Unidos, comprometiéndose más con la implementación del Acuerdo de paz, de cuya gestación el propio presidente Biden hizo parte”.
Pero la jefa para los Andes de WOLA es más que escéptica: "Lo que hemos visto de Duque en Estados Unidos es el saboteo de todo intento de diálogo para buscar una salida negociada al régimen de Maduro. Además logró que se volviera a incluir a Cuba en la lista de países terroristas, porque La Habana ha dado acogida a miembros del ELN que participaron en un sondeo preliminar de paz, cumpliendo el protocolo internacional que Colombia misma firmó".
En el caso de la crisis migratoria y humanitaria en el Tapón del Darién, "Duque va a pedir más ayuda financiera a Washington", de esto parte Sánchez-Garzoli, que es master en Derecho y Economía Internacional y Economía de la Universidad Johns Hopkins. El problema, más allá de las ayudas humanitarias, es empero, que "el Gobierno de Colombia está sufriendo, además, una crisis presupuestaria por mal manejo económico, como se evidencia en que no está atendiendo las necesidades reales de la mayoría de la población colombiana", agrega.
Dejar la "ideologización" y asumir un "papel constructivo"
Gimena Sánchez-Garzoli cree que Duque y su partido, en vista de que faltan 10 meses para las elecciones presidenciales, "le están volviendo a apostar al miedo, al presunto ‘castrochavismo', cuando lo que le interesa a los colombianos es salir de la mayor pobreza en que los terminó de sumir la pandemia”.
Por su parte, la profesora Martha Ardila concluye que "lo más razonable sería que el Gobierno de Iván Duque se distanciara de la ideologización de su política exterior, con una agenda integral con los Estados Unidos”. En esa tónica, la investigadora de WOLA insta al Gobierno de Colombia "a jugar, de una vez por todas y en bien de su población, un papel constructivo".
(ms)
El Tapón del Darién: la ruta migratoria más letal de las Américas
El Tapón del Darién es una selva indómita. Este istmo, que une a Suramérica con el resto del continente, es la última alternativa para los migrantes que arriesgan perder la vida, antes que perder la esperanza.
Imagen: Fernando Vergara/AP Photo/picture alliance
La selva que ni los españoles ni los ingenieros lograron vencer
Durante siglos, pocos se atrevían a cruzar el Tapón del Darién, la selva que conecta a Suramérica con Centro y Norteamérica. Pero, desde 2004, tras la fundación de Frontex, la guardia que blinda la UE, migrantes asiáticos y africanos descubrieron el Darién para llegar a EE.UU. En 2021 la cruzaron 95.000, en su mayoría haitianos, cubanos y venezolanos. Hasta septiembre de 2022, ya eran 158.000.
Imagen: Lee Dalton/Avalon/NHPA/picture alliance
Mejor parques naturales que autopista Panamericana
La Panamericana recorre 25.750 kilómetros de Tierra del Fuego hasta Alaska, pero un tramo de 100 kilómetros impide la conexión. Ni Panamá ni Colombia han cedido a construir autopista o carrilera. Hoy la opción es ecológica. La región alberga dos parques naturales: Katíos en Colombia, y Darién, en Panamá, con 5790 km², Patrimonio de la Humanidad y mayor Reserva Biosfera de América Central.
Imagen: Arnulfo Franco/AP Photo/picture alliance
El Tapón del Darién es también territorio de indígenas
La selva entre Colombia y Panamá no es un territorio de nadie. Le pertenece también a diversas etnias indígenas, como los Emberá-Wounaan (en la imagen) y Guna Yala que viven en dos decenas de comunidades. A su lucha por la defensa de su territorio y la deforestación para el cultivo de coca, se agrega la incursión de miles de migrantes y refugiados. Y, detrás de ellos, los traficantes de personas.
Imagen: Sergi Reboredo/picture alliance
El Darién, una joya de la biodiversidad en las Américas
El continente americano duró 60 millones de años separado. El geofísico alemán Alfred Wegener basó su teoría de la deriva continental en el estudio de la unión del Istmo de Panamá que produjo el Gran Intercambio Biótico Americano. Gracias a este, hay llamas y jaguares en Suramérica, colibríes en Centroamérica y pumas en EE.UU. El Darién alberga más de 2.300 especies de árboles. Norteamérica mil.
Imagen: Avalon.red/NHPA/picture alliance
Necoclí: el número de refugiados supera al de habitantes
Una familia haitiana acampa en la terraza de una casa de familia en Necoclí. Los refugiados huyen de sus países y llegan hasta aquí por muchas razones: islamistas en África, terremotos y el asesinato del presidente en Haití, las dictaduras en Cuba y Venezuela y el regreso de los talibanes en Afganistán. Necoclí tiene 20 mil habitantes y más del doble de aspirantes a sobrevivir el paso del Darién.
Imagen: Ivan Valencia/AP Photo//picture alliance
Países de tránsito, superados por la crisis y sin solución a la vista
Colombia recibe a los refugiados de Ecuador y el Caribe y les concede un salvoconducto para cruzar el país rumbo a Panamá. El 6 de agosto, la canciller panameña, Erika Mouynes, y su homóloga y vicepresidenta colombiana, Marta Lucía Ramírez, acordaron que el puerto de Necoclí solo podía vender 500 pasajes diarios hacia Capurganá, la antesala de la selva. Una restricción que ha empeorado el atasco.
Imagen: Ivan Valencia/AP Photo//picture alliance
La opción que obliga a huir: "Morir en Haití, o morir fuera de Haití"
Una madre con su bebé en brazos cruza un río, ya rezagada. A los haitianos solo les queda dos opciones: “Morir dentro o morir fuera de Haití”, dice a DW el científico colombo-haitiano, Wooldy Edson Louidor. Además, la pandemia dejó sin sustento a miles de los 200.000 refugiados haitianos en Chile y 80 mil en Brasil. Louidor pone la crisis en una frase: "Esto es una estampida de la desesperación".
Imagen: Fernando Vergara/AP Photo/picture alliance
Al límite de tirarse al mar en cualquier objeto que flote
Debido al límite de embarques diarios exigido por Panamá a Bogotá, la situación en Necoclí es cada vez más precaria. El pueblo está desbordado y la mayoría tiene que esperar hasta un mes para conseguir un cupo en un bote. Pero como tienen que cubrir los costos de alojamiento y comida, muchos se quedan varados, o buscan cruzar el golfo en cualquier cosa que flote.
Imagen: Fernando Vergara/AP Photo/picture alliance
Capurganá, de paraíso caribeño a puerta de entrada al "infierno verde"
Capurganá era un caserío que vivía de sus playas y la brisa del mar Caribe que atraía a los turistas que prefieren un bohío de la etnia kuna a los resorts de cadenas hoteleras. Hoy, Capurganá y su vecina Acandí, conocida por las tortugas Carey, reciben a los migrantes que cruzan el golfo de Urabá en bote, procedentes de Necoclí, camino a internarse en la selva. Con sus bellezas y amenazas.
Imagen: Migración Colombia
Pies secos sobre el primer río, pero falta una veintena
Migrantes pasan con los pies secos el primer río de la travesía iniciada en Acandí. Las carretas tiradas por caballos se devolverán una vez los dejen en la otra orilla. Los refugiados tendrán que cruzar a pie una veintena de ríos más. La travesía dura entre 6 a 10 días. Quienes se internan en la selva, se precian de haber sobrevivido a los numerosos naufragios en el golfo de Urabá.
Imagen: Fernando Vergara/AP Photo/picture alliance
El Darién no es una jungla tropical como el Amazonas
El Darién forma parte del istmo de Panamá que divide el océano Pacífico y el mar Caribe. Esta selva no es una llanura como el Amazonas sino una quebrada serranía con alturas de hasta 1.340 metros y decenas de caudalosos ríos que arrastran a mujeres, niños y hombres. La desesperación en Haití, Venezuela, Cuba, Palestina, Afganistán y Somalia es mayor al temor a perecer en el Darién.
Imagen: Fernando Vergara/AP Photo/picture alliance
A muchos, lo que les espera al otro lado del Darién es una sepultura
No importa si las víctimas fatales durante la travesía del Tapón del Darién eran musulmanes, budistas o ateos, en todo caso reciben una sepultura católica. Un acto de misericordia del sacerdote de Agua Fría, en Panamá, aquí en el cementerio. La OIM ha reportado 50 muertes este 2021, socorristas parten de 200 víctimas por agotamiento, los ríos, las caídas, las serpientes y los depredadores humanos.
Imagen: Arnulfo Franco/AP Photo/picture alliance
A los migrantes también los persigue el coronavirus, la malaria, el dengue y el zika
La pandemia sigue expulsando a muchos migrantes de países que los acogían, pero el coronavirus los persigue en su ruta. Tras varios casos de COVID-19 en Necoclí, Colombia lanzó una campaña para vacunar a los migrantes contra el coronavirus. Pero en el Tapón del Darién les esperan los mosquitos que transmiten malaria, dengue, chikungunya y zika. La emergencia es también sanitaria.
Imagen: Migración Colombia
“Ruta humanitaria” a través del continente
Un cubano llega herido a Panamá. El 12 de octubre de 2021, otro naufragio en el golfo de Urabá dejó 8 muertos y otros tantos desaparecidos. Oenegés humanitarias piden crear urgentemente una "ruta humanitaria", porque la crisis es "una bomba de tiempo". Desde que a Necoclí llegó la noticia de que Biden está deportando a haitianos, muchos quieren devolverse, pero el flujo de los que llegan no para.
Imagen: Arnulfo Franco/AP Photo/picture alliance
¿Cumbre de las Américas para atender la crisis migratoria?
Un joven recupera fuerzas en Meteti, Panamá. La presión en el Tapón del Darién sube y amenaza con cobrar muchas más vidas. Por ello, diversas oenegés proponen una “Cumbre de las Américas para la migración” con todos los países de tránsito y destino, y también con los gobiernos que causan el éxodo. Autor: José Ospina-Valencia